Las clásicas cookies o galletas con pepitas de chocolate son muy fáciles de hacer y resultan divertidas de preparar con la ayuda de los niños. Hay muchas recetas de galletas pero la que os voy a proponer es sencillísima y sobre todo, sale bien siempre.
Los peques disfrutarán removiendo los ingredientes, trabajando con la harina, probando la masa en crudo y sobre todo haciendo las bolas con la mezcla para formar las galletas, por lo que el entretenimiento está asegurado. Y lo bueno es que la merienda y el desayuno estarán resueltos por unos días.
Para hacer la masa, comenzamos triturando los copos de avena hasta que sean un polvo casi como la harina. A continuación, en un bol los mezclamos con la harina de trigo, la levadura Royal y una cucharadita de sal. En otro recipiente, batimos el huevo con el azúcar y la mantequilla.
Mezclamos ambos recipientes y añadimos una cucharadita de aroma de vainilla y lo trabajamos hasta que quede una masa homogénea. Seguro que no faltan los voluntarios para probar el sabor de nuestra masa y eso que aún no hemos añadido el chocolate.
El siguiente paso es estirar la masa en una bandeja para que se puedan añadir las pepitas de chocolate en forma de lluvia y así queden más o menos repartidas homogéneamente. Después apretamos un poco con la mano para que las pepitas se incrusten y volvemos a juntar todo haciendo una especie de bola con toda nuestra masa.
Podemos aprovechar el tiempo en que se va precalentando el horno, para formar las galletas con ayuda de los niños. Para cada galleta tomamos una cucharada de masa, hacemos una bola del tamaño de una albóndiga, y la dejamos sobre la bandeja de horno que habremos cubierto con un papel de hornear.
Hay que dejar espacio entre una y otra bola porque las galletas aumentan de tamaño para evitar que se junten unas con otras. Cuando tengamos todas las bolas de galleta colocadas, las aplastamos un poco con la mano o con una cuchara y las horneamos durante 9 minutos a 180º.
Recordad que las galletas no se pueden comer hasta que se hayan enfriado, aunque los pequeños insistan... Al enfriarse se habrán endurecido y estarán listas para su consumo. Podéis conservarlas, -si es que duran-, en una lata.
Degustación
Para tomar estas galletas con pepitas de chocolate, la mejor compañía es un buen vaso de leche fría que en verano sienta estupendamente. Si las hacéis con vuestros hijos o sobrinos, estoy seguro de que vais a tener que repetir la sesión galletera en breve, porque las primeras veces no van a durar nada.