La versión cefálica externa (VCE) es una técnica cuyo objetivo es dar la vuelta manualmente al bebé que está mal colocado con el objetivo de evitar un parto de nalgas o una cesárea.
Pese a ser la mejor alternativa, recomendada por la Organización Mundial de la Salud por su efectividad y seguridad, para evitar el riesgo de morbinatalidad infantil y materna asociado tanto a un parto vaginal como a una cesárea en posición podálica, es todavía una práctica poco común en algunos países.
Son muchas las madres a las que no se les ofrece esta alternativa cuando sus bebés están mal colocados.
¿En qué consiste la versión cefálica externa?
En una VCE, el ginecólogo intenta recolocar la bebé manualmente desde fuera, aplicando presión sobre la tripa de la madre o con un leve masaje. Al rotar el feto de posición podálica a cefálica mediante la versión cefálica externa se intenta reducir las posibilidades de una presentación podálica al momento del parto, a fin de evitar los efectos adversos del parto vaginal en presentación podálica o de la cesárea.
Generalmente, a la madre se administran primero tocolíticos, medicamentos para evitar las contracciones uterinas, para relajar los músculos del útero y el abdomen y facilitar la maniobra.
Antes, después y durante el procedimiento se monitorizan varias veces los latidos fetales para descartar sufrimiento fetal.
Cuando mi tercera hija decidió ponerse de nalgas en la semana 39 de embarazo y opté por una VCE, el médico lo que hizo fue intentar incomodarla para que ella misma se diera la vuelta. Colocó dos dedos detrás la nuca del bebé (por fuera siempre) y con ellos le fue guiando suavemente hasta que la cabeza estuvo abajo. No hizo falta más.
¿Todas las embarazadas son candidatas para una VCE?
No, existen ciertos factores de riesgo que desaconsejan esta práctica en los siguientes supuestos:
- Placenta previa
- Existencia de cicatrices uterinas por cesáreas o intervenciones previas
- Embarazo múltiple
- Sangrado vaginal previo
- Retraso del crecimiento intrauterino
- Presencia de estrés o bradicardia fetal
- Riesgo de parto prematuro
- Oligohidramios
- Si el feto presenta una vuelta de cordón completa en el cuello
- Presencia de malformaciones fetales
- Hipertensión u obesidad materna
¿Cuál es el mejor momento para hacer una VCE?
No se recomienda practicar una VCE antes de estar a término puesto que es menos efectiva, puede que el bebé vuelva a darse la vuelta otra vez y tiene más riesgos asociados. Lo ideal es no intentarlo antes de la semana 37 de embarazo.
¿Qué riesgos tiene?
Aunque existe la posibilidad de que se produzca un sangrado vaginal, desprendimiento de la placenta, rotura de la bolsa amniótica o de que el cordón umbilical se enrolle alrededor del cuello del bebé, si se practica en las condiciones adecuadas, la OMS considera que no hay riesgo real ni para el feto ni para la madre. No se han registrado pérdidas fetales asociadas a esta maniobra en series de 1000 VCE.
¿Es dolorosa?¿Necesitamos anestesia?
La VCE es una técnica que puede practicarse de forma ambulatoria puesto que no requiere anestesia de ningún tipo (aunque en algunos centros se utiliza anestesia raquídea) ni hospitalización posterior. Según lo fácil o difícil que resulte girar al bebé puede resultar algo incómoda pero no debería ser dolorosa.
Además, no se recomienda aplicar presión sobre el útero durante más de cinco minutos. Si al cabo de este tiempo no se ha conseguido dar la vuelta al bebé se deja descansar a la madre y se vuelve a intentar un rato más tarde.
En mi caso, el único momento que me dolió fue cuando el bebé al girar pasó los pies por la placenta. El resto fue completamente indoloro y me supuso muy poca incomodidad. La maniobra en sí duró unos dos minutos.
Una VCE no debería forzarse demasiado, si el bebé se resiste a girar o el procedimiento resulta extremadamente incómodo o doloroso para la madre el médico decidirá parar y volver a probar quizá unos días después.
¿Funciona siempre?
No siempre funciona. En algunos casos existe una razón física desconocida para que el bebé esté posición podálica y no se deje girar, otros bebés se resisten a girar por la razón que sea y, los más cabezotas, pueden volver a ponerse en posición podálica después de una versión exitosa. La probabilidad de que el procedimiento funcione y el bebé no vuelva a darse la vuelta es de un 58%.
Sin embargo, los ratios de éxito son muy elevados y los riesgos y costes asociados muy bajos por lo que no tenemos nada que perder por intentarlo.
¿Cuántas veces se puede hacer?
Se puede intentar o repetir una VCE varias veces aunque no se recomienda hacerlo más de tres veces en el mismo embarazo.
¿Qué se necesita para una VCE?
Realmente, como indica la OMS, para practicar una VCE no se necesita más que una camilla y un estetoscopio. Sin embargo, las condiciones ideales para la práctica de esta maniobra requerirían también la posibilidad de realizar ecografías fetales antes y después de la maniobra para verificar la posición fetal, un monitor fetal para realizar un test de estrés antes y después del procedimiento y la disponibilidad inmediata de un quirófano por si produjera cualquier complicación.
Es muy importante además que sean manos expertas las que realicen la técnica para evitar complicaciones; no todos los centros lo realizan.
Realmente, con los datos en la mano, la versión cefálica externa es la mejor alternativa para evitar el parto en posición podálica y debería ofrecerse a todas las embarazadas cuyos bebés estén mal colocados.
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