Estos días está candente el tema de los matrimonios entre personas del mismo sexo en EE.UU. porque parece que por fin las leyes van a apoyarlos (de hecho van hasta con prisas) y quizás por esta razón están apareciendo por la red testimonios de diferentes personas apoyando la causa.
Uno de los que más llama la atención es el testimonio de Zack Wahls, un chico que ya a sus 19 años, y de esto hace dos, se plantó en la House Joint Resolution no. 6 de Iowa, donde se debatía una propuesta de enmienda constitucional para prohibir el matrimonio gay (allí estaba permitido), para explicar su situación y vivencias como hijo criado por dos lesbianas.
Como podréis ver en el vídeo, se trata de un joven bastante brillante que podría servir como ejemplo, no de que los hijos de lesbianas son más válidos que los de las parejas heterosexuales, sino de que no son diferentes. Me quedo con la frase en la que dice:
En mis 19 años ni una sola vez me he encontrado con un individuo que se diera cuenta de que he sido educado por una pareja gay.
Y es que parece mentira que en los tiempos en los que estamos, en que es difícil explicar cuál es la familia tipo, o la familia media, pues hay familias con un sólo hijo, familias con dos y tres hijos, familias monoparentales, familias de padres divorciados, familias donde algunos niños viven con su madre y su pareja, o con su padre y su pareja, o con su madre, su pareja y los hijos de la pareja, o con la abuela, o con personas que ni siquiera forman parte de su familia, o... aún haya quien sea capaz de decir algo tan absurdo como que un niño no puede criarse bien con dos personas del mismo sexo, unidas por el amor.
Parece mentira porque al fin y al cabo eso es lo que importa, que las personas que han de cuidar de un niño se quieran y se respeten y, a la vez, quieran y respeten a su hijo. No hace falta más.
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