En verano es tiempo de excursiones al aire libre, senderismo por la montaña y planes de ocio en el campo. Los niños disfrutan mucho con este tipo de actividades, y es muy beneficioso para ellos que les permitamos explorar, investigar y descubrir todo lo que la naturaleza puede ofrecernos.
Pero los planes en la naturaleza tienen a veces molestos inconvenientes, siendo los más propios de esta época del año las picaduras de insectos y ortigas.
Las ortigas son plantas urticantes que se encuentran en los caminos, por lo que es fácil rozarse con ellas de manera accidental o tocarlas con las manos si no sabemos identificarlas. Te explicamos cómo "pican" las ortigas y qué debes hacer si tu peque se roza con una.
¿Cómo "pican" las ortigas?
La ortiga es una planta herbácea de la familia Urticaceae, un tipo de maleza ampliamente distribuida por todo el mundo. Se localizan fácilmente en entornos poblados por el hombre, especialmente en los bordes de los senderos y carreteras, en las grietas de los muros, en las huertas o en áreas de escombros.
La ortiga posee un tallo alto y hojas con bordes aserrados, pero su principal característica es la presencia de unos pelitos finos, tiesos y con una punta muy aguda distribuidos a lo largo del tallo que resultan especialmente urticantes. De hecho, la palabra "urticaria" deriva precisamente de esta molesta hierba.
Estos pelos urticantes actúan como pequeñas microagujas que al contacto con la piel liberan histamina, acetilcolina y ácido fórmico, que provocan picor e irritación.
¿Qué síntomas tiene la picadura de ortiga?
Cuando la piel entra en contacto con los pelos urticantes de la ortiga, inmediatamente aparecen los siguientes síntomas:
- Intenso picor
- Dolor punzante en la zona afectada
- Quemazón, escozor, sensación de calor
- Enrojecimiento de la piel afectada
- Aparición de ampollas, ronchas o habones
Por lo general, estos síntomas irritativos se producen en las manos (al tocar la planta), aunque también pueden darse en los pies al caminar descalzos o con chanclas, o en las piernas, si nos metemos en una zona frondosa de malezas altas en donde haya ortigas.
Cuando vamos de excursión al campo o la montaña, los niños son especialmente susceptibles a sufrir esta molesta "picadura", dada su naturaleza inquieta y exploradora. Por eso es importante enseñarles a identificar las ortigas para así poder evitarles
¿Cómo debemos actuar?
Aunque la primera reacción del niño será frotarse o rascarse la zona afectada, es importante evitar que lo haga, porque de lo contrario se irritará aún más la piel.
Lo más recomendable es lavar con abundante agua, pues el ácido fórmico, uno de los compuestos inyectados por los pelos urticantes, es muy soluble en agua. También podemos aplicar hielo o compresas frías para aliviar la sensación de quemazón.
En el blog de dermatología Dermapixel, escrito por la doctora Rosa Taberner, se recomienda también aplicar tras el lavado una loción de calamina o un corticoide tópico, y si las molestias no ceden recurrir al uso de antihistamínicos (siempre recetados por el médico).
Aunque la picadura de ortiga es muy molesta, especialmente para los más pequeños, la buena noticia es que sus efectos duran poco tiempo, así que tras las aplicación de estos cuidados básicos el niño podrá reanudar su actividad. No obstante, en caso de que las molestias no cedan o vayan a más, será necesario consultarlo con un médico.
Foto de portada | Emma Bauso en Pexels