Algunas madres (entre las que me encuentro) y algunos padres, tendemos a llamar ‘princesas’ a las niñas, o ‘príncipes’ a los niños; por supuesto no pueden aspirar a la categoría de rey de la casa, puesto que esta está reservada a los padres. Los primeros años de las vidas de mis hijos, si que se me escapaba el apelativo en cuestión, eso sí… me sonaba rarísimo y fuera de lugar.
Aunque la niña sí que ha sido de seguir a las princesas Disney (afortunadamente poco a poco se va olvidando de ellas), nunca me han parecido un buen modelo, sí, y ya sé que podrían estar gustándole y no influirle. Pero es que ser una princesa rosa ¡es tan aburrido!, y mi hija tiene tantísimas cualidades por las que reconocerla.
De ella puedo esperar que sea pintora, aunque también inventora, y que llegue a ser una conocida jugadora de hockey sobre patines, o incluso que divulgue costumbres poco conocidas de los insectos, convertida en una brillante entomóloga. Mi hija podrá ser una madre afectuosa, y a la vez una defensora de los derechos de las mujeres; es posible que cumpla uno de sus sueños (ser astronauta), o también que se dedique a componer obras musicales de éxito. Pero ¿princesa?, ¿acaso sus padres pertenecen a la realeza? Pues algo parecido pensó la fotógrafa Jaime Moore cuando su pequeña hija Emma cumplió cinco años, y ella buscaba inspiración para las fotografías que serían un recuerdo de esa edad. Se dio cuenta de que las princesas Disney, son un referente para otras madres y otras niñas. Sin importarle demasiado a qué parte de esta relación (madre / hija) se le ocurre parecerse a las protagonistas de estas películas ñoñas, decidió que en el mundo han habido (y hay) mujeres reales que han hecho mucho por ellas mismas y por las demás, y que a la niña le vendría bien conocerlas muy de cerca, así nació la serie de fotografías 'Not just a girl...'.
Activistas que consiguieron que las mujeres pudiéramos votar, científicas que han hecho descubrimientos importantes, políticas que gobiernan sus países, escritoras que han creado obras atemporales, escaladoras que han subido más de un ocho mil. ¿No es importante que sepan que pueden acariciar sus objetivos si se lo proponen? Y con esta idea, Jaime lanzó unas fotografías en las que la niña se vestía y posaba como Amelia Eahart, Coco Chanel, Jane Goodall, Susan B. Anthony o Hellen Keller.
Me ha parecido una idea bonita, al fin y al cabo es mucho más productivo e interesante encontrar inspiración en personas cuyo modelo es alcanzable en la práctica. Pocos meses después Jaime inició un proyecto de crowfuding en Indie Gogo , que ha finalizado sin llegar a conseguir la financiación necesaria; pretendía seguir explorando todo lo que tantísimas mujeres de cualquier procedencia, cultura y condición social, pueden aportar a las niñas de hoy en día.
Vía | Animal Político Más información | Jaime C. Moore En Peques y Más | ¿Las princesas rosa son aburridas?: la infancia vista con 'lentes de género'