Labio leporino y paladar hendido en el bebé, ¿se puede prevenir?
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Labio leporino y paladar hendido en el bebé, ¿se puede prevenir?

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El paladar hendido y el labio leporino son defectos congénitos que ocurren cuando el labio superior y el paladar no se desarrollan correctamente en los primeros meses de embarazo. Un bebé puede tener paladar hendido ("hendido" significa 'separado') o labio leporino o ambos.

Durante el desarrollo fetal, puede suceder que el tejido que forma el paladar y el labio superior no se unen antes del nacimiento, lo cual provoca una abertura en el labio superior. La abertura que se produce puede ser de tamaño variable, pequeña o grande si va desde el labio hasta la nariz. Puede suceder a ambos lados del labio y, menos frecuente es que se encuentre en medio.

El término “leporino” se refiere a la liebre que tiene una hendidura natural en el centro del labio, y aunque es un adjetivo popularizado, no es tan utilizado por los profesionales, ya que es un término inexacto. La descripción correcta de dicha condición es “labio hendido”.

Algunos bebés con labio leporino pueden tener el paladar hendido (en su parte anterior o posterior) si el tejido que forma el paladar no se une correctamente. Los niños con labio leporino y paladar hendido suelen tener problemas a la hora de alimentarse y en el desarrollo del lenguaje. También son más propensos a sufrir infecciones de oídos, pérdida de audición y problemas dentales.

La malformación del labio se produce entre las semanas 4 y 7 del embarazo. Es en esa etapa cuando los tejidos de su cuerpo y unas células especiales a cada lado de la cabeza crecen hacia el centro de la cara y se unen para formar los rasgos faciales como los labios y la boca. El labio hendido se produce cuando el tejido que forma los labios no se une completamente antes del nacimiento.

Por su parte, la malformación del paladar sucede entre las semanas 6 y 9 del embarazo, cuando el tejido que forma el paladar no se une completamente durante el embarazo.

Estos problemas pueden diagnosticarse durante el embarazo mediante una ecografía de rutina, aunque el paladar hendido es más difícil de ver y en ocasiones se diagnostica después de que nazca el bebé. Solo algunos tipos de paladar hendido (como paladar hendido submucoso y úvula bífida) podrían no diagnosticarse hasta más adelante en la vida.

Paladar hendido

Factores de riesgo del labio leporino

Según la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE), estas anomalías afectan aproximadamente a uno de cada 700 nacimientos. Según la Fundación Paladar Hendido, cada año en los Estados Unidos, uno de cada 600 bebés nace con paladar y/o labio hendido.

La causa exacta de las hendiduras orofaciales no se conoce completamente. El labio leporino, el paladar hendido o ambos son causados por múltiples genes heredados de ambos padres, así como también factores ambientales todavía no determinados. Se cree que pueden tener importancia elementos con los que la madre entra en contacto, o lo que coma o beba, o ciertos medicamentos que use durante el embarazo.

Cuando una combinación de genes y factores ambientales causa una condición, la herencia se denomina "multifactorial" (muchos factores contribuyen a la causa).

Al estar implicados los genes, las probabilidades de que se vuelva a presentar estas deformaciones en una familia son elevadas, dependiendo del número de miembros que tengan labio leporino y/o paladar hendido.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, hay estudios de investigación que señalan algunos factores que aumentan las probabilidades de tener un bebé con una hendidura orofacial, riesgos de los que hemos tratado en nuestras páginas:

  • Tabaquismo: las mujeres que fuman durante el embarazo tienen mayor probabilidad de tener un bebé con hendiduras orofaciales que las mujeres que no fuman.

  • Diabetes: las mujeres con diabetes diagnosticada antes del embarazo tienen mayor riesgo de tener un hijo con el labio hendido, con o sin paladar hendido, comparado con las que no tenían diabetes.

  • Uso de determinados medicamentos: las mujeres que usaron determinados medicamentos para el tratamiento de la epilepsia, como topiramato o ácido valproico, durante el primer trimestre del embarazo (los primeros tres meses) tienen mayor riesgo de tener un bebé con labio hendido, con o sin hendidura de paladar, en comparación con las mujeres que no tomaron estos medicamentos.

Manejo y tratamiento del labio leporino

Labio leporino

Lo más frecuente es que una operación quirúrgica pueda cerrar el labio y el paladar y el niño pueda hacer una vida normal. La cirugía para el labio leporino se realiza, generalmente, antes de los doce meses de edad, mientras que para el paladar hendido se lleva a cabo antes de los 18 meses. La reparación quirúrgica puede mejorar la apariencia de la cara del niño y también puede mejorar su respiración, su audición y el desarrollo del habla y el lenguaje.

