El VII Encuentro Internacional de Educación liderado por la Fundación Telefónica ha tenido más de 50.000 usuarios comprometidos y entusiasmados que han colaborado durante dieciocho meses en el debate de cómo debería ser la educación del siglo XXI.
En ese debate, que ha recorrido España y muchos países en Latinoamérica, se han revisado desde las relaciones entre la educación, la sociedad y el trabajo, hasta las últimas tendencias educativas para acometer el futuro, pasando por la educación permanente, la educación emocional o el papel de la familia. Y todo ese conocimiento se ha documentado en una obra titulada 20 claves educativas para el 2020. Más abajo se incluye el documento para descargar que además permite el acceso a vídeos y tiene enlaces para poder consultar materiales, conocer el detalle de los debates y visualizar las conferencias realizadas.
Entre las conclusiones que han identificado están que la sociedad del siglo XXI requiere individuos creativos, emprendedores, críticos, competentes con el mundo digital, con altas dotes sociales y que se adapten a ambientes laborales diversos. También que es importante extraer la inteligencia del grupo y utilizar el talento de forma colectiva y ahí la sociedad digital puede aportar ayuda. Además que la formación tiene que combinar los contenidos, la pedagogía y la tecnología porque la tecnología no reinventa a la pedagogía, sólo amplía sus posibilidades.
Y algunas conclusiones más como que los cambios de sistema educativo deben orientarse hacia la mejora competencial de los estudiantes que les ofrezca autonomía, adaptación, capacidad para el tratamiento de la información, etc. y así disponer de una base sólida sobre la que construir su futuro.
Lo que menos me gusta de las conclusiones es que se le da mucha importancia, ocupan la posición número dos y tres, al establecimiento de políticas públicas regionales para el desarrollo sostenible de la educación y que se requiere liderazgo institucional que potencie el uso de las TIC aplicando pedagogía. En mi opinión son puntos tremendamente generalistas y que son difíciles de aterrizar y concretar.
El esfuerzo realizado por la Fundación Telefónica durante los 18 meses ha permitido que una gran comunidad trabaje, comparta, defina y construya muchas técnicas y herramientas para diseñar el futuro de la educación. Es una tarea de todos seguir haciéndolo trabajando y observando la progresión de los conocimientos y capacidades de nuestros hijos en su proceso educativo. Y espero que podamos llegar en la mejores condiciones al futuro. Seguiremos muy atentos a los nuevos retos a los que se enfrenta la Fundación Telefónica en la educación.
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