Tengo que confesaros que después de leer ‘Petunia Petulante y la liebre de la luna’, no pensé que otros títulos posteriores con los mismos personajes me pudieran sorprender. Esa pequeña princesa consentida se desconcierta muchísimo con la alocada liebre que viste leotardos a rayas, pero creo que quien más le ayuda a valorar lo que tiene sin pedir es Sandra, un dragón con nombre de chica que sabe muy bien cómo negociar.
Sin embargo, ahora acabo de leer ‘Petunia Petulante y el enorme y carísimo diamante’, me he divertido muchísimo, y tenía ganas de contároslo. En vista de que mis hijos estaban demasiado ocupados con sus libros de terror (¿recordáis cuándo repasábamos los temas preferidos de los preadolescentes?) o la re lectura (para ella es fascinante, y para mí un poco tediosa, la verdad) de una versión de ‘La Cenicienta, decidí emprender esta aventura por mi cuenta… En este libro, Petunia es una niña mucho más juiciosa, aunque la Liebre sigue tan extravagante (o más) como la conocíamos, Sandra sólo aspira a tener una vida tranquila, aunque si tiene que ayudar cuando hay problemas, siempre está dispuesta.
Y los reyes, es decir, los papás de Petunia, pues vivirán emociones para las que demuestran estar preparados, y que seguro que les sacan de su monotonía.
Cuando entra en acción el tío Julián (hermano de la reina Elsie), todo se pone ‘patas arriba’ porque parece que hay un tesoro de por medio, pero el mapa auténtico está en manos de los piratas, y es por eso que el recién aparecido tío debe reproducirlo con la ayuda de la Liebre, que garabatea dibujos en color.
Muy probablemente el ‘pajarraco’ que Julián lleva en el hombro no sea de fiar, y casi todos se dan cuenta desde un principio, aunque los planes para deshacerse de él no salen del todo bien.
La cuestión es que la memoria del tío no funciona del todo mal, y en poco tiempo se verán empezando la búsqueda de un tesoro en el laberinto del jardín, y aunque el rey tuvo que dejar la cesta de picnic pudieron quedarse con las linternas.
Y todo esto transcurre entre papeles de caramelo, cobertura de pastel azul, recuerdos guardados en los leotardos, piratas desembarcando en la playa y muchas emociones encontradas entre todos los personajes.
¿El final?, bueno, no vais a creer que os lo quiero contar ¿no?
El libro está publicado por Maeva Young, escrito por Sue Monroe, y escrito por Birgitta Sif.
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