En el post anterior hemos comentado que el bebé ya tiene la apariencia de un recién nacido pero bastante más delgado. Entramos en el último trimestre de gestación del calendario de embarazo en el que el niño acumulará la grasa necesaria para sobrevivir fuera del vientre materno y poco a poco se pondrá más rellenito.
Estamos en el séptimo mes de embarazo. Sólo quedan ocho semanas en las cuales cada día que el bebé pasa dentro del útero de la madre es esencial para su desarrollo. En estas semanas, por más que el peso de la tripa comience a incomodar, no dejes de lado el ejercicio ni mucho menos una alimentación equilibrada para nutrir al bebé y para evitar ganar demasiado peso pues podría ser perjudicial para el momento del parto.
Como de costumbre, vayamos al repaso de cómo crece el bebé semana a semana a lo largo de este mes.
Semana 29 de embarazo
En la semana 29 de embarazo (27 semanas desde la gestación) el bebé pesa alrededor de 1,200 kg y mide 35 centímetros desde la cabeza hasta las nalgas. Quiero aclarar que las cifras de peso y talla son estimativas pues cada bebé tiene su propio ritmo de crecimiento.
El pequeño ya es capaz de mantener su temperatura corporal debido a la capa de grasa que se va acumulando debajo de la piel, sin embargo todavía necesita el calor del vientre materno.
Su cerebro se sigue desarrollando con rapidez generando nuevas células nerviosas y aumentando el tejido cerebral.
Semana 30 de embarazo
A partir de la semana 30 el bebé comienza a buscar la posición definitiva para nacer, si es que no lo ha hecho antes. La mayoría se coloca boca abajo por lo que es muy posible que sientas las pataditas en la zona del esternón. Sin embargo también hay bebés que se sientan de nalgas, algunos cambian de posición antes de nacer pero otros no.
Con 36 centímetros hasta las nalgas (unos 42 cm de la cabeza a los pies) y un peso de aproximadamente 1,350 gramos, sus pulmones continúan madurando y produciendo surfactante (ver entrada anterior), una sustancia que le permitirá respirar por sí sólo cuando salga del vientre de la madre y corten el cordón umbilical. Por cierto, el cordón umbilical le resulta muy divertido. Además de sus propias manos es su juguete favorito dentro del útero.
Las uñas de los pies y de las manos, así como las pestañas y el pelo ya se han formado y continúan creciendo.
Semana 31 de embarazo
En la semana 31 el volumen del líquido amniótico en el que flota el bebé es de medio litro, pero su cuerpo va creciendo y ocupando poco a poco la capacidad del útero. Mide 37 centímetros hasta las nalgas (43 cm hasta los pies) y su peso es de 1,500 gramos.
Su aparato digestivo está casi maduro, ya puede mover el intestino aunque no es habitual que lo haga. De todas formas, si defecara, la placenta es la encargada de filtrar y renovar el líquido amniótico.
El bebé gira su cabeza de un lado al otro, pero sus movimientos ya no son tan libres como semanas atrás debido a que le cuesta más estirarse y girarse por la falta de espacio. Igualmente, no para de moverse y al tocarte la barriga, podrás sentir sus brazos y sus piernas estirandose. A esta altura puedes comenzar a llevar un control de los movimientos de tu bebé y llevarlo a la consulta médica mensual. Recuerda que si notas cualquier signo de inactividad fuera de lo normal, debes acudir al doctor.
Semana 32 de embarazo
En la semana 32, la última del séptimo mes, el bebé pesa alrededor de los 1700 gramos y mide 38 centímetros (44 cm de la cabeza a los pies). Su cuerpecito se va rellenando y contorneando debido a la grasa que ha ido acumulando en las últimas semanas, aunque todavía lo seguirá haciendo.
Su estructura pulmonar, aparato digestivo y riñón están perfeccionándose para funcionar fuera del útero. Los pulmones practican respirar, el intestino puede digerir y el bebé traga líquido amniótico y orina. A lo largo de las próximas semanas todos los órganos continuarán su proceso de maduración.
Con respecto a la madre, en estas primeras semanas del tercer trimestre comenzarás a notar las molestias típicas de este período como por ejemplo, calambres, acidez, dificultad para respirar, pesadez en las piernas y fatiga generalizada.
A estas alturas del calendario de embarazo es posible que hayas notado unas contracciones uterinas esporádicas llamadas contracciones de Braxton Hicks. Son una preparación para el parto, pero no son contracciones de parto propiamente dichas ya que son irregulares. Como todo músculo, el útero necesita tener cierto entrenamiento para el momento de dar a luz.
Aunque son indoloras sentirás cierta tensión abdominal y que la tripa se endurece. Sin embrago, hay ciertos signos de alarma a tener en cuenta. Debes acudir al médico si tienes más de 4 contracciones por hora con menos de 36 semanas o 5 por hora con más de 36 semanas, si las contracciones van acompañadas de dolor abdominal, pélvico o de espalda, si van acompañadas de flujo vaginal inusual o en caso de antecedentes de parto prematuro.
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