Visitas a domicilio de los profesionales sanitarios tras el parto: una gran idea poco extendida
Es habitual en algunos países europeos como Holanda, Francia y Reino Unido, pero en España y en la mayoría de países aún no es demasiado conocido ni está apenas aplicado el servicio de asistencia profesional a domicilio después del parto, en esos días en los que el bebé es más frágil y las madres necesitan más ayuda y tienen más dudas. Sin duda, las visitas a domicilio de los profesionales sanitarios tras el parto son una gran idea pero muy poco extendida.
Porque, ¿quiénes mejor que un ginecólogo, una matrona, un pediatra, para ayudarte en las dudas que te surjan? ¿Quiénes mejor para comprobar el estado de salud de tu bebé, para solventar las dudas sobre lactancia, cerciorarse de que estamos curando bien el ombligo...?
Y no solo para los primeros días, un seguimiento posterior con visitas periódicas, durante el primer año o hasta los dos años como sucede en algunos países por norma, sería fabuloso. Aunque tal vez ya sea pedir demasiado... Nos conformaríamos con que pudieran venir a casa las primeras semanas del recién nacido.
Tal vez recordáis esos momentos, tras salir del hospital, llamando al ginecólogo para esto o lo otro, al hospital, a la matrona... y tal vez saliendo al pediatra por primera vez. Pero no siempre es sencilla la primera salida de casa tras haber dado a luz, en ocasiones la recuperación es lenta y tener que salir para ir a una consulta puede hacerse muy cuesta arriba.
La OMS recomienda las visitas a domicilio de los sanitarios para reducir la mortalidad neonatal en los países en desarrollo, porque se trata de los momentos más críticos para la supervivencia de los recién nacidos. Pero sin duda estas visitas pueden funcionar para cualquier mujer que acaba de dar a luz.
Durante las visitas a domicilio, los profesionales de la salud calificados deben realizar actividades variadas, a algunas de las cuales sí tenemos acceso al dar a luz en un hospital. Pero, ¿qué sucede al salir del centro hospitalario e ir por primera vez a casa con el bebé? ¿No se tiene en muchas ocasiones una sensación de abandono, de inseguridad?
Para los partos domiciliarios en países en vías de desarrollo, estas visitas supone que no mueran muchos bebés y madres y sirven para:
Fomentar y apoyar la lactancia materna temprana (en la primera hora tras el nacimiento) y la alimentación del bebé exclusivamente con leche materna.
Ayudar a mantener al recién nacido caliente (fomentando el contacto directo del lactante con la piel de su madre).
Fomentar la higiene del cordón umbilical y de la piel.
Examinar al bebé para comprobar si presenta signos de problemas graves de salud, y aconsejar a las familias que recaben atención de salud inmediata en caso necesario.
Fomentar el registro del nacimiento del niño y su vacunación oportuna siguiendo el programa nacional de vacunación.
Detectar y atender a los recién nacidos que necesitan cuidados adicionales (por ejemplo, los que tienen bajo peso al nacer, están enfermos o son hijos de una mujer infectada por el VIH).
Si es posible, proporcionar tratamiento a domicilio de infecciones locales y de algunos problemas de alimentación.
Los recién nacidos con mayor riesgo, como los niños con bajo peso al nacer, los enfermos o los hijos de madres con VIH necesitan atenciones específicas.
En nuestro entorno, tras el parto en el hospital o en casa, la visita domiciliaria de los profesionales sanitarios también sería de utilidad, tanto para controlar el estado emocional como físico de la madre tras el parto, así como el estado del bebé y su situación familiar. Pero no está extendida ni en el contexto en el que nos movemos parece que se implementará a corto plazo. En ocasiones, las mujeres han de acudir a una ayuda remunerada.
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