Hoy os he traído la segunda parte del post dedicado a la escritura en niños zurdos, recordaréis que os hablaba hace unos días del comienzo de la escritura, basándome en un artículo de Doña Mª Rosario Villagrasa Ballester. En él se refuerza la idea de que los niños zurdos tienen un desarrollo evolutivo acorde a su edad, y también se tiene muy presente que no deberíamos permitir que la zurdera fuese para ellos un problema.
En el anterior artículo, hicimos un resumen del apartado dedicado al “comienzo de la escritura”, explicando (entre otras cosas) que son los niños los que definen su propia dominancia lateral (un 10 % de la población utilizan de forma espontánea para escribir su mano izquierda). El hecho de que alguien prefiera escribir con la izquierda no debe motivar manipulaciones por el entorno, pero sí un buen seguimiento y el cuidado del tipo de escritura a utilizar, siempre pensando en prestar ayuda.
Para hoy he escogido una foto de alguien dibujando con la izquierda, porque aunque el post está dedicado a la escritura, los zurdos también utilizan esta mano para otras actividades más o menos cotidianas. Vamos a hablar de cómo superar las dificultades y de la solución a los problemas que se plantean, porque nos gusta dar una visión positiva a este tema. Por un lado los niños zurdos son perfectamente normales, y por otro necesitan apoyos para salvar dificultades que vienen dadas por el hecho de que las normas en la escritura están pensadas para diestros, y nadie ha planificado que (a causa de su lateralidad) requieran coordinación y un buen seguimiento.
La superación de las dificultades
Las dificultades en la escritura de los zurdos aparecen pasados meses o años, no es infrecuente que los niños que acuden a la consulta de “reeducación de la escritura” estén en la etapa caligráfica infantil (10 / 12 años).
En este momento, el niño debería estar consolidando sus destrezas escriturales trabajadas en la etapa anterior –Precaligráfica-, que dura normalmente de dos a cuatro años, pero su duración varía mucho según los niños, el contexto escolar en que se desenvuelvan y según las posibilidades motrices o intelectuales del niño
A consecuencia de una mala estructuración, la escritura de este niño no alcanza los niveles de madurez y equilibrio necesarios, haciendo que nos muestre una escritura torpe, insegura e infantil. Se dice que un niño es disgráfico, cuando la calidad de su escritura es deficiente, sin haber ningún déficit neurológico o intelectual que lo explique.
Generalmente, estos niños que acuden a la consulta son alumnos que no llegan a superar esta etapa y desarrollan una disgrafía: diremos que un niño es disgráfico cuando, la calidad de su escritura es deficiente, no habiendo ningún déficit neurológico o intelectual que explique esta deficiencia
Dado que la escritura sólo es posible a partir de un cierto nivel de organización de la motricidad, de una fina coordinación de los movimientos y de una posible actividad de éstos en todas las direcciones del espacio, diremos, pues, que la escritura, actividad convencional y codificada, es el fruto de una adquisición y ésta no es posible más que a partir de un cierto grado de desarrollo intelectual, motor y afectivo.
Nos cuenta la autora del artículo original que el niño zurdo rechaza las tareas escritas, mostrándonos una escritura lenta, torpe y retocada, volviendo sobre lo que acaba de escribir y, a veces, repasando letras enteras, apareciendo atrofias en la mayor parte de las letras e irregularidad. Todas estas manifestaciones vienen acompañadas de un intenso dolor de hombro, brazo y mano debido a la posición incorrecta de su cuerpo a la hora de escribir.
Estos problemas que se plantean son bastante frecuentes en reeducación de la escritura y exigen soluciones prácticas que permitan ser encauzados a partir de un estudio exhaustivo de cada caso concreto. El primer paso será, pues, consolidar la lateralización para que la dominancia sea homogénea, adiestrando la mano dominante según las destrezas adquiridas, buscando estrategias para ganar soltura y velocidad y trabajándose técnicas encaminadas a una correcta colocación tanto de la mano como del papel.
La solución a los problemas
Cuando, a lo largo de los años, el niño zurdo ha ido tratando de acomodarse a la zurdería generalmente entre los 12 y los 14 años, surge una etapa de confusión que provoca cierto desconcierto tanto en el niño como sus padres y profesores dado que su escritura no logra superar la etapa escritural anterior.
Es en este caso cuando la reeducación se hace más precisa, justo cuando el propio niño se da cuenta de sus limitaciones, es cuando debemos ayudarle a intentar superarlas. Aquí debemos conseguir que le niño adquiera seguridad en sí mismo, aceptando su escritura y buscando soluciones.
Propondremos ejercicios para lograr la progresión cómoda en la escritura, con movimientos cursivos y estilo de escritura libre vigilando la correcta progresión de izquierda a derecha. Buscaremos la agilidad, la ovalización, las simplificaciones, especialmente al principio de la palabra para que no haya arrastre. Utilizaremos todos los medios a nuestro alcance que puedan mejorar la eficacia del niño zurdo, proporcionándole lugares amplios para que pueda realizar los ejercicios: pizarra, papel continuo…, así como diversos instrumentos de escritura: pinceles, pinturas, rotuladores de distinto grosor y bolígrafo. Se desterrarán las plumas puntiagudas ya que impiden el desplazamiento sobre el papel
En general, y en todos los planos de la escritura, intentaremos en el niño zurdo, al igual o más que en el diestro, la adaptación del método a seguir en su reeducación escritural sea en cada caso individual, atendiendo a sus dificultades y proporcionándole técnicas para la superación del problema.
En el plano de la escritura, los zurdos sufren un handicap por las condiciones difíciles que se le presentan en el movimiento gráfico debidas al uso de la mano izquierda, sean cuales sean las dificultades generales. La escritura cursiva que progresa de izquierda a derecha, en el plano horizontal es más fácil para los diestros debido a que va en el sentido natural de progresión de la mano derecha.
El niño zurdo tapa lo que escribe a medida que su mano avanza. Esa dificultad provoca en el zurdo toda una serie de conductas compensadoras que no están siempre adaptadas a las circunstancias, pudiendo elegir, cuando el papel está recto delante de él, entre:
- Crispar el hombro izquierdo acercando su brazo.
Inclinarse a la derecha para arrastrar su brazo y progresar sin crisparse demasiado.
Permanecer recto, sin crisparse, aunque entonces “barre” la línea con su mano.
Para evitar este último inconveniente, algunos zurdos colocan su mano por encima de la línea para dejarla libre. El brazo y el antebrazo se separan del tronco con amplio movimiento giratorio.
Para abordar estos problemas se deberá trabajar los siguientes aspectos:
a) Posición de la mano: mano por debajo de la línea, mano por encima de la línea.
b) Disposición de papel.
c) Progresión del trazado.
d) Formas de la escritura: vertical o inclinada hacia la izquierda.
Para todos aquellos que estéis interesados en ampliar la información, os remito al artículo de Doña María Rosario Villagrasa, que es muy extenso y clarificador.
Tras la reeducación, se gana en velocidad, horizontalidad, ovalización y armonía, apreciándose una enorme evolución de la escritura y desapareciendo fenómenos dolorosos al haber evitado la crispación en el plano motor.
En este momento, el niño zurdo adquiere el gusto por la escritura y la expresión, siendo éste un progreso importante para su evolución en el aprendizaje
Por último queremos agradecer al Instituto de Estudios Psicografológicos y a la autora que nos hayan permitido reproducir esta información.
Imagen | Sarah G Fuente | Instituto de Estudios Psicografológicos En Peques y Más | El comienzo de la escritura en los niños zurdos