Al parecer, en Holanda existe la práctica activa de la eutanasia en aquellos bebés que nacen con espina bífida, esta se realiza cuando padres y médico se reúnen para valorar la situación del niño, si el resultado, según el criterio del especialista, es que el sufrimiento del bebé es insoportable y los padres así lo creen, pueden llegar a una fatal decisión, la de que se realice la eutanasia, es el resultado del denominado Protocolo de Groningen.
Este hecho ha sido denunciado por numerosos especialistas de muchos países, también despierta la crítica de algunos especialistas del propio país. En Holanda siguen un criterio muy distinto al que siguen otros países, según los médicos holandeses, un tratamiento tiene que proporcionar como resultado una mejora, si no se da tal mejora, es inútil seguir con él. En otros países se mantiene la esperanza y un tratamiento se aplica si existe a pesar de que la mejora no pueda darse. La verdad es que resulta algo escalofriante el denominado protocolo de Groningen, se trata de un protocolo en el que se enumeran las condiciones para poder usar la eutanasia activa, dolor agudo continuo, necesitar continuamente cuidados, tener una calidad de vida deficiente o no poder llevar una vida de forma independiente, son algunas de las características que contempla el protocolo. Parece un protocolo aberrante e indicaríamos que inhumano, como dicen los especialistas que están en contra de esta practica, no se puede demostrar que una vida sea insoportable para un bebé.
¿Quién decide cuál es el valor de la vida de un bebé minusválido?, creemos que un protocolo médico debería ser aceptado por toda la comunidad científica y médica, son demasiados los aspectos a tener en cuenta, parece que los especialistas holandeses optan por el camino más fácil.
Vía | Radio Nederland Wereldomroep Más información | Aceb