Uno de los graves problemas que pueden aparecer durante el embarazo, es la preeclampsia. Hasta el momento, el método utilizado para proteger al feto y a la mamá, es el control farmacológico de la tensión de la embarazada o adelantar el parto, pero esto no deja de tener riesgos.
Actualmente, científicos del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la University of Texas Medical Branch (Estados Unidos), están estudiando si un fármaco que se administra a pacientes con enfermedades cardiacas, podría ser prescrito a embarazadas con preeclampsia grave.
El objetivo es encontrar en la Digoxina Inmune Fab un tratamiento que permita retrasar el parto en los casos de preeclampsia, salvando los riesgos de esta subida de tensión e intentando mantener al feto más tiempo unido a la placenta para poderle administrar los esteroides que colaboran en el desarrollo pulmonar y evitar los problemas respiratorios que sufren los bebés prematuros. También se debe comprobar que además de prevenir o invertir los problemas de la preeclampsia, no añada nuevos efectos adversos para la embarazada y para el futuro bebé.
Encabeza el ensayo clínico que se está llevando a cabo en ocho estados, el Dr. George Saade, jefe de la Unidad Materno-Infantil del centro estadounidense. Hasta final de año se sumarán participantes, así que tendremos que esperar unos meses para conocer los resultados, esperemos que satisfactorios.
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