¿Os imagináis a una mujer de parto y esposada? Resulta difícil, pero esta vivencia insólita y cercana a la tortura le resultó bien real a una mujer mexicana que estando presa en 2009 llevó esposas antes y después de un parto por cesárea ante la indiferencia de los agentes y el atentado contra las necesidades médicas básicas de la mujer en esta situación.
Gracias a la denuncia de la mujer, años después, de los responsables de esta situación que vulnera sus derechos, se acaba de firmar una nueva ley en Arizona (Estados Unidos) por la que las mujeres embarazadas que estén recluidas en cárceles no podrán ser esposadas ni en el momento ni después de dar a luz.
De este modo se prohíbe el uso de esposas o cualquier otro tipo de objeto que restrinja el movimiento en las muñecas o piernas de las mujeres durante su transporte, parto y recuperación del mismo. Con esta legislación Arizona se une a otros 14 estados del país en prohibir esta práctica, lo cual deja a decenas de Estados sin legislación al respecto.
La Unión de Libertades Civiles de EEUU (ACLU) se ha congratulado por esta noticia, aunque reclaman más avances y una generalización de la medida. Y es que, si no existe ninguna ley que prohíba el uso de esposas en mujeres embarazadas encarceladas, cada prisión y agencia policial establece sus propias reglas.
La organización de defensa de derechos civiles sostiene que restringir a una mujer embarazada puede resultar peligroso para la salud de la madre y su hijo, y durante el parto no se trata precisamente de favorecer su libertad de movimientos ni de facilitarle adoptar la posición más cómoda. Y no será porque existe riesgo de fuga en pleno parto...
Sobre los derechos de las mujeres en prisión y sus hijos podemos leer esta interesante publicación de Quaker United Nations Office donde se habla de la violencia que aún sufren muchas de estas mujeres en las cárceles del mundo.
Qué ironía, las leyes las han llevado a la cárcel pero allí hay vacíos legales que las dejan indefensas y en peligro antes situaciones de este tipo.
El respeto a los derechos básicos de las mujeres (y a su salud, o la de sus hijos) deberían estar salvaguardados en cualquier ámbito y el hecho de que ya no se pueda esposar a una mujer embarazada o de parto en Arizona es una buena noticia, aunque descubrimos que se trata de una excepción en un mundo apenas legislado al respecto.
Vía | Abc Foto | JD Hancock en Flickr-CC En Bebés y más | Libertad de movimientos durante el parto, Lo que la OMS aconseja para un parto normal, Lo que la OMS desaconseja en un parto normal