En el Día de la Madre todos dedicamos palabras bonitas a las madres que nos rodean, recordamos con cariño y agradecimiento a nuestras propias madres y, si tenemos hijos, celebramos junto a ellos este emotivo día.
Pero tengo la sensación de que en un día como hoy, la sociedad olvida a las "madres de corazón". Aquellas mujeres fuertes y valientes que llevan años luchando por ser madres, y que aman a sus hijos con todo su alma, a pesar de no tenerles todavía entre sus brazos.
A las mamás que luchan contra la infertilidad
"A tí, que afrontas cada nuevo día con la tristeza y la desesperación de ver pasar los meses en el calendario sin que el positivo llegue. Anhelas ser madre desde hace mucho tiempo, pero las cosas no están siendo fáciles, y el dolor y la desgana han detenido tu vida".
"Ves a las mujeres de tu alrededor celebrar el Día de la Madre acompañadas de sus hijos, y el corazón se te hace un nudo. ¡Qué difícil es contener las lágrimas en un día como el de hoy, en el que te sientes madre pero no tienes a tu lado a un bebé al que demostrar todo tu amor!"
"Te diré una cosa. Tú también eres madre. Lo eres desde hace mucho tiempo":
"Lo eres desde el mismo momento en que comenzaste a cuidarte para hacer de tu vientre el mejor lugar para tu bebé".
"Lo eres desde el momento en que sientes que la vida se te va con cada nueva menstruación. Y crees desesperar de dolor... una y otra vez".
"Lo eres desde el momento en que los nervios no te dejan dormir, pensando en el tratamiento de fertilidad al que vas a someterte. Ya no te importan los pinchazos, ni las molestias que puedas sentir... solo quieres que todo aquello de pronto sus frutos".
"Lo eres desde el momento en que amas con todas tus fuerzas a un ser que ni siquiera está en tu vientre, pero sientes que forma parte de ti desde hace mucho tiempo..."
A las mamás en proceso de adopción
"A tí, que los años de espera para encontrarte con tu hijo está arrugando tu alma, reflejando la desesperación en tu piel. Anhelas ser madre desde hace mucho tiempo, pero los trámites burocráticos son lentos, y la desesperanza se ha adueñado de tu vida".
"Ves a las mujeres de tu alrededor celebrar el Día de la Madre acompañadas de sus hijos, y el corazón se te hace un nudo. ¡Qué difícil es contener las lágrimas en un día como el de hoy, en el que solo puedes soñar con el hijo que tienes a miles de kilómetros de tí, sin saber si quiera cuándo podréis reuniros!"
"Te diré una cosa. Tú también eres madre. Lo eres desde hace mucho tiempo":
"Lo eres desde el momento en que decidiste completar tu vida con alguien que lo único que deseaba era tener una oportunidad".
"Lo eres desde el momento en que cada nueva carta, cada llamada, cada nueva notificación burocrática, te llena de esperanza... aunque tiempo después desaparezca. ¡Y es que la espera puede llegar a desesperar!"
"Lo eres desde el momento en que solo piensas en tu hijo, y asomada a la ventana en tus noches de insomnio, tus ojos se llenan de lágrimas imaginando cómo será, cómo estará o cuánto tiempo más debereis esperar para estar juntos".
"Lo eres desde el momento en que necesitas darle todo el amor que llevas tiempo albergando y que lejos de decrecer con la espera, crece y crece sin descanso".
A las mamás que han sufrido una pérdida gestacional
"A tí, que has perdido a un bebé pero su paso por tu cuerpo (haya sido breve o menos breve) ha dejado una huella imborrable en tu alma. Anhelas ser madre y durante un tiempo pudiste saborear la felicidad inmensa que supone un embarazo. Pero un día, de pronto, tu sueño se hizo añicos".
"Ves a las mujeres de tu alrededor celebrar el Día de la Madre acompañadas de sus hijos, y el corazón se te hace un nudo. ¡Qué difícil es contener las lágrimas en un día como el de hoy, en el que tu vientre está vacío cuando antes hubo vida!"
"Te diré una cosa. Tú también eres madre. Lo eres desde hace tiempo":
"Lo eres desde que tu corazón se desbocó de alegría al ver el positivo del test, y comenzaste a imaginar cómo sería vuestra vida a partir de aquel momento".
"Lo eres desde el momento en que amaste con todas tus fuerzas a aquella pequeña criatura que se estaba gestando en tu viente. La amaste y cuidaste el tiempo que estuvo contigo, ya fuera mucho o poco".
"Lo eres desde el momento en que la estrella más brillante del cielo o el arcoiris más luminoso te hacen llorar sin consuelo, pensando en aquel bebé destinado a tus brazos, que se marchó demasiado pronto".
"Lo eres desde que cada año, una fecha en el calendario rompe en mil pedazos tu alma".