Desde 2007, se han sumado medio millón de niños a la condición de riesgo de pobreza infantil en España, nos lo cuenta un informe de la Fundación Educo (antes Intervida), en su informe sobre la situación de la infancia en España. En el documento se observa la regresión de derechos asociada al riesgo de pobreza y exclusión social, así como la pérdida de bienestar.
El fenómeno de la pobreza infantil se observa desde tres factores claves para comprenderlo: características del hogar, situación laboral de los padres, y efectividad de las intervenciones gubernamentales
Los derechos humanos y, en este caso, los derechos del niño, se relacionan entre sí, y la pobreza influye en muchos de ellos, por lo que sería necesario priorizar aquellos económicos, sociales y culturales que favorezcan la salida de la situación de exclusión social y pobreza y así avanzar en el desarrollo de capacidades. La evidencia demuestra que algunas consecuencias de la pobreza infantil son irreversibles, por lo que la única manera de evitarlas es mediante políticas preventivas y no sólo paliativas. Si bien a efectos inmediatos, estas políticas pueden requerir mayor inversión, diversas investigaciones demuestran el efecto mediato de reducción progresiva del gasto social y asimismo retornos económicos a medio y largo plazo.
No es en absoluto sencillo formular y diseñar políticas preventivas pensadas para el medio y largo plazo en un contexto de crisis como el que vive la España actual. Se trata de un asunto político, de prioridades de gasto, de nuevas y viejas deudas sociales, así como de visiones acerca del desarrollo deseable y las posibilidades alcanzables.
Más niños en situación de pobreza desde que empezó la crisis
Del 24% de europeos en riesgo de pobreza, más de 25 millones son niños (concretamente, 25.712.000 según datos del Eurostat 2011). En la mayoría de países de la UE los niños tienen más riesgo de pobreza que los adultos, y esta situación no ha mejorado respecto el año 2000. A pesar de que la política social sea responsabilidad de cada Estado miembro, en 2007 la Unión intentó establecer un punto de referencia común para monitorear la pobreza infantil con el objetivo de comprender los determinantes del fenómeno y combatirlo. Estos aspectos se recogieron en la Child poverty and well-being in the EU: Current status and way forward.
Los esfuerzos para combatir la pobreza infantil a nivel europeo han incrementado la conciencia sobre el fenómeno y han situado su combate en una posición preponderante en las agendas nacionales
El aumento en la tasa de pobreza es significativamente mayor para los niños que para el total de la población, pues sólo entre el 2009 y el 2010 pasamos de una tasa de 26,2% al 30% de riesgo para los niños, cuando sólo varía en dos puntos porcentuales para el total de la población.
Desde que empezó la crisis económica y financiera en el 2007, hay 457.000 niños más en riesgo de pobreza en España, llegando a superar los dos millones y medio en el 2011 según datos del Eurostat. Esta tendencia ascendente de niños en riesgo de pobreza en España pone en relieve la vulnerabilidad de la infancia frente a situaciones de crisis.
Determinantes que explican la pobreza infantil
Características del hogar: factores como la edad de los padres o su nivel educativo están relacionados con el riesgo de pobreza; y la estructura familiar es también una variable influyente para comprender la pobres de los niños (por ejemplo las familias monoparentales y las numerosas son más vulnerables).
Situación laboral de los padres: el desempleo de los padres representa el mayor riesgo de pobreza para los hogares con niños (Minujin, 2012), razón por la cual el nuevo indicador de pobreza y exclusión social que utiliza la Unión Europea (AROPE) mide el grado de intensidad laboral del hogar. La capacidad de los padres de participar en el mercado de trabajo depende de las políticas activas de mercado que apoyan el empleo — especialmente las de apoyo a la inserción de las madres — y de la disponibilidad y accesibilidad a los servicios que permiten este apoyo, es decir, servicios de cuidado, de atención a la infancia o, en su defecto, la existencia de rentas mínimas de inserción.
Intervenciones gubernamentales: En Europa los países más ricos (medido en función del PIB/cápita) dedican más recursos a la protección social que los países más pobres. Pero dedicar más presupuesto no siempre significa que se reduzca el riesgo de po breza o se mejore el nivel de bienestar de los hogares. Los datos del Eurostat muestran que países con niveles similares en el gasto social muestran grandes diferencias en la efectividad de este gasto para reducir la pobreza infantil. Por ello es interesante observar las investigaciones que miden el impacto de las transferencias sociales teniendo en cuenta la situación de los hogares antes y después de recibirlas.
Pobreza, hambre infantil y repercusión en los estudios
Uno de los temas más polémicos en los últimos meses es la cobertura de las becas de comedor, que han llegado con presupuestos muy reducidos, a pesar de que hay niños que dependen del colegio para tener una comida decente diariamente. Durante las vacaciones de verano, hemos sido testigos de cómo estas instalaciones permanecían abiertas para alimentar a los pequeños.
Varios estudios demuestran que los niños que viven en condiciones de pobreza tienen peores resultados escolares y esto repercute negativamente en sus oportunidades del futuro. Uno de ellos, realizado en el Reino Unido para estimar el coste de la pobreza infantil (Hirsch, 2008), observa que la desventaja educacional empieza temprano dado que los niños pobres de menos de tres años están seis meses por atrás en habilidades cognitivas que el resto. Además la distancia entre los niños pobres y el resto sigue creciendo a medida que avanzan las etapas escolares.
Según el mismo estudio, los logros educacionales de los niños se ven afectados por un número de factores como el estrés familiar, el nivel educacional del hogar y el grado de participación en actividades extraescolares. Y en todos los casos, los bajos ingresos familiares contribuyen a que la conjunción de factores no sea positiva. He aquí una primera relación entre pobreza y educación.
La segunda relación ya demostrada ampliamente se refiere a las oportunidades que brinda la educación en igualdad de oportunidades para romper el ciclo intergeneracional de la pobreza y promover el ascensor social
A pesar de que la educación no sea el único factor determinante de la movilidad social ascendente, sí emerge como un factor clave para reducir la pobreza en los adultos. Tanto la educación temprana (de 0 a 6 años) como la prevención del abandono escolar prematuro (en los adolescentes) han demostrado ser medidas eficaces para reducir la pobreza en la vida adulta.
Las becas Educo
Hemos visto en la televisión el anuncio de la acción de Educo que con el proyecto de Becas Comedor quieren que niños y niñas españoles tengan la oportunidad de recibir algo tan básico como una comida completa al día. Colaboran con un mínimo del 50% del coste de una comida diaria en el comedor, y actúan a través de los colegios. ¿Conocéis la iniciativa?
Al inicio del siglo XXI España arrastraba dos millones de niños y niñas pobres, ahora la cifra ha aumentado: esta pérdida de bienestar y el aumento del riesgo de pobreza infantil, desde un enfoque de derechos, no pueden considerarse problemas sociales sino una vulneración de derechos que los Estados tienen la obligación de remediar.
Más información | Educo Informe Completo | Aquí En Peques y Más | En situaciones de conflictividad social, económica y de pobreza, la salud de los niños empeora, Trece millones de niños en la Unión Europea carecen de elementos necesarios para su desarrollo, Las tasas de pobreza infantil en España entre las más altas de los países industrializados