Hoy se celebra la noche de San Juan, y muchos aprovecharemos para salir a la calle a disfrutar viendo juegos artificiales, o emocionarnos viendo como los ‘correfocs’ saltan entre chispas de bengala, y escondidos debajo de capuchas con cuernos de demonio. El fuego también simboliza pureza, y es utilizado desde la Antigüedad para señalar los ciclos naturales. El verano ya hará tres días que ha empezado, pero esta noche será como si lo volviera a hacer.
Ahora bien, conviene tener en cuenta una serie de recomendaciones para evitar lesiones, estos consejos podrían servir para completar los que hace un año aproximadamente ofrecíamos al principio del verano (que es cuando se produce un uso más extendido de petardos, bengalas y fuegos artificiales, por la concentración de fiestas populares y locales).
Pero sobre todo nos vamos a centrar hoy en la prevención de lesiones oculares, sin desestimar las precauciones más generales
Más de las lesiones ocasionadas por fuegos artificiales y similares, son quemaduras (en Estados Unidos el porcentaje es del 65 por ciento), y casi la mitad de las personas afectadas por estas prácticas son menores de entre cinco y 14 años, preferentemente de entre cinco y nueve. Se entiende así la insistencia en prevenir las consecuencias más inadecuadas de que niños pequeños sin supervisión ‘jueguen’ con petardos, se acerquen demasiado a los ‘correfocs’ o traspasen los límites seguros para observar los fuegos artificiales.
Recientemente volvíamos a elaborar una completa información con motivo de las Fallas de Valencia, pero en mi opinión considero que estos artículos deben cumplir una función más concienciadora que ‘informadora’ en cuanto si no cambiamos nuestra percepción del riesgo, de poco sirve que nos digan (por ejemplo) que un petardo que ya ha sido encendido no debe volver a ser utilizado, aunque lo veamos entero.
Prevenir lesiones en los ojos
Siempre es conveniente mantenerse dentro del perímetro de seguridad establecido por los organizadores de un castillo de fuegos artificiales. Al observar el recorrido de ‘bestias de fuego’ y demonios con bengalas, debemos ser muy cuidadosos, no dejando que los niños llevados por la curiosidad se acerquen demasiado. Los protagonistas ha recibido formación sobre manejo de fuego, y van correctamente equipados, nuestros hijos acuden con pantalones y camisetas cortas que muchas veces son de tejidos fácilmente inflamables.
Hay profesionales de la salud visual que aconsejan utilizar gorras de visera (que frenarían partículas encendidas), incluso gafas de protección. La exposición al humo las hogueras puede inflamar las conjuntivas, y provocar muchas molestias, para evitar esto es mejor mantener distancia, o comprar solución de lágrimas artificiales en la farmacia, a fin de contrarrestar la sequedad.
Tened en cuenta que las lesiones por hogueras, fuegos artificiales o petardos suelen ocurrir mayoritariamente en la zona de la cabeza y las manos
Cualquier artículo pirotécnico puede ser potencialmente peligroso si se utiliza mal o no se tiene cuidado en la aproximación, incluso las bengalas que en ocasiones están revestidas de un mito de inocuidad. Las lesiones son causadas por contusiones o laceraciones, y pueden derivar en conjuntivitis, cicatrices permanentes, quemaduras de tercer grado e incluso ceguera.
Así la recomendación es revisar todos los artículos que hemos publicado al respecto, y ser muy prudentes. Al mismo tiempo es más que conveniente limitar la utilización de estos productos a los niños en función de su edad y de su maduración. Y por favor, no infravaloréis a un niño que se queja de los ojos después de que hayáis asistido a una de las Hogueras de San Juan esta noche, la reacción correcta es asistir a un centro sanitario.
Imágenes | Sören, Gerard Reyes En Peques y Más | La noche de San Juan se celebra en muchos lugares con fuego, ofreciendo actividades aptas para toda la familia, Consideraciones sobre la seguridad de los niños dentro del hogar (II): prevención de descargas eléctricas y quemaduras