Cuando era pequeño los teléfonos sólo servían para hablar, con una sola persona, y además había que hacer un esfuerzo de memoria para recordar qué número tenía el interlocutor y teclearlo o discarlo en el aparato. En el siglo XXI los nativos digitales o como les queráis llamar a los que han nacido en este siglo, han accedido a dispositivos que permiten la comunicación con muchas personas de forma simultánea, sin recordar ningún número, sin conocer a casi nadie y con unas funcionalidades añadidas como acceso a juegos o a información con contenidos de interés.
¿Y qué pasa si les dejamos el teléfono a nuestros hijos? Pues que corremos el riesgo de que las aplicaciones o juegos que utilicen permitan la conexión a una red social y se pueda difundir, desde un éxito en un videojuego, como le pasó a Fátima Báñez, hasta una imagen tomada con la cámara de fotos incorporada como le pasó a Santiago Cañizares. En medio puede haber de todo: mensajes enviados desde el correo electrónico de la empresa o desde el personal, accesos a páginas en Internet con contenido no apto para menores, mensajes en redes sociales confusos o absurdos, etc.
Así que existe un alto riesgo de que pase algo si les dejamos el teléfono a los peques y por eso es muy importante explicarles qué características tiene el dispositivo y que es muy importante no mezclar los usos que se pueden hacer con las aplicaciones. Y es que si le dejamos el teléfono o un dispositivo conectado a los peques quizá se pueda desconectar el acceso a los datos para que no utilice las redes sociales, envíe correos electrónicos o se conecte a páginas no deseadas.
Además hay que revisar qué ha pasado después de que le hayamos dejado el dispositivo, conviene restringir el acceso a las compras de aplicaciones o generar avisos en el móvil de la tarjeta de crédito para saber si está comprando a discreción, y sobre todo explicarle que si se le deja el teléfono para jugar sólo tiene que hacer eso y nada más.
Las redes sociales no son un juego y especialmente si eres una persona mediática es muy fácil convertirte en una de las referencias más comentadas en el día. Hay que estar pendiente y atento. No me gusta prohibir porque creo que es posible dejarle el dispositivo aunque sí tenemos que seguir alguna pauta para reducir los sustos y riesgos al máximo.
Y es que lo que seguro que va a conseguir nuestro peque es cualquier cosa excepto ¡llamar a alguien con el teléfono!
Imagen | mgstyer