Siempre suele decirse, como consejo, que tenemos que hacer siempre lo que consideremos mejor, sin pensar en lo que dirán los demás. Es un consejo estupendo, porque en realidad está visto que hagas lo que hagas, siempre habrá alguien a quien le parezca mal.
Sin embargo, no siempre es fácil ser uno mismo y quien más, quien menos, hace lo posible por no desentonar demasiado y no llamar la atención, a pesar de que no es así como elegiría comportarse o vestir.
Este es un problema sobre todo del mundo occidental, donde la industria nos dicta las tendencias y los modelos de belleza y los demás nos comportamos en base a ello. Un problema que no tienen en la tribu Himba, cuyos miembros, de vez en cuando, van a la ciudad a comprar algo de comida provocando un contraste digno de ser compartido.
La sorpresa de un fotógrafo sueco
Sucedió en la ciudad de Opuwo, en Namibia, tal y como leemos en DailyMail. El fotógrafo sueco Bjorn Persson, especializado en captar imágenes del mundo salvaje, estaba por la zona rodando para un documental sobre la tribu Himba.
Se acercó a un supermercado para comprar algunas cosas cuando de repente vio aparecer a la mujer, de unos 20 años de edad, porteando a su bebé dormido, descalza, sin modificar ni un ápice su vestimenta para entremezclarse con las personas "civilizadas", tirando de un carrito para comprar algunas cosas.
El shock visual que le produjo ese momento le hizo alzar la cámara para captar algunas instantáneas que podrían irle muy bien para su documental, y que se han hecho públicas junto con sus palabras:
Las mujeres Himba siempre se visten así. No importa si están en su hogar, en su pueblo, o si están visitando las grandes ciudades modernas. Lo hacen por tradición y por su propia belleza (...) Ellas no se visten de otro modo para los turistas como sí hacen otras tribus. Cubren su pelo y su cuerpo de una especie de barro para protegerse del sol y la ropa está en su mayoría hecha de piel de cabra.
Pero... ¡si va medio desnuda!
Así es. En un momento en que los occidentales tenemos un lío tremendo con respecto a cómo deben vestir las mujeres, con noticias de sucesos tan terribles y absurdos, como irrespetuosos, de policías obligando a una mujer a quitarse la ropa en la playa, mientras otras van prácticamente desnudas a tomar el sol y nadie dice nada, esta mujer se planta en el supermercado tal y como ella siente que debe vestir, con los pechos al aire, a comprar harina, azúcar, levadura y detergente en polvo.
Y allí nadie le dice nada porque ya es habitual que, de vez en cuando, miembros de la tribu utilicen los servicios que en una ciudad están disponibles. Hay incluso algunos que ya tienen teléfono móvil.
De estas fotos cada uno debe extraer sus propias conclusiones. Yo saco las mías, que tan libre es la que va casi desnuda a la playa de ir así, como libre es la que va toda tapada, como libre es esta mujer de ir a comprar con su bebé colgado, descalza y con los pechos al aire, si es su tradición y no está haciendo daño a nadie. Me parece una gran lección que debemos traspasar a nuestros hijos.
Y además un aprendizaje: los occidentales no somos mejores. Es sólo que como nos adaptamos a lo que nos dicen que debemos ser, y hay gente que no lo hace, nos sentimos superiores. Superiores a los que se quedan atrás y no van a la moda, superiores a los que se quedan atrás y no tienen el mismo nivel educativo, superiores a quienes simplemente no siguen los dictados de una sociedad que nos va moviendo de un lado para otro, de manera cambiante, para que con cada novedad nos sintamos más vivos y libres, pese a estar totalmente presos de su poder de seducción, que no es más que el poder del capitalismo. No somos más libres y probablemente no somos más felices que el resto.
Toda mi admiración para esta mujer y su bebé (y eso que ella no está haciendo nada más allá de ir a un supermercado y comprar algo de comida). Me encanta.
Fotos | Caters News Agency desde DailyMail
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