No son lo mismo alimentos que nutrientes, aunque muchas veces hablamos de ellos indistintamente. Un artículo publicado en Fundació Roger Torné por la médico de familia Esther Martín nos aclara que a pesar de que conocemos la pirámide (o la rueda) de los alimentos, no solemos entender las razones de base para incluir unos u otros alimentos en las recomendaciones para una alimentación saludable.
Los alimentos son los productos sólidos o líquidos que ingerimos (la leche, el pan, el tomate, el queso), de los cuales el cuerpo obtiene los nutrientes que necesita para vivir, expulsando todo aquello que no es aprovechable. En cambio, cuando hablamos de nutrientes, nos referimos a los compuestos químicos que contienen los alimentos y que aportan a nuestras células todo lo que necesitan para vivir
De nutrientes y sus funciones
Los nutrientes cumplen tres funciones bien diferenciadas en nuestro organismo:
Función energética: aportan energía a nuestro cuerpo para el correcto funcionamiento celular. Ya sea para actividades tan básicas como respirar, dormir o descansar, hasta otras más intensas como correr, saltar o bailar, la energía es necesaria para las células de nuestro organismo. Los nutrientes fundamentales para cubrir esta función son los azúcares y las grasas (están actúan como reserva energética).
Función plástica o reparadora: nos proporcionan los elementos materiales necesarios para formar la estructura de nuestro organismo, durante el crecimiento y en sus procesos de renovación. Esta función la desempeñan fundamentalmente las proteínas y, en menor grado, los minerales.
Función reguladora: al controlar ciertas reacciones químicas que se producen en las células para su correcto funcionamiento. Las vitaminas y los minerales son los principales encargados de esta función en nuestro organismo.
Los alimentos están formados por los siguientes nutrientes: proteínas (formadas por aminoácidos), los carbohidratos (también conocidos como glúcidos o azúcares) y las grasas (o lípidos), estos son los macronutrientes ya que los consumimos en grandes cantidades y proporcionan gran parte de la energía que necesitamos.
Las vitaminas y los minerales constituyen el grupo denominado micronutrientes, o sea compuestos que nuestro organismo necesita en pequeñas cantidades. Otros nutrientes son el agua y la fibra.
Entonces ¿qué relación tienen los alimentos con los nutrientes que necesitamos?
Miremoslo así ¿todos los alimentos sirven para lo mismo? claro que no porque cada uno de ellos está formado por distintos nutrientes (con diferentes funciones). Los beneficios que nos aportarán serán distintos según el tipo de nutrientes y la proporción en la que se presentan.
Así por ejemplo, la carne y el pescado, son ricos en proteínas, ayudan a regenerar nuestro organismo, fomentando el crecimiento y la renovación de tejidos. Nuestro cuerpo necesita proteínas provenientes de los alimentos que ingerimos para fortalecer y mantener los huesos, los músculos y la piel. Y por si fuera poco las proteínas de la carne son completas. Es importante comer proteínas (animales o vegetales) a diario, puesto que no se almacenan como lo hacen las grasas.
¿Qué pasa con los huevos, lácteos y aceites? pues que son ricos en grasas, y con su ayuda mantenemos constante la temperatura del cuerpo; los primeros además también son fuentes de proteínas. Y todos participan en la absorción de ciertos tipos de vitaminas, y son un buen sistema para almacenar energía.
Verduras y hortalizas tienen muchas vitaminas, minerales y antioxidantes, así que ayudan a regular las funciones de nuestros órganos; también tienen mucha presencia en fibras que facilitan el tránsito intestinal.
El azúcar, los cereales o las legumbres, aportan mucha energía para las actividades diarias; en especial los cereales son necesario a diario porque proporcionan hidratos de carbono complejos, y también aportan vitaminas (de los grupos B y E).
No son buenos ni los excesos ni los defectos
Cada nutriente cumple funciones específicas que ayudan a mantener el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Sin embargo, el consumo en exceso o defecto de cada uno de ellos también puede ocasionar problemas de salud importantes
Como ejemplos el consumo exagerado de grasas puede dar lugar a ciertos problemas cardiovasculares, y el exceso de carbohidratos está asociado a la obesidad; por su parte el déficit de vitaminas puede dar lugar a enfermedades carenciales, y su exceso problemas de salud como intoxicaciones. También se sabe que el exceso de proteínas puede dar lugar a problemas de la función hepática, y su déficit a debilidad muscular.
Para finalizar, matiza Esther Martín que aunque comer equilibradamente no es difícil, sí precisa de una voluntad por experimentar las ventajas sobre nuestra salud y bienestar. A tener en cuenta unas sencillas claves para conseguirlo:
Consumir una variedad de alimentos, que incluyan los vegetales, frutas y productos con granos integrales.
Consumir carnes magras, aves, pescado, guisantes y productos lácteos.
Beber mucha agua.
Consumir moderadamente sal, azúcar y grasas saturadas.
Son recomendaciones sencillas e aplicar en nuestra familia que nos permitirán adoptar una alimentación más saludable y servirán como protección ante enfermedades futuras.
Imágenes | epSos.de, Trisha, Beth Rankin, Andrea Arden, Search Engine People Blog Fuente | Fundación Roger Torné En Peques y Más | Decálogo para una alimentación infantil más saludable, La importancia de las vitaminas en el desarrollo de los niños, Las proteínas son necesarias para el crecimiento, pero deben combinarse con otros nutrientes