Si el niño acumula otras complicaciones como las que acabamos de señalar, pueden necesitar otras cirugías, cuidado dental y ortodoncia. Para el desarrollo lingüístico pueden necesitar terapia del habla. En definitiva, según la gravedad de la hendidura, la edad, las necesidades del niño y la presencia de síndromes asociados u otros defectos de nacimiento, las hendiduras orofaciales recibirán un manejo determinado.

En Estados Unidos, la Asociación del Paladar Hendido y Craneofacial recomienda los servicios y tratamientos provistos por equipos que se especializan en hendiduras y afecciones craneofaciales, ya que lo ideal es un enfoque coordinado para la atención de los niños con hendiduras orofaciales.

También existen equipos y centros especializados en hendiduras y afecciones craneofaciales en otros países, aunque es en los lugares en desarrollo donde sigue faltando una atención adecuada. En España, la SECPRE insiste también en que habrá muchas personas de distintos ámbitos implicadas en el control de la anomalía del labio leporino o del paladar hendido del niño, ya que se necesitan los conocimientos de muchas áreas diferentes.

Hemos de tener claro que mediante tratamiento, la mayoría de los niños con hendiduras orofaciales tienen buenos resultados y una vida saludable.

El desconocimiento de este punto o el miedo a no arriesgarse ha provocado que en algunos lugares se tripliquen los abortos por tener el bebé labio leporino.

Respecto a los posibles problemas de autoestima cuando crece el niño, le pueden preocupar las diferencias visibles que tengan con otros niños, pero ahí los padres hemos de hacer desde el principio un trabajo para que, como cualquier otro niño, crezcan con seguridad y autoestima. Los grupos de apoyo de padres y madres también pueden ser útiles para las familias de bebés con defectos de nacimiento de la cabeza y la cara, como las hendiduras orofaciales.

Alimentar al niño con labio leporino

Labio leporino amamantar

Respecto a la alimentación del bebé con labio leporino (solamente), muchos pueden tomar pecho sin apenas dificultades, dependiendo del grado de malformación y de la paciencia y ayuda que reciba la madre. Es recomendable que un especialista en lactancia ayude a la madre a encontrar la mejor posición para amamantar al bebé. Si el bebé va cogiendo peso como corresponde, no habrá necesidad de utilizar biberones especiales (y si la hubiera, también pueden ser de leche materna extraída).

Cuando el bebé tiene hendidura del paladar generalmente sí se necesitan biberones especiales para alimentarse, ya que el pequeño no podrá ejercer la fuerza suficiente para succionar debido a la malformación. En cualquier caso, es recomendable que sean de leche materna para proporcionar todos sus beneficios beneficios a la salud del bebé.

Por consiguiente, aunque un bebé con hendidura tiene reflejos normales de mamar y tragar, necesita biberones y tetinas especiales para permitir que la leche fluya sin la ayuda de la succión adecuada. Las jeringuillas pueden utilizarse en los hospitales después de una cirugía de labio leporino y/o paladar hendido y también puede utilizarse en el hogar. Normalmente, se coloca un tubo suave de goma al extremo de la jeringa, que se situará en la boca del bebé.

Durante la alimentación, la leche puede salir por la nariz del bebé, lo cual se llama “regurgitación nasal” (conviene que esté en posición vertical). El bebé también puede tragar demasiado aire durante la alimentación (hay que ayudarlo a expulsar los gases con frecuencia). Desde este folleto publicado en español por la Asociación Paladar Hendido de Estados Unidos podemos ver más consejos sobre la postura y biberones especiales.

Prevenir el labio leporino

Como hemos visto, se conocen algunos factores de riesgo para el labio leporino y el paladar hendido, por lo que desde nuestro embarazo sí podemos ayudar a que el trastorno no se dé, tomando vitamina A y ácido fólico (incluso antes de quedar embarazada, cuando se planifica tener un bebé), no probando el alcohol y llevando una dieta equilibrada.

Tampoco se recomienda fumar (por este y muchos otros motivos) y por supuesto no hay que automedicarse en ningún caso. Conviene hacer una visita preconcepcional al ginecólogo (aquella consulta que se realiza al médico antes de quedar embarazada, cuando planificamos tener un hijo) y especialmente si sufres alguna enfermedad crónica.

Fotos | iStock
Más información | CDC, SECPRE
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