El deporte es saludable, porque el ejercicio físico no solo ayuda a mantenernos en forma y a sentirnos mejor, sino que contribuye a mejorar el equilibrio energético que evita problemas de sobrepeso u obesidad. Pero si los niños deportistas ingieren alimentos insanos durante los entrenamientos o como premio al esfuerzo tras una competición, y lo hacen frecuentemente, pueden surgir problemas de sobrepeso.
Lo dice un profesor asociado de Pediatría en el Wake Forest Baptist Medican Center, y supongo que esta será una afirmación que estará en boca de más pediatras y nutricionistas. Y es que precisamente este equilibrio energético que he mencionado más arriba, se puede ver alterado si se consumen más calorías de las que se gastan. El doctor Skeleton es el autor principal de un estudio en el que han participado niños de ocho a 10 años. En el transcurso del mismo se observó como un 90 por ciento de los alimentos que estos comían durante o después de las actividades deportivas, se habían adquirido en el bar de las instalaciones deportivas, e incluían paparas fritas, dulces, bebidas azucaradas o galletas.
Ahora es cuando una se queda pensando ‘¿por qué en las cantinas de las instalaciones deportivas no se fomenta la alimentación saludable?’. Me recuerda esto a aquella empresa que pretendía vender bollería en las inmediaciones de los colegios
Es que un plátano, una manzana, un bocadillo de jamón, unos palitos de pan, o una tostada con aceite, son más sanos que los snacks envasados, por no hablar de los bollos rellenos de crema o los refrescos gaseosos. ¿Tanto cuesta gestionar un puesto de venta de comida que no sea perjudicial? Seguro que no, aunque en la actualidad puede que nos estemos olvidando de las necesidades de los niños en favor de los intereses comerciales.
Quizás Skeleton y sus colaboradores no habrían llamado la atención sobre este tema, si la exposición a estos productos fuera puntual, pero resulta que los niños que practican deporte y participan en campeonatos o competiciones, se encuentran muchas veces al mes en un lugar dónde existe un establecimiento al que los padres acuden para comprarles la merienda después del esfuerzo.
Una solución, claro está, es hacer lo que hacemos muchos cuando pasamos un día fuera de casa por cualquier motivo. Se prepara una mochila con comida saludable y botellas de agua, y se abre cuando los niños tienen hambre. Pero claro, los padres tienen bastante responsabilidad en esto, aunque no la tienen toda, ¿sería mucho pedir que la sociedad en general se preocupara un poco más por la infancia?
Imágenes | Public Affairs Office Fort Wainwright, Hamed Saber, Francisco Osorio Vía | Daily Mail Más información | News Wise En Peques y Más | ¿Qué hacemos con nuestros hijos y el consumo de azúcar?, Los niños que practican deporte de forma recreativa no necesitan bebidas deportivas ni energizantes, ¿Cómo cuidar la alimentación de los niños deportistas?