Hemos sabido que el “sexting” se extiende cada vez más entre los adolescentes del Reino Unido (probablemente este aumento en la incidencia se esté produciendo simultáneamente en otros lugares del mundo). Hasta el punto que los resultados de una encuesta, revelan de el 40 % de los adolescentes preguntados, han reconocido haber creado este tipo de contenido sexual, aunque sólo una cuarta parte lo había enviado por mensaje.
Como ya sabéis, el sexting, consiste en la difusión o publicación de contenidos (principalmente fotografías o vídeos) de tipo sexual, producidos por el propio remitente, utilizando para ello el teléfono móvil u otro dispositivo tecnológico
Hace un tiempo ya advertíamos de los riesgos inherentes al sexting, que se pueden resumir (y para obtener más información podéis leer el enlace) en: riesgos psicológicos, ciberbullying, extorsión, grooming, o riesgos físicos por la posibilidad de geolocalización. No podemos confundir distribuir imágenes o grabaciones de este tipo con una chiquillada sin importancia, debido a las repercusiones que puede tener. Y no caigamos en el error de pensar que son cosas de la edad: evidentemente los que crean, participan o difunden el sexting lo harán mayoritariamente para divertirse (y en otras ocasiones para humillar a otros). Pero la difusión masiva de contenidos en la red, no es compatible a compartir secretos, confidencias o (por qué no) fotografías físicas, puesto quien envía una imagen en roba interior, pierde el control sobre ella, y a partir de ese momento, la custodia y guarda de la privacidad queda en manos de las buenas intenciones de quien recibe.
La conexión a internet de los móviles permite que los "sexts" o mensajes de contenido sexual se publiquen de forma instantánea en las redes sociales y los convierte en accesibles para millones de personas, con el riesgo de que delincuentes los utilicen para hacer chantajes
Respecto a los resultados de la encuesta que hemos comentados, es sorprendente (y a la vez comprensible) que un 28% de los que habían compartido vídeos e imágenes de contenido sexual, no sabían si el mensaje había llegado a terreras personas. Por otra parte, más de la mitad de la muestra comentó que había recibido este tipo de material, y una tercera parte, lo había recibido por parte de contactos desconocidos. Parece ser que se ha convertido en una moda, y también entre adolescentes que tienen pareja: hasta tal punto se descuida la privacidad, que se envían mensajes de la otra persona.
Consejos para menores
Son los mismos sobre el sexting que redacté en el post enlazado arriba, pero recordemos:
Cuando envías una información pierdes el control sobre ella y su destino. Piensa antes de publicar.
La seguridad y privacidad en las nuevas tecnologías a veces puede ser vulnerada de las formas más simples. La pérdida del teléfono móvil (si no está protegido) puede poner a disposición pública nuestra información, pero también existen vulnerabilidades e infecciones con “virus informáticos” (malware) que pueden permitir un acceso no autorizado. Si no se está seguro de poder proteger información sensible puede que sea mejor no tenerla guardada en ese dispositivo.
No ceder ante la presión ni el chantaje. Tampoco ser partícipe del sexting: ni creándolo, ni reenviándolo, ni fomentándolo.
Creo que el resultado de divulgar fotos de contenido erótico, será casi siempre inesperado, como ejemplo esta noticia reciente en la que se nos informa de la detención de unos menores que habían sido detenidos por chantajear a otra niña a que mantuviera relaciones sexuales con ellos, a cambio de no difundir imágenes suyas (de contenido sexual) entre sus familiares, profesores y compañeros.
Como dijimos en una ocasión, los padres cuando ocurren estas cosas, no podemos ser los últimos en enterarnos. Ahora estamos a tiempo de impedir que nuestros hijos se conviertan en huérfanos digitales, vale la pena.
Imágenes | "PictureYouth", Quinn Dombrowski Vía | La Vanguardia En Peques y Más | Consejos para proteger a nuestros hijos del ciberacoso y el grooming