Los malos hábitos alimentarios y el sedentarismo se posicionan como las claves de la obesidad y sobrepeso infantil. Si ya desde la infancia se adquieren malas costumbres, pueden proyectarse a lo largo de toda la vida y afectar a la salud. La niñez es el momento decisivo para consolidar buenas prácticas nutricionales y de ejercicio físico.
Uno de los problemas de salud infantil más graves de las sociedades industrializadas, aumenta también en España, incluso en niños de menos de seis años. Por esa razón Eroski Consumer ha querido comprobar de primera mano cuáles son las costumbres alimentarias y los hábitos de ocio de los más pequeños.
Para ello se han realizado 1500 encuestas en hogares de nueve comunidades autónomas, dónde viviesen niños de entre cinco y 12 años. Han entrevistado a la persona que realiza las compras en la familia (mayoritariamente mujeres, y más de la mitad eran progenitores de entre 35 y 44 años).
¿Qué es lo que se pretendía saber?
A los encuestados se les ha preguntado sobre rutinas, planificación de dietas, número de comidas al día, frecuencia de ingesta de cada grupo de alimentos, y actividades que los niños en el tiempo libre (deporte, uso de consolas y video juegos, etc.). A mí personalmente me ha parecido muy importante que les pidieran también a las madres y los padres la opinión que tienen de la obesidad infantil, sus causas y responsabilidades.Y digo esto porque a veces creo que el ritmo de vida tan acelerado que llevamos conlleva también una cierta ‘dejadez’ en las funciones parentales, entre las cuales se encuentra (indudablemente) proporcionar una nutrición orientada al crecimiento saludable. A diario vemos niños que comen bollería industrial (repetidamente) para merendar, otros a los que se les permite tomar chocolatinas 30 minutos antes de las comidas, e incluso muchos que ‘dirigen’ la compra de la semana en el supermercado.
En un 88 % de los hogares encuestados los niños realizan las cinco comidas diarias recomendadas
Entre las conclusiones que se han encontrado está el hecho de que en el 75 % de entrevistados, los padres creen que la alimentación de sus hijos es bastante equilibrada, y sin embargo aún persisten algunas costumbres erróneas en materia de nutrición: poca verdura, demasiados derivados cárnicos, mucha bollería industrial...
¿Le quitamos importancia a la práctica de ejercicio físico?
También se ha descubierto que el deporte deja de ser una asignatura pendiente entre los pequeños; según la encuesta, en un 14% de los hogares los niños no realizan en su tiempo libre ninguna actividad física (además de las dos horas de gimnasia que practican en la escuela). Y es que es muy aconsejable que los niños acumulen por lo menos 30 minutos de actividad física aeróbica todos los días.
En este tipo de estudios (y supongo que se habrá tenido en cuenta), creo que sería importante que los padres fueran conscientes de todas las posibilidades de ejercicio físico que se pueden dar. Lo digo porque mis hijos no hacen deporte de forma ‘reglada’ fuera del cole, pero se pasan la tarde correteando, trepando, e intentando mantenerse sobre bicicletas y monopatines; además de que al menos tres días a la semana caminamos con ellos por la montaña
Tendencia a comer mucha carne, menos pescado y pocas verduras y legumbres
Los niños de entre cinco y 12 años deberían comer pescado y carne entre tres y cuatro veces por semana. Sin embargo un 35 % de encuestados preparan pescado sólo una o dos veces semanalmente, aunque el consumo de carne es el adecuado.
Como dato negativo el hecho de que en un 27 % de hogares encuestados se incluyen los derivados cárnicos (embutidos, salchichas, hamburguesas) todos los días, teniendo en cuenta de que la presencia de estos productos es totalmente prescindible. También podríamos eliminar los precocinados sin sufrir ningún déficit, pero en caso de tomarlos, debería ser de forma ocasional y sin abusar.
Es recomendable comer verdura (y fruta) todos los días, pero sólo la mitad de los encuestados afirma seguir al pie de la letra esta recomendación. En cambio en los hogares se ha incrementado el consumo calórico y se han incluido en la dieta más proteínas y grasas.
Teniendo en cuenta que los niños de 5 a 12 años crecen hasta 8 centímetros por año necesitan una alimentación variada que les permita desarrollar su actividad física y estar sanos
Las chucherías son prescindibles
Sólo aportan calorías vacías, y además no nutren en absoluto… por si fuera poco quitan el apetito, se han encontrado un 26 % de hogares encuestados en los que los pequeños de la casa las comen dos o tres veces por semana, aunque el porcentaje de padres que permiten su ingesta diaria es reducido (cuatro por ciento).
Es importante tener en cuenta las cifras, aunque sólo sea para orientar o replantearnos la alimentación de nuestros hijos, porque los problemas de sobrepeso y obesidad infantil, ya no son "patrimonio" único de sociedades como la americana. Desgraciadamente, en España el 45% de la población preadolescente tiene problemas de peso, el 26% tiene sobrepeso y el 19% obesidad, cifras que no se han reducido en los últimos 10 años.
Imágenes | stevendamron, eileenmcmahon, marksdk en Flickr Fuente | Eroski Consumer Informe Completo En Peques y Más | Decálogo para una alimentación infantil más saludable, Alimentación, sedentarismo y falta de horas de sueño, variables decisivas en el mantenimiento y aumento de la obesidad infantil