¿Lees los mensajes del móvil de tu hijo? De uno a cuatro años de cárcel
Ser Padres

¿Lees los mensajes del móvil de tu hijo? De uno a cuatro años de cárcel

Los niños y niñas españoles estrenan móvil a partir de los 8 años, estando la media de edad en los 13 años. Desde ese momento acceden a las redes sociales de manera más privada que con un ordenador, a la posibilidad de enviar y recibir mensajes vía WhattsApp, Facebook Messenger, etc. y, en definitiva, a ampliar la posibilidad de comunicarse con otras personas.

Esto hace que muchos padres se preocupen: ¿Con quién habla? ¿Qué les dice? ¿Qué le dicen? ¿Qué estarán tramando? ¿Tendrá novio/a? ¿Qué se dirán? Y que muchos, en su sed de saber, acaben por coger el teléfono de su hijo o hija y leer sus mensajes. Pues bien, quizás deberían saber que, en caso de denuncia, espiar los mensajes o correos electrónicos de otra persona tiene pena de cárcel de uno a cuatro años.

Los niños tienen derecho a la intimidad

Dice el artículo 18 de la Constitución en el punto 1 que todas las personas tienen derecho a la intimidad, incluidos los menores:

Se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.

Y el mismo artículo, en el punto 3 dice que:

Se garantiza el secreto de las comunicaciones y, en especial, de las postales, telegráficas y telefónicas, salvo resolución judicial.

Vamos, que la Constitución dice que, a menos que lo diga un juez, nadie puede mirar el móvil de nadie para leer sus conversaciones privadas.

La Ley Orgánica 1/1996 de protección al menor recoge lo que dice la Constitución y añade que los padres son actores principales en el proceso:

1. Los menores tienen derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen. Este derecho comprende también la inviolabilidad del domicilio familiar y de la correspondencia, así como del secreto de las comunicaciones.

5. Los padres o tutores y los poderes públicos respetarán estos derechos y los protegerán frente a posibles ataques de terceros.

Finalmente, la Ley Orgánica 10/1995 del Cógido Penal, en el artículo 197 "Del descubrimiento y revelación de secretos" dice que:

1. El que, para descubrir los secretos o vulnerar la intimidad de otro, sin su consentimiento, se apodere de sus papeles, cartas, mensajes de correo electrónico o cualesquiera otros documentos o efectos personales, intercepte sus telecomunicaciones o utilice artificios técnicos de escucha, transmisión, grabación o reproducción del sonido o de la imagen, o de cualquier otra señal de comunicación, será castigado con las penas de prisión de uno a cuatro años y multa de doce a veinticuatro meses.

2. Las mismas penas se impondrán al que, sin estar autorizado, se apodere, utilice o modifique, en perjuicio de tercero, datos reservados de carácter personal o familiar de otro que se hallen registrados en ficheros o soportes informáticos, electrónicos o telemáticos, o en cualquier otro tipo de archivo o registro público o privado. Iguales penas se impondrán a quien, sin estar autorizado, acceda por cualquier medio a los mismos y a quien los altere o utilice en perjuicio del titular de los datos o de un tercero.

3. Se impondrá la pena de prisión de dos a cinco años si se difunden, revelan o ceden a terceros los datos o hechos descubiertos o las imágenes captadas a que se refieren los números anteriores.

Será castigado con las penas de prisión de uno a tres años y multa de doce a veinticuatro meses, el que, con conocimiento de su origen ilícito y sin haber tomado parte en su descubrimiento, realizare la conducta descrita en el párrafo anterior.

Resumiendo, ni los padres, ni un amigo, ni nadie, tiene derecho a leer los mensajes de los niños o adolescentes sin su consentimiento, y menos a luego hacer público lo que han descubierto, porque incluso se castiga al que haga público un contenido descubierto por otro, todo para proteger la intimidad de los niños, adolescentes y personas en general.

Esto, claro, sucedería en caso de que el niño o niña, o una tercera persona, denunciara a los padres. Difícil sí, improbable también, pero no imposible en los casos que padres e hijos tienen mala relación.

No debería hacer falta una ley

Padre y smartphone

Personalmente, desconocía que existiera una ley que contemplara este fenómeno que, probablemente, es bastante habitual. Vas por casa, estás recogiendo cosas y te encuentras el móvil de tu hijo/a que está en la ducha (no se me ocurre otro momento en el que pueda estar lejos de él). La tentación es grande, y muchos padres caen.

