Es tu responsabilidad: empieza a introducir cambios en la alimentación y estilos de vida para prevenir la obesidad infantil

Es tu responsabilidad: empieza a introducir cambios en la alimentación y estilos de vida para prevenir la obesidad infantil
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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la obesidad infantil es uno de los más graves problemas de salud pública del siglo XXI. De extensión mundial (aunque puedan varias las estadísticas entre países), su prevalencia aumenta alarmantemente, hasta el punto de que tampoco los países en vías de desarrollo se libran.

Hoy en día los pediatras ya lo tienen claro: “un niño con sobrepeso no es un niño saludable”, por lo tanto ante estos casos cabe ofrecer consejos que sirvan para que se equilibre la relación entre aporte y gasto energético, y además revisar la alimentación familiar. Por lo tanto nos encontramos con que tanto profesionales como familia tienen una responsabilidad respecto a la salud futura de los niños.

¿Por qué tanto interés?, pues resulta que los niños que tienen sobrepeso, o son obesos, tienen bastantes probabilidades de seguir siéndolo en la edad adulta, pero es que además, la obesidad se relaciona con enfermedades cardiovasculares, asma o hipertensión, además de que puede acelerar el proceso de la pubertad.

Hemos intentado recoger todas las recomendaciones válidas para que las familias empecemos a introducir cambios sustanciales (si no lo hemos hecho ya) que acerquen a nuestros hijos a una perspectiva de salud duradera que les beneficiará ahora y en el futuro.

¿Existe un estilo de vida que favorece la obesidad?

Más o menos creo que todos lo tenemos claro (independientemente de que lo pongamos en práctica): la actividad física que realizan muchos niños está limitadísima, y en ocasiones se reduce a las horas de educación física en el colegio. Por lo demás se mueven (los mueven) en coche por la ciudad, suelen ser muy sedentarios después del horario lectivo, y tampoco realizan ejercicio los fines de semana.

¿Es esto generalizable? claro que no, pero el programa PERSEO (programa piloto dependiente del Gobierno de España centrado en la salud y el ejercicio) realizado durante el curso 2008 / 09, ofrecía indicadores como por ejemplo que el 33 por ciento de los niños de entre seis y 10 años dedicaban tres horas al día a ver la televisión, o que un 38 % sólo participa en las actividades físicas propuestas por el colegio.

Por otra parte, últimamente estamos oyendo hablar sobre el hecho de que dormir mal (pocas horas) favorece el sobrepeso, aparte de otros problemas. La recomendación general hasta (al menos) los 10 años es procurar que descansen 10 horas, sin embargo parece que hoy en día los padres no le damos al sueño la importancia que se merece.

Y por último (aunque no menos importante) encontramos los hábitos de alimentación, en este punto debemos señalarnos a nosotros mismos - los padres - como responsables, aunque quizás en ocasiones se necesite un poco de formación para llegar a ofrecer una alimentación saludable a los niños. Aumento en la ingesta de proteínas y productos manufacturados; menor presencia de frutas y verduras; demasiado poder de decisión sobre la nutrición por parte de los niños…

Si somos positivos, nos daremos cuenta de que le podemos dar la vuelta a todo

Tal y como apuntábamos hace tres días, la prevención del sobrepeso y la obesidad empieza en los tres primeros años de vida… y no acaba ahí. Pero aún voy más lejos: aunque sean más grandes estamos a tiempo de coger las riendas, todo sea por la salud de nuestros hijos.

Más importante de lo que muchos creen: la alimentación infantil

Lactancia Materna

Sin embargo, y como apuntaba un seguidor (¡Gracias! David Moreno) olvidamos incluir algo en lo que todas las fuentes consultadas coinciden: la lactancia materna no sólo es el alimento más sano para el recién nacido, sino que además tiene un efecto protector frente a la obesidad. La recomendación principal es ofrecerla en exclusiva durante los seis primeros meses de vida, y mantenerla hasta los dos años, combinándola con la alimentación complementaria, sin olvidar que la leche es el principal alimento durante los 12 primeros meses.

