Es sorprendente pero cada año con la llegada de las altas temperaturas, ocurren accidentes con niños que han sido olvidados (o dejados por un espacio de tiempo limitado) dentro de vehículos cerrados sin ventilación. La Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria señala que la prevención es el único arma que tenemos para hacer frente a estas situaciones tan dramática.
Como sabéis, dentro de un coche cerrado, la temperatura aumenta rápidamente, y esto ocurre incluso en días relativamente frescos, si son claros y soleados. El vehículo se convierte en una especie de horno, para que os hagáis una idea, a 36 º C ambientales, la temperatura en el interior aumenta hasta los 67 º C en sólo 15 minutos. Si el cristal de las ventanillas se ha bajado cinco centímetros, la temperatura será de 50 º (o sea aún muy alta aún).
Teniendo en cuenta que un niño puede llegar a alcanzar 42 o 43 grados de temperatura corporal dentro de un coche aparcado al sol (y sin ventilación) en verano, es más que comprensible que en Estados Unidos se realicen campañas llamativas como esta que vimos el año pasado, y estos dos vídeos que os he insertado. Tengamos en cuenta que en los peques de menos de cinco años, los mecanismos de regulación de la temperatura corporal no son tan eficaces como en un adulto, Esto ocurre por que acumulan más calor y se deshidratan con más facilidad.
Pueden sufrir un golpe de calor en menos tiempo que un adulto; y alcanzando la temperatura que señalo más arriba, hay probabilidades de que murieran en 30 a 60 minutos.
Si te encuentras un niño solo encerrado dentro de un coche
Y más aún, si el coche está al sol, y el peque muestra signos de hipertermia (respiración rápida, irritabilidad, vómitos, decaimiento, o disminución del nivel de conciencia que puede acompañarse de convulsiones); deberías actuar inmediatamente, porque el pronóstico está condicionado a la rapidez de actuación:
Avisar a los servicios de emergencias.
Se debe intentar abrir el automóvil siempre manteniendo la seguridad del menor (si se rompe un cristal, que sea de una ventanilla alejada).
Enfriar el cuerpo, trasladando al niño a una sombra o zona más fresca, aplicando paños o toallitas mojadas en la cabeza y resto del cuerpo (cambiándolos cada poco tiempo por otros frescos). Podemos utilizar también un ventilador que aumentará el efecto refrigerador.
La cabeza de la víctima estará elevada, y (sólo si está consciente) se le pueden ofrecer líquidos, preferentemente con sales (como soluciones de rehidratación oral) en pequeñas cantidades con frecuencia.
La mayor parte de los casos son niños menores de dos años, atados en la silla de seguridad del asiento trasero, pero hay niños más mayores que sabrían desatarse, pero después no podrían salir del coche porque las puertas del vehículo están cerradas con llave, y aunque tuvieran edad para reaccionar, no podrían encender el aire acondicionado sin la llave del contacto.
No hay un perfil típico de quien olvida a un niño en esta situación, a cualquiera le puede ocurrir, aunque los niños deberían ser prioridad, pero en ocasiones el estrés juega muy malas pasadas. A veces no se trata de un olvido sino de un ‘voy a comprar algo en cinco minutos, y prefiero dejarme aquí a los niños para ir más deprisa’, ya he comentado en alguna ocasión que los cinco minutos se pueden convertir en 25, y que realmente no hay nada más importante que nuestros hijos.
A veces no es más que la curiosidad de un niño que coge las llaves, se mete y no puede salir por sus medios, por eso es mejor que no tengan acceso a la apertura del vehículo familiar.
En cualquier caso, como se ha mencionado más arriba, la prevención es la mejor arma que tenemos. Os he comentado que en Estados Unidos se realizan campañas de prevención, y es que allí mueren todos los años niños por este motivo, según he leído este año el número de víctimas ya asciende a 11.
Vía | SEPEAP En Peques y Más | Los niños no se deben quedar solos en el coche, ¿Cómo debemos protegernos ante las altas temperaturas?