Caen, pero no deberían, no tendría que hacerles falta, porque eso significaría que entre padres e hijos hay una relación de confianza consolidada por muchos años de cercanía, diálogo y respeto.

Como ya comenté en la entrada 27 cosas que han de saber los niños a los 12 años (y mejor que las conozcan por ti), esa edad, los 12 años (más o menos) es una edad límite en la que nuestras acciones y explicaciones empiezan a dejar de calar del mismo modo que en la infancia.

A esa edad el grupo de iguales tiene muchas veces tanto o más peso que los padres, y entonces es cuando por nuestra parte tiene que aparecer la confianza de que los años que hemos compartido y los valores que les hemos transmitido serán suficientes para que sepan decidir y actuar. Esto no quiere decir que debamos exigirles nada concreto, porque van a equivocarse como toda persona humana, pero a esa edad nuestra capacidad de controlarles se va desvaneciendo y cuando unos padres siguen apretando mucho y siguen pretendiendo controlar como si fueran más pequeños, el riesgo de que el niño haga todo lo contrario es evidente: "prohíbemelo y tendré más ganas de hacerlo".

¿Que cómo lograr confiar en ellos? Pues sentando las bases previamente de los riesgos y los peligros que tienen las redes sociales. Los niños acceden a internet, youtube, etc. desde muy temprana edad. Estar con ellos, aplicar filtros y hablar del tema es un trabajo que nos pertoca a los padres y que debemos llevar a cabo desde el principio.

El día que les abramos una cuenta de Facebook, entonces tenemos que dejar clara la importancia de que nunca revelen datos personales, que no cuelguen fotos o mensajes donde se deduzca dónde están o adonde van, que no cuelguen fotos donde aparezcan otros amigos o personas sin su beneplácito, que sepan que mucha gente no es quien dice ser, etc.

Así que, en base a esa confianza, debemos permitir que tengan esa intimidad y sus secretos, y nunca traicionarla, del mismo modo que a nosotros no nos hubiera gustado que nuestros padres llevaran a cabo dichas intromisiones.

Por eso la ley no debería hacer falta, porque los padres deberían respetar ese derecho a la intimidad de los niños. ¿Por qué existe? Pues porque, por desgracia, no todos los padres tienen la misma relación con sus hijos, no todos los padres confían en ellos y cuando no confías acabas pensando que aún tienes el derecho de seguir controlando sus vidas.

Más información | El Correo, Derecho y normas
Foto | iStock
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Comentarios cerrados
    • interesante

      A cuadros me quedo con los comentarios que estoy leyendo. Para saber si un hijo tiene algún problema, o como decís, si se droga, hay que espiar sus mensajes y redes sociales? Increíble. Que yo sepa, hay muchos indicios y cambios de conducta que unos padres pueden, y deben detectar como indicios de problemas antes de entrometerse en las comunicaciones de sus hijos.
      El derecho a la intimidad es un derecho fundamental que como tal corresponde a todos, y así debe ser. Cómo pretendéis limitarlo sino? Carta blanca a los padres y tutores para saltarse el derecho y negarle la intimidad a sus hijos? Hasta qué punto? Por no decir, además , que en caso de espiar sus conversaciones, se vulnera también el derecho a la intimidad de la otra persona, o personas, implicadas en la conversación. A alguno nos gustaría que los padres de algún amig@ de nuestro hijo se dedicasen a leer las conversaciones que ese amigo tiene con nuestro hijo? Porque a mí, desde luego, saber que alguien está espiando indirectamente a mí hija no me haría ninguna gracia.
      Yo, personalmente, voto por más respeto y menos espiar.

