El aumento constatado de casos de acoso escolar entre menores escolarizados nos debería (como mínimo) escandalizar, y cada uno de nosotros desde nuestra posición (padres, profesor, miembros de movimientos asociativos o profesionales de la comunicación) deberíamos poner nuestro granito de arena para concienciar, educar y buscar soluciones.
En este tema no todo son malas noticias puesto que, como sabéis, nos hemos hecho eco de algunas experiencias pioneras que se están llevando a cabo en las aulas de centros educativos. Proyectos de aprendizaje cooperativo en Extremadura, trabajo sobre las relaciones afectivas en Cantabria, el consolidado PREVI de la Comunidad Valenciana que al parecer ha conseguido reducir los episodios de violencia.
Las conductas inadecuadas a través de Internet, en ocasiones van asociadas a la posibilidad de lanzar rumores, ejercer acoso contra los demás y desvirtuar el objetivo de la comunicación. Y esto es lo que está ocurriendo en Toledo dónde ‘la mitad de los alumnos de ESO ha sufrido o sufrirá ciberbullying durante sus estudios'. La enfermera Blanca González ha elaborado un estudio en dos centros educativos (un instituto y un colegio privado concertado) sobre la incidencia del ciberbullying. Y ha detectado que un 46,8 por ciento de los alumnos de primero y tercero de ESO dicen haber sufrido alguna vez acoso escolar a través de las nuevas tecnologías, y un 2,2 por ciento de los alumnos sufren acoso severo.
Sobre todo han recibido mensajes ofensivos a través del teléfono móvil o internet. Pero también han sufrido difamaciones y difusión de rumores sobre su persona, llamadas anónimas para intimidarles y el robo de las contraseñas de sus redes sociales
El papel de los observadores del asoco escolar
Sólo el 37 por ciento de los niños acosados se lo comunican a sus padres y el 32 por ciento no se lo cuentan a nadie. Por lo general, lo primero que hacen es comentárselo a sus amigos, antes que a un adulto. ‘Eso suele ocurrir porque a veces los padres reaccionan de forma desproporcionada, quitando, por ejemplo, la conexión a internet o el móvil’.
González apuesta para dar solución al ciberbullying por la concienciación temprana de los niños, la detección y la actuación. A su juicio, los observadores tienen un papel muy importante a la hora de evitarla. Pero mayoritariamente se callan.
Los estudios dejan manifiesto que los niños que se dan cuenta de que un compañero está sufriendo acoso escolar no lo cuentan. No lo hacen, porque no saben diferenciar bien lo que es ‘ser un acusica’, de denunciar algo que está dañando a una persona. Además, tienen miedo de que si abren la boca pueden ser los próximos blancos en el acoso. Pero su papel es fundamental.
El prototipo de víctima de ciberbullying es el de un niño débil en cuanto a defectos físicos o sentimientos más a flor de piel. También son víctimas los hiperactivos, porque por su propia condición a veces resultan molestos para el resto (aunque obviamente esto no justifica las conductas de acoso).
Sí a las tecnologías, pero con sentido común y respeto por los demás
Del estudio también se desprende que el 43,4 por ciento de los niños, desde edades muy tempranas, tienen el ordenador en su habitación, conectado a internet, y fuera del control parental, y hasta un 93,1 por ciento el móvil. Son los que tienen más riesgo.
Es importante saber detectar los síntomas de un pequeño que sufre ciberbullying: si se vuelve retraído, duerme peor e intenta no hacer relaciones de familia puede estar sufriendo acoso escolar. También busca caminos más largos al colegio, y pone excusas para no acudir a clase.
El ciberbullying se puede hacer las veinticuatro horas al día, y el niño que lo padece se sobresalta, por ejemplo, cuando suena el teléfono
Es necesario educar en los buenos usos de las nuevas tecnologías a los niños, también a padres y profesores. Y establecer protocolos de actuación contra el ciberbullying dentro de los colegios, algo que en la actualidad no existe.
Según Blanca González las cifras que ha obtenido se pueden extrapolar al conjunto de los centros educativos de la región. Así lo quiere demostrar en un futuro a partir de la ampliación del estudio en una tesis doctoral con dos o tres colegios de cada provincial.
También comenta, y no puedo estar más de acuerdo con ella, que en nuestra sociedad ya empieza a existir más conciencia acerca de los malos tratos a menores, y sin embargo aún no hemos despertado para ponernos de frente al acoso escolar y al ciberbullying, aunque lo tenemos delante de nuestros ojos.
El problema no mejorará sin que los adultos asumamos nuestro papel educativo, sin que todos aquellos que tenemos hijos y nos relacionamos de alguna forma con niños, seamos capaces de hacerles ver que determinadas conductas no son aceptadas socialmente, que pueden hacer daño a los demás, aunque les podemos ayudar a relacionarse con respeto a través de la red. Eso, y prestar apoyo incondicional a las víctimas.
Imagen | BarbaraLN Vía | Contra el acoso escolar o bullying Más información | Tribuna de Toledo En Peques y Más | El papel de escuela y sociedad en la prevención y abordaje del acoso escolar, Evitar la violencia escolar por medio de la resolución de conflictos, En Perú aumentan los casos de acoso escolar y se constata falta de control por parte de los colegios