Creo que es muy importante que dispongamos de información sobre los contaminantes ambientales que pueden afectar a nuestra salud, algunos de ellos llegan a nuestro cuerpo a través del aire que respiramos, otros mediante la alimentación. Todos estamos expuestos en mayor o menor medida, y no sé hasta qué punto podemos eludirlos completamente.
Y es por esto último que os ofrezco información proveniente de ‘Zona pediátrica’, en la cual se analiza la posibilidad de que la salud de niños y mayores pueda verse afectada, así como algunos consejos para evitar estos contaminantes.
El organismo humano absorbe cada día cantidades más grandes de compuestos químicos a través de alimentos y agua.
Entre los contaminantes más graves están,
Químicos: antibióticos y hormonas empleados en veterinaria; pesticidas, componentes químicos y biológicos que se introducen involuntariamente durante las fases de manipulación o transformación de productos, o que contaminan capas acuíferas.
Aditivos: algunos conservantes y aromatizantes son perjudiciales.
Contaminantes radioactivos: como causa de los accidentes nucleares.
Los daños producidos en la salud son difíciles de cuantificar, y además dependerán en todo caso de los contaminantes, de la combinación de ellos, del tiempo de exposición, incluso puede que de factores individuales.
Hoy en día está bastante claro que el plomo, el mercurio y el arsénico provocan con seguridad efectos negativos (mediante la acumulación en tejidos o huesos). Con el tiempo se hablará con más claridad de lo perjudiciales que resultan otros metales como el aluminio, las dioxinas, o de determinados aditivos.
La ley establece limites máximos de contaminación en los alimentos y en el agua, pero desgraciadamente se calculan de acuerdo con criterios que no protegen de una forma suficiente a los niños, que son los individuos de mayor riesgo. También se producen fraudes con frecuencia, como el empleo de pesticidas en la agricultura y de antibióticos y otros fármacos en al ganadería
¿Cómo podemos proteger a nuestros hijos?
En primer lugar se debe aclarar que aislarse del mundo resulta prácticamente imposible, y también es complicado alimentarse únicamente de verduras de cultivo biológico o carnes no hormonadas (debido fundamentalmente al precio que ofrecen estos productos).
Por lo tanto nos fijaremos en las pequeñas cosas que todos podemos hacer para preservar nuestra salud:
Comprar frutas y verduras frescas de temporada (y siempre que sea posible procedente de cultivo ecológico).
Comer pescado un máximo de una o dos veces por semana, limitando al máximo el atún por contener mercurio y arsénico.
Los papás y las mamás humanos tenemos opciones para evitar en parte la acumulación de tóxicos en el organismo de nuestros hijos, no nos podemos aislar, pero algo se puede hacer. No ocurre así con otros animales cuya alimentación está condicionada por el medio dónde viven, por ejemplo las ballenas difícilmente podrán eludir que sus bebés entren en contacto con el mercurio presente por estar presente en el agua y organismos marinos, debido a los vertidos industriales
Siempre que se tengan dudas acerca de la potabilidad del agua, es recomendable consumirla embotellada. Y tengamos en cuenta los niveles de cloración con los que se trata el agua destinada al consumo doméstico, porque hay veces en las que aunque sea potable, no sería conveniente consumirla.
Leer atentamente la etiqueta de los productos para consumo humano antes de comprarlos, otorgando preferencia a aquellos que no incluyan ningún o pocos aditivos.
Procurar una comida lo más variada posible, para no acumular conservantes de un mismo tipo en el cuerpo.
Lavar bien la piel de frutas y verduras antes de consumirla, incluso cuando las pelamos previamente.
Y respecto a la conservación y preparación de alimentos se recomienda no utilizar para servir comidas las piezas de vajilla o batería que están pensadas para fines decorativos; y no almacenar bebidas de frutas o alimentos ácidos en cajas metálicas.
Es muy importante prestar atención a lo que comemos y bebemos, no es fácil defender a los nuestros de las sustancias peligrosas, pero si lo convertimos en un reto podemos evitar algunas de ellas.
Imagen | eyeliam en Flickr Fuente | Zona Pediátrica En Peques y Más | Conservantes peligrosos, Toda la información sobre contaminantes domésticos y cómo evitarlos, Las enfermedades de Sensibilización Central también se presentan en la infancia. Entre sus causas: la exposición a contaminantes, Bebidas con residuos de fungicida en Estados Unidos, y la protección de la salud En Bebés y Más | Los alimentos contaminados influyen en la capacidad de aprendizaje, Consejos para reducir la exposición a contaminantes en las madres lactantes (y en todos)