Athena Orchard era una niña de tan solo 12 años que dejó un mensaje hasta ahora secreto, en el reverso del espejo de su habitación en el que seguro que cada día repasaba su aspecto, y al que puede que hiciera algunas confidencias propias de la edad. No sólo ha dejado un mensaje sino unos padres y hermanos desolados por la falta. Han bastado pocos meses para que una terrible enfermedad le arrebatara su juventud, y toda su vida. El bultito que encontraron en su cuello era un tumor, su rápida extensión hizo que se desmayara justo antes de las Navidades pasadas. La noticia había caído como un jarro de agua fría sobre una gran familia que hasta entonces vivía feliz.
Athena vivía en Leicester (Reino Unido), y soportó con valentía el tratamiento que le habían administrado contra un osteosarcoma. Días después de su fallecimiento su padre descubrió varios mensajes en forma de unas 3000 palabras escritas minuciosamente.
Parece ser que era una chica muy inteligente, y también en cierto modo era espiritual, a juzgar por las frases que quedaron como un testigo de su proceso y sus emociones. Habla sobre esa felicidad que solo depende de nosotros, sobre el amor como el premio de la vida, y los altibajos en los que lo que cuenta son los ‘bajones’ para después poder seguir luchando y viviendo.
Es una historia triste, muy triste, un relato de lucha contra la enfermedad, y de cómo Athena se aferraba no sólo a su vida, sino a la expresión de todo lo que sentía.
Vía | Mirror En Peques y Más | "Walk me down the Aisle Daddy": el mejor recuerdo de su padre que Josie conservará al hacerse mayor, La campaña para que los niños enfermos de cáncer no se avergüencen por afeitarse la cabeza