Nueve madres que están felices de haber renunciado a sus trabajos y quedarse en casa con sus hijos
Tener hijos, además de ser una experiencia maravillosa que te cambia la vida y te transforma en una nueva persona, es también comenzar a tomar muchas decisiones nuevas e importantes cada día. Una de estas, particularmente en el caso de las mujeres que trabajan fuera de casa es decidir si se continúa trabajando o se renuncia para cuidar a los hijos.
Ésta es una decisión que no siempre resulta fácil y que no sabremos si funcionará o será lo mejor. En el caso de los testimonios que hoy te comparto, lo ha sido. Hablamos con nueve madres que están felices de haber renunciado a sus trabajos y quedarse en casa con sus hijos.
Renunciar al trabajo tras convertirse en madre, ¿sí o no?
Anteriormente te habíamos compartido los sinceros testimonios de nueve mujeres que renunciaron a sus trabajos para dedicarse a sus hijos, pero que después se arrepintieron de haber tomado esa decisión. Hoy, toca conocer el otro lado de la moneda: madres que están felices de haberlo hecho.
Sabemos que la decisión de continuar trabajando o renunciar para cuidar a los hijos es una que depende de muchos factores circunstanciales, como la situación económica, así como de factores emocionales, como el continuar o abandonar una carrera profesional.
Personalmente considero que no existe una respuesta que sea "buena" o "mala", sino que cada mujer y cada familia, deberá decidirlo basándose en estos factores y en buscar lo que sea mejor para todos, tanto para los hijos como para los padres, sea renunciar para estar con los hijos, o sea continuar trabajando fuera de casa.
Dejar un trabajo, para dedicarse a la maternidad
La mayoría de las mujeres que amable y sinceramente nos compartieron sus testimonios son mujeres que llevaban una vida laboral activa y en la cual se sentían felices. Algunas de ellas tenían trabajos que les demandaban mucho tiempo, como Lucero, de 29 años y con una hija de un año:
Soy Licenciada en Derecho y el último empleo que tuve fue en una empresa transportista donde era la gerente administrativa. Era un trabajo super demandante sobre todo en tiempo, a veces tenía que ir incluso los domingos un rato, pero me gustaba mucho mi trabajo. Tenía muchas responsabilidades y mi jefe confiaba en mí para tomar decisiones, manejar las cuentas bancarias y gestionar lo necesario para la empresa, por lo cual me estaba relacionando con muchas personas. Realmente terminaba cansada, pero también me gustaba trabajar, además de que me pagaban muy bien.
Otras, como Nora de 27 años y madre de un niño, tenían trabajos en los que era necesario salir de la ciudad varias veces por semana y que les dejaba agotadas:
Era asistente de un consultor político, asesorábamos y creábamos la imagen de la figura pública. Yo manejaba un grupo de encuestadores, trabajaba en campo trazando rutas, era un poco de todo: reuniones, comidas, viajar por el estado. Me sentía viva, amaba no tener que estar encerrada siempre, tener personal a cargo, manejar, viajar, poder impulsar una marca y/o figura.
Para muchas de ellas, la decisión de renunciar a sus trabajos tras convertirse en madres fue algo que ya tenían pensando incluso desde antes de quedar embarazadas. Como Edna, de 32 años y madre de una niña de cuatro y un niño de dos años, a quien la maternidad le llegó justo cuando estaba justo en el cambio de un trabajo a otro:
En el tiempo que estaba en espera de entrar a un nuevo trabajo me sentía muy mal y después de estudios, nos esteramos que estaba embaraza. Mi esposo y yo siempre desde el noviazgo habíamos hablado de cuando vinieran los hijos yo me quedaría en casa. El costo en Estados Unidos de las guarderías es demasiado alto y lo que yo iba a generar en mi trabajo de tiempo medio se iba a ir completamente al cuidado de los hijos. Así que siempre estuvimos en ese acuerdo, aunque no fue fácil.
Para otras, como Karla de 32 años y madre de unos mellizos de tres años, renunciar para dedicarse al cuidado de sus hijos no era el plan original, pero surge cuando se dieron cuenta que ya no querían dejar a sus hijos:
En mis planes no estaba renunciar en lo absoluto. Tomé mi baja maternal en tiempo y forma, pero una vez que nacieron mis bebés y estaba por terminarla, no pude dejarlos. No tuve corazón, no podía separarme de esas personas tan pequeñas e indefensas. No podía dejarlos a cargo de alguien más que no fuera yo. Y tomé la decisión de ir a renunciar a mi trabajo después de casi 6 años.
