Una famosa patinadora británica de 41 años, embarazada de 25 semanas, sufrió el miércoles pasado una hemorragia cerebral irreversible a causa de un tumor y se la declaró clínicamente muerta.
Con el consentimiento del marido fue conectada a un respirador mecánico con el objetivo de ganar tiempo para desarrollar los pulmones del bebé en gestación mediante un tratamiento de esteroides. Dos días después de morir dio a luz a una niña que pesó menos de 1 kilo.
No es la primera vez que sale a la luz la noticia de una mujer embarazada que ha sufrido un accidente y se la ha mantenido con vida de forma artificial para salvar la vida del bebé. Pero cada vez que se conoce, vuelve a saltar la polémica sobre si es ético o no hacerlo.
Se cuestiona si es válido manipular artificialmente la vida de la madre sólo para hacer nacer al bebé. En el caso de la patinadora fueron 48 horas, pero hay casos en los que se ha mantenido conectada a la madre hasta 3 meses para que el feto se desarrollara y pudiera nacer.
Para poder entenderlo pienso en qué me gustaría que se hiciera si algo así me sucediera a mí estando embarazada. Es muy dramático pensar en ello, pero desde luego elegiría que se hiciera todo lo posible por salvar la vida de mi hijo. Sería dar a luz una vida aunque se apague otra, como si una parte de mí siguiera viviendo en ese niño.
Vía | Rtve