    • interesante

      Pues yo también veo algunas incongruencias en nuestra legislación, porque si como madre y tutora soy corresponsable de los actos de mi hija mientras sea menor de edad, y pueden pedirme que responda por éstos, deberían darme las herramientas y vías para conocer de antemano los actos que realiza y planifica para poder intervenir y evitar consecuencias por las que luego se me puede exigir una responsabilidad.
      Desde que mi hija tuvo móvil por primera vez dejamos claro que el móvil era mío, ya que yo lo he pagado y soy la que pongo saldo, que ella era "usuaria" y que si éste se rompía o perdía yo no estaba obligada a reemplazarlo, lo haría cuándo yo considerara oportuno. También le expliqué que las conversaciones de washap y otras redes sociales podían ser utilizadas por la policía cómo pruebas y que debía usarlas con "conocimiento".
      No me dedico a leer todos los mensajes de su washap porque confío en ella, al igual que no escucho lo que habla con sus amigas, entiendo que como persona necesita cierta privacidad. Pero si veo en algún momento algo inadecuado se lo digo y le recuerdo que vive bajo mi tutela. Una vez por casualidad leí que un chico de la clase la estaba insultando y le pedí que lo eliminara de amigo, estuvimos hablando y me dijo que todos se hablan así y yo le dije que el que un gran grupo de personas hagan algo mal no lo convierte en algo tolerable... Al cabo de unos meses vino ella a decirme que otras compañeras habían tenido el mismo problema y que todas lo había eliminado, así que vio que los insultos no eran "normales" para nadie.

    • Super de acuerdo. Bien por ustedes, aca en uruguay la ley es un chiste asi que dudo que, incluso aunque hagan una ley asi, se cumpla.
      Los felicito, la verdad, porque se viven cag*** en los derechos de los menores de edad solo por ser menores.
      Si queres saber si tu hijo no anda en cosas raras, buscate otra manera. Porque a los padres no les gusta que le revisen su intimidad, bueno, a los hijos tampoco.

    • A este paso hasta darle besos a tus hijos se va a considerar abuso. Los legisladores a veces son imbeciles de todas todas. Y luego se extrañan qué se multipliquen los casos de hijos qué maltratan a los.padres, ..si nos están dejando a los padres con nula capacidad de acción y de decision

    • Qué fácil es la teoría de la confianza... Hay chavales con lo sí que cuaja y es cierto que se puede confiar en ellos. No pasa nada malo si de vez en cuando salen, beben algo o tienen algún rollete, y los padres no tienen que saberlo absolutamente todo. Pero en muchos casos, y cada vez más, los niños son más crueles, porque crecen antes y se llevan por delante la inocencia de los otros. Cambian de amigos, empiezan a estar más callados hablan siempre a escondidas o por lo bajo, más ariscos, van peor en clase... Y por más que lo intentas no sueltan prenda. U os pensáis que no saben que drogarse, dejar de lado sus estudios, meterse en líos y esas cosas son cosas que están mal hechas? No, no van a pensar "tengo que decírselo a mis padre, me merezco que me castiguen". Paradójicamente, todo esto si lo hablan por las RRSS, a través de whatsapp, etc. Y no es la primera vez que más de un padre se lleva una sorpresa al ver que su adorable angelito está siendo acosado o es un acosador, o está fumando porros cuando te dice que está estudiando en la biblioteca, que están teniendo relaciones con adultos de 30 años o mira constantemente páginas sobre bulimia y anorexia. La adolescencia, que cada vez llega antes, puede ser complicada o una verdadera mierda, así que sí alguien me amenaza con denunciarme por "descubrir o desvelar secretos" que necesito saber o necesitan saber los padres de alguien, le diré al juez que se lleve al chaval a su casa y que se encargue él, ya me contará la milonga de la confianza. Los chavales no necesitan ni smartphone, ni acceso a internet libre 24 horas ni RRSS, parece una tontería pero sí a veces ni los adultos hacemos un buen uso de las mismas, no podemos exigirles a los menores que lo hagan. La infancia agota físicamente pero es súper agradecida, y aún así nos desmonta todos los esquemas, todas esas cosas que nunca haríamos las hacemos y la vida nos da así un toque de humildad. La adolescencia, por muchas bases (que son necesarias) que se sienten, se puede truncar por un descuido, y podemos pasarnos fácilmente diez años convertidos en policías. Le puede pasar a cualquiera, por cualquier razón, y lo sé porque repito, lo veo continuamente en todo tipo de familias. Y esa bofetada de realidad duele, pero mucho mucho. A muchos esto os sonará una exageración, un dramatismo, un sinsentido porque "sí les educas en la confianza...", pero sí os lo digo es porque precisamente no le deseo a nadie que tenga que sufrir esas adolescencias en sus hijos.

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    • Avatar de thebitch Respondiendo a thebitch
      interesante

      Es que precisamente si llegas al punto en que tus hijos piensan "no voy a decírselo porque me van a castigar", llegas tarde.

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