Un día más os traemos una de las historias de madres que nos estáis enviando con motivo de la celebración del Día de la Madre.
Hoy es el turno de Talina, mamá de Alana, que nos explica cómo fue su llegada a este mundo.
La espera de mi pequeña princesa Alana fue larga, muy larga, pero valió la pena, debido a que antes de su llegada tuve que dejar partir a dos pequeños angelitos que no pudieron llegar a término por diferentes circunstancias, por lo cual mi embarazo fue muy, pero muy largo, ya que después de mi segunda perdida tuve que esperar un año para volver intentar quedarme embarazada.
Esta espera, ya larga de por sí, se iba haciendo cada vez más difícil porque aunque lo intentaba no lograba quedarme embarazada. Ya había tomado la decisión de empezar un tratamiento de fertilización pero como así es el destino unos días antes de empezar el tratamiento decidí hacerme una prueba de embarazo, sin decirle nada a nadie, porque yo sentía que en mi interior se gestaba un milagro. Y sucedió. Esa bendita prueba fue positiva. Yo no lo podía creer, lloraba de la felicidad y se lo conté a mi madre. Estábamos todos felices pero mi esposo, el otro actor de esta obra, estaba de viaje y no lo podía localizar. Finalmente lo llamé por la noche, me contestó y le grité: “¡Felicidades futuro nuevo papá!”. Él se quedó sin pronunciar palabra durante unos minutos, luego con una voz llorosa me preguntó si en serio estaba embaraza y yo, por fin, le pude decir que sí. Después de cuidarme mucho, porque tenía la progesterona baja y cálculos en la vesícula, a los 5 meses nos dieron la grata noticia de que era una nena. La emoción nos embargó a mi esposo y a mí. No pudimos contener las lágrimas porque ya tenemos un hijo varón y esperábamos que viniera una niña y así fue. El día del nacimiento fue mágico. Nos levantamos muy temprano porque teníamos que viajar nada menos que tres horas para llegar al hospital. A las dos de la tarde entre al quirófano en compañía de mi esposo, para una cesárea programada. Al recordar el momento siento escalofríos ya que en mi mente se recrea el momento en el cual el doctor me dijo: "Ya te dije que era una niña ¿no?", y mi corazón latía muy fuerte, tanto, que no podía respirar. Por fin llegó el momento y pude darle un besito en su frente. Tenía a mi pequeña Alana conmigo y todo lo que había a mi alrededor desapareció por unos minutos. Éramos solo ella y yo y ahí pude sentir que todo lo que tuvimos que pasar mi esposo y yo con los embarazos anteriores valió la pena. Y así empezó la mágica historia de nuestra querida Alana Talina que hoy, junto con Mateo, su hermano, son las razones de nuestra vida.
Agradecemos a Talina que nos haya explicado cómo fue el camino que les llevó a gestar a su pequeña Alana y os recordamos que si como madres queréis compartir con nosotros vuestra historia como ya lo han hecho otras mamás, podéis hacerlo enviando el relato, que debe tener una extensión de entre 5 y 8 párrafos, a historiasdepadres@bebesymas.com con una o dos fotos (mín. 500 px de ancho) en la que salgáis junto a vuestro hijo o hijos.
Seguiremos publicando vuestras historias de madres a lo largo del mes de mayo ya que el Día de la Madre merece extenderse al mes entero y vosotras mamás, merecéis ser protagonistas también en Bebés y más.
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