Y en algunos casos especiales, la decisión de renunciar se toma por necesidad, y porque es lo mejor para los hijos. Así fue como le sucedió a Samantha, de 40 años y madre de una niña de cinco y un niño de año y medio:
Soy Contador Público Auditor y desde los 18 años trabajé en ésa área. Me gustan los números, hacía facturación a clientes, nómina de empleados, cheques a proveedores, balances. Pensé que nunca dejaría de trabajar. Trabajé hasta un jueves y el lunes tuve a mi hija y pensaba regresar, pero mi niña nació con un problema médico: paladar hendido. La verdad fue más la depresión que me dio que lo que tuvo de problema porque a ella a los 9 meses la operaron y fue un éxito. Sólo era el paladar así que no tuvo cicatriz y habla a la perfección. Pero yo me sentí culpable y ella necesitaba otros cuidados especiales y al final no quise regresar a trabajar. Regrese y a los dos días renuncié.
La transición a una maternidad 24/7
Se trabaje o no fuera de casa, convertirse en madre implica una transformación total: desde nuestro cuerpo, hasta nuestras rutinas, estilo de vida y forma de pensar. Nos damos cuenta que quizás ahora algunas cosas no nos parecen tan importantes y decidimos darle prioridad a otras.
No es que nos deje de importar continuar aprendiendo o ya no nos interese tener una carrera en el mundo profesional, simplemente en este momento, ahora que nuestros hijos son pequeños, continuar trabajando no es lo más importante en nuestra lista de prioridades. Y es ahí cuando muchas decidimos renunciar para quedarnos a su lado.
Desde luego, el hecho de que tomemos la decisión no significa que el cambio de mujer profesional o madre de tiempo completo sea fácil. Una de las cosas, es lo solitario que puede convertirse el pasar de un papel a otro, como le sucede a Mariana, de 29 años y madre de un niños de dos años:
Aunque no fue difícil porque no tenía un trabajo de tiempo completo y me gusta estar en casa con mi hijo, lo que extraño de la vida laboral es ese compañerismo que uno tiene con sus colegas. A veces extraño platicar con otros adultos sin tener que estar al pendiente de mi hijo.
A veces, una de las cosas que más difícil resulta a algunas madres, es la opinión o críticas de otras personas, que no comprenden por qué deciden abandonar una carrera en la que iban creciendo, como comenta Lucero:
Quizá uno de los retos a los que me he enfrentado es sobre todo lo que opinan los demás, por ejemplo: me dicen que para qué estudié si no trabajo, que por qué no va a guardería, que por qué aún le doy leche materna.. En fin, de todo opinan y en ocasiones si me hacen sentir un poco triste, pero siempre llegó a la misma conclusión: vale la pena por el momento dedicarme solo a ella.
Y es que actualmente es muy común o normal que ambos padres trabajen y las madres regresen a trabajar después de terminar su baja maternal. Por eso, a algunas personas les sorprende cuando mujeres dedicadas a su carrera deciden renunciar, pero en realidad, es algo que quizás a muchas les gustaría.
Un cambio total y agotador, pero que vale la pena
Así como en su momento otras madres nos compartieron de forma honesta que dudaban acerca de la decisión que tomaron al renunciar tras tener hijos, estas madres se siente felices y satisfechas con su decisión. Aunque claro, como sabemos quienes tenemos hijos, los días a veces se vuelven largos.
Para Cynthia, de 32 años y madre de una hija de 2 años, al principio fue muy difícil por todos los cambios, aunque gracias a su hija poco a poco ha podido adaptarse a la vida de mamá de tiempo completo:
Fue agotador, abrupto y para nada fácil. Desconocía todo, darle de comer desde que me la entregaron (nació en hospital público y estuve sola hasta el día siguiente), tomar fuerza de la nada, aprender a no dormir. Fue un cambio muy radical para mi, dejar literal mi vida social y profesional morir, y enfocar toda mi fuerza, mi amor y mis prioridades en mi hija. Ella es mi maestra, mi fuerza. Cuando sentía que todos estaban mejor que yo, ella me inyectaba pilas para hacerme sentir afortunada de tener una hija sana y hermosa. Suena difícil y lo fue. Sobre todo porque al no planear mi embarazo fue un cambio radical y rápido.