Dicho esto, cuando se opta por la leche artificial, se debe evitar añadir otros azúcares o almidones

Como indica Julio Basulto en su libro "Se me hace bola", a partir de los dos años, la alimentación de un niño puede ser ‘igual’ que la de un adulto. ¿Igual?, si: igual de saludable, de equilibrada (no me valen los adultos que desayunan bollos rellenos, comen canelones precocinados y cenan patatas fritas), sólo que adecuando las cantidades. Si es importante reconocer algunos fallos cometidos por los padres - y mencionados a continuación - también lo es reconocer que obligar a comer es totalmente contraproducente, debemos confiar en la capacidad de nuestros pequeños para autorregularse.

Vamos con esos errores que anticipaba: dejamos que cuando salen del cole coman golosinas dulces o saladas, algunos incluso bollos (¿cómo queremos después que tengan hambre?); nos olvidamos de incluir verduras en la comida y la cena; de hacer lo propio con las frutas en el desayuno o la merienda. Tenemos adherencia a la dieta mediterránea, pero nos tientan los alimentos muy elaborados (y por ello con exceso de sal, azúcar o grasas poco saludables).

Comer en Familia

Más sobre la alimentación

¿Es el caballo de batalla en vuestras casas? entonces empezad aunque sea poco a poco a introducir cambios, tan importante es revisar los ejes en los que se sustenta una alimentación que previene la obesidad, como delimitar el papel de los hijos (que puedan autorregularse no quiere decir que decidan sobre la cesta de la compra, a no ser que tengan la capacidad de introducir alimentos realmente saludables).

  • Como sabéis el desayuno es muy importante, cuanto más completo mejor.

  • La dieta nuestra de cada día, estará formada mayoritariamente por: cereales, verduras y frutas. Las proteínas (lácteos, huevos, carnes, pescado) se incluyen moderadamente, y podemos aumentar la presencia de legumbres en la dieta (¿que tal dos días en lugar de uno?). Siempre mejor cocinar a partir de alimentos básicos. Recordamos el post sobre los grupos de alimentos.

  • Los refrigerios también pueden ser saludables (hortalizas, frutas, palitos de pan, frutos secos).

  • La ingesta de bebidas azucaradas se debe reducir todo lo posible; lo mismo para golosinas de cualquier tipo y dulces procesados.

  • Comer en familia es una conducta de prevención frente a cualquier trastorno de la alimentación (incluyendo la obesidad).

Y si he mencionado que los niños no deberían poder decidir, no es menos cierto que es posible incluirlos en los procesos, con unas indicaciones muy claras. Así si nos acompañan a comprar, decidimos juntos el menú, les dejamos ayudar a preparar… también sentamos las bases de la salud, y de paso, les damos autonomía para que en el futuro tengan responsabilidad sobre la suya propia.

Comer bien... y actividad física

Como veis, le hemos dado mucha importancia a la alimentación, y sólo hemos hablado de pasada sobre la importancia del ejercicio físico y las horas de sueño. En estos aspectos también es decisiva la intervención de los padres, tanto que con nuestro modelo podemos conseguir que al convertirse en adolescentes no tengan tendencia al sedentarismo.

Ejercicio fisico

Y no sólo el ejemplo, sino encontrar un equilibrio entre nuestras aspiraciones de formación de los peques (¿sabéis que hay quien va a extraescolares cinco días a la semana?) y sus ganas de corretear por el parque, o pasear con sus amigos, dependiendo de la edad. Además no vale sólo la actividad física reglada, por lo que las excursiones familiares del domingo, también luchan contra el sedentarismo.

Con el dormir pasa algo parecido, el esfuerzo de asentar el hábito puede compensar en el futuro, un niño no puede decidir cuándo irse a dormir, de lo contrario nos encontraríamos algunos que se quedan a ver la televisión hasta las 11 y media de la noche (no me lo he inventado), y teniendo en cuenta que el rendimiento escolar también está implicado, no nos interesa en absoluto.

Imágenes | Julia, , David Beach, USAG- Humphreys, Summer En Peques y Más | El sobrepeso y la obesidad son enfermedades prevenibles: la clave está en evitar el desequilibrio energético, Buenas prácticas en la alimentación de niños en edad escolar, Ya se tiene en cuenta la importancia de la nutrición en la prevención del sobrepeso y la obesidad

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