Los avances médicos y en reproducción asistida no dejan de sorprendernos y demostrarnos que hoy 'casi' todo es posible cuando se desea tener un hijo.
Además, nadie pone en duda que hay muchos tipos de familias diferentes y que por supuesto no todas están formadas por la tradicional combinación de madre y padre.
Si no que se lo digan a Reuben Sharpe, transexual, y a su pareja no binaria Jay (es decir que no se identifica ni como hombre ni como mujer), que han sido padres de un bebé, Jamie, hace tres meses.
La pareja, que vive en Brighton, Sussex (Reino Unido) fueron capaces de alcanzar su sueño gracias al esperma donado por una mujer transgénero, y que fue insertado en el útero de Reuben también por un médico transexual.
"Me hace sentir completo"
Reuben, de 39 años, es hombre desde hace doce. Pero nunca ha perdido su instinto maternal, así hace seis años dejó de tomar testosterona con la esperanza de tener un hijo algún día.
Y ese sueño se hizo realidad cuando él y su compañero Jay tuvieron a Jamie, hace solo tres meses.
Porque lo extraordinario de estos padres no es solo que Reuben sea transexual, si no que Jay, su pareja, es no binario o, lo que es lo mismo, que no se identifica como hombre ni como mujer.
Así lo explica Reuben al Sunday Mirrow, añadiendo que comenzó a vivir como hombre en 2007, tomando hormonas masculinas que le aportaron barba, voz profunda y rasgos masculinos.
Pero al darse cuenta de que quería un bebé, Reuben habló con un médico trans de confianza sobre la posibilidad de quedarse embarazado y este le aseguró que era posible ya que todavía tenía su útero y sus ovarios.
Así que cuando conoció a Jay de 28 años en un pub de Brighton y le apoyó en su deseo de ser padre, decidieron intentarlo.
Jay, por su parte había pasado por una doble extirpación de pecho después de identificarse como no binario, y enseguida apoyó a su pareja para ser padres porque "querían criar a los niños de manera similar".
"Nos ha llevado seis años llegar hasta aquí, pero ahora tenemos un bebé en nuestros brazos y ese era el objetivo final. Por fin me siento completo".
"No es que estuviera desesperado por pasar por la experiencia del parto o del embarazo, pero quería un niño y tenía la posibilidad de lograrlo", explica Reuben.
Y añade con orgullo que a las familias de los dos progenitores les entusiasman los niños:
"Estaba muy contento de que mi familia estuviera tan feliz con nuestro bebé como lo estaban con sus otros nietos".
Y eso que el camino no fue sencillo. Reuben se enfrentó a interminables pruebas de sus niveles hormonales y de fertilidad. Incluso un amigo se ofreció a gestar al bebé si él no podía hacerlo.
Hasta que, tal y como explica, "Me desperté a la mañana siguiente y volví a tener la regla después de seis años".
Después de eso, Reuben y Jay tuvieron que decidir quién sería su donante de esperma y pensaron en una amiga transgénero que aún podía producir esperma. La tantearon y ella aceptó.
Jay y Reuben eligieron que querían que el esperma fuera insertado en el útero de Reuben por un médico en una clínica privada de fertilidad.
Y hace tres meses, tras seis años de dura lucha, nació Jamie.
¿Unos padres diferentes?
La pareja asegura que sus vecinos se han comportado muy bien durante su embarazo, aunque no todo el mundo lo ha visto igual de natural, aunque justamente eso era lo que ellos deseaban.
Explican que los meses de gestación fueron una montaña rusa de emociones: alegría por el inminente nacimiento, incomodidad por recibir miradas extrañas en las salas de espera de los hospitales y tristeza por la intolerancia de algunas personas que no están dispuestas a entender o aceptar su situación.
"Me sentía incómodo y nos entristecía porque estaba sucediendo en momentos tan importantes, cuando íbamos a ver cómo estaba nuestro bebé. Ambos queríamos una experiencia normal".
Así lo cuenta Reuben que insiste en que "me parecía frustrante que la gente preguntara mi género o no lo usara. Me veo como un hombre, tengo barba".
"Resulta extraño que no evitaran referirse a mi como 'ella'. La gente hacía preguntas muy íntimas sobre las partes del cuerpo y sobre cómo daría a luz".
Sin embargo, la pareja elogia la forma en que fueron tratados por las matronas del Hospital del Condado de Sussex, en Brighton.
"Me gustaba mi cuerpo de embarazada y me gustaba ser más grande. Fue muy positivo y lo disfruté, porque era un hombre y estaba embarazada", explica Reuben quien asegura que nos es siente único por hacer tenido un bebé:
"Las mujeres también luchan con sus cuerpos cuando pasan por un embarazo, por lo que no es algo que un hombre trans viva de manera exclusiva".
Un parto normal, con cesárea
El parto de Reuben se retrasó tres semanas, a pesar de que incluso había estado corriendo para acelerar el proceso. Por suerte, la noche anterior a que le indujeran el parto, rompió aguas.
"Pude disfrutar de un parto en casa, dentro de una piscina para partos y permanecí allí durante 11 horas. Pero al final tuve que ir al hospital donde me practicaron una cesárea".
La pareja confía en que su situación familiar se vea normal cuando el bebé crezca rodeado de personas con ideas afines, con diferentes tipos de configuraciones familiares.
Además, aunque Reuben gestó esta vez al bebé, Jay asegura que estaría abierto a hacerlo en el futuro. Planean casarse el año que viene y no quieren que les encasillen en los papeles de mamá y papá.
Un ejemplo muy gráfico de que los tiempos han evolucionado y que existen muchas familias diferentes.
Aún así, numerosos usuarios de las redes sociales han compartido tan inusual nacimiento, donde se puede ver a los felices progenitores con su bebé.
Vía | Sunday Mirrow
Fotos | Go Fund Me
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