En el caso de María, de 29 años y madre de dos niños de siete y casi dos años, no solo fue difícil adaptarse a la vida con hijos, pues como continuó trabajando por un tiempo, no conocía tan bien a su hijo, y había algunas cosas en casa que no sabía cómo hacer:
La transición fue un poco dura porque no sabía qué darle de comer a mi hijo o qué era lo que le gustaba, ya que por mi trabajo lo veía muy poco y además yo siempre pagaba porque me hicieran todas las labores del hogar, así que no estaba acostumbrada. Mi mayor reto fue adaptarme a las necesidades en mi hogar: hacer de comer, lavar, cuidar a mi hijo y también estar con mi esposo, aunque no extraño nada, ya que mi trabajo era muy estresante y me demandaba mucho tiempo.
Para Samantha, además de verles crecer, renunciar a su trabajo le ha permitido estar a su lado en momentos difíciles o cuidarles cuando enferman:
Definitivamente fue la mejor decisión para mí, ya que he disfrutado y sufrido cada etapa de mis hijos. Por ejemplo, cuando estuvieron enfermos y tuve que llevarlos al hospital, pude quedarme sin tener que esperar permiso o ver la cara larga del jefe. También ser la primera en ver cada logro y cada monería que empiezan a hacer. No estaba en mis planes tener hijos, fueron tardados pero muy queridos. Y creo que si me tardé tanto en tenerlos, lo mínimo que puedo hacer es darles la atención que se merecen. Estudié 18 años, trabajé 18 años... puedo esperar para volver a hacerlo.
Y definitivamente, una de las cosas que más satisfacción da, es el compartir todos esos tiernos e irrepetibles momentos que se viven al lado de niños pequeños, como comenta Edna:
Ahora que tengo la bella oportunidad de quedarme en casa a limpiar cada vaso de leche tirado, a escuchar cada palabra nueva, a recoger a mi niña de la escuela o verlos caminar, pienso que todo el dinero del mundo no me regresaría esos recuerdos que he creado con uno o ambos de mis hijos. Por más que me guste salir de casa y sentirme independiente o el apoyar a mi esposo en los gastos del hogar o solo por el amor a ejercer la carrera, mil veces escogería estar en casa con mis hijos.
Si estás pensando en renunciar después de convertirte en madre
Finalmente, la decisión de continuar trabajando o renunciar después de tener hijos es algo que será diferente para cada mujer. En el caso de las madres que están felices de haberlo hecho, nos comparten algunos consejos para otras madres que estén considerando esta opción, con la intención de que puedan ayudarles a tomar la mejor decisión.
Para Mariana, pensarlo a profundidad y analizarlo bien es clave, porque no es fácil, aunque los años en los que son pequeños son pocos y pasan rápido:
Que lo piensen bien. Yo decidí hacerlo por que estaba consciente que mi hijo no iba a ser pequeño toda la vida, que algún día va a crecer y hacer sus cosas y me va a dejar hacer las mías, por eso quise quedarme y disfrutarlo. No es fácil por que estar todo el día con un bebé o un toddler es cansado, pero lo he visto crecer y lograr muchas cosas y siento que vale pena.
También es importante que al momento de analizar la decisión, se piense también en un plan de acción en el que aclaren bien qué pasará y cómo le harán, que es justamente lo que aconseja Nora:
En mi experiencia tener un plan sirve, estar seguros de lo que quieres a corto, mediano y largo plazo, y externarle todo a tu pareja y/o familia. Yo sin mi pareja y familia no lo hubiera logrado
Cynthia por ejemplo, aconseja que si deciden renunciar, además de disfrutar a los hijos, no nos olvidemos de nosotras y evitemos comparar nuestra vida con la de los demás, pues las metas son diferentes para cada quien:
Es importante no renunciar a lo que nos apasiona y leer sobre temas de nuestro interés. Pero sobre todo no voltear a ver los logros de amigas, otras mamás o en general alguien más para compararnos y hacernos menos (a menos que sea para felicitar). Cada quien tiene su ritmo y sus propios logros. Por ejemplo, mientras mi amiga tiene un trabajo bueno en una agencia de medios, yo logré quitarle el pañal a mi bebé en unos días ¡y ese es mi último gran logro!
Pero sin duda lo más importante, es el consejo que nos da Denys, de 25 años y con un hijo de 3 años, en el que no importa cuál sea tu decisión, lo que importa es hacer lo que te haga feliz y sea mejor para ti y tu familia**:
Creo que el mejor consejo que puedo dar es que si trabajan fuera o en casa, disfruten a sus peques el mayor tiempo posible y que no se sientan mal si les dejan o se quedan con ellos, pues todas vivimos situaciones diferentes.
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