Estoy totalmente en contra de los deberes escolares en vacaciones. Creo que hay muchas actividades mucho más interesantes e intelectualmente enriquecedoras que llevar tareas que hacer durante el verano y que harán que sigan aprendiendo mucho en vacaciones.
Los niños tienen derecho a desconectar, igual que los adultos, y lo necesitan mucho más. Ya han hecho y aprendido lo que tenían que aprender en el colegio durante el curso y ahora, con las vacaciones, es hora de disfrutar el tiempo libre y de la libertad.
Sin embargo las vacaciones no son terreno yermo para el aprendizaje, todo lo contrario. Hay muchas actividades que pueden hacer y que enriquecerán sus mentes y apliarán sus conocimientos y perspectiva. Os dejo algunos ejemplo en forma de diez ideas para que vuestros hijos sigan aprendiendo en vacaciones.
Cocinar juntos
La cocina es una de las actividades que podemos realizar en familia y de la que los niños más disfrutarán. Nos va a dar la oportunidad de estrechar lazos con ellos, además de hacer ejercicios de motricidad fina, aritmética, volúmenes, formas, pesos y medidas, incluso para trabajar conceptos básicos de física y química.
Ayudarnos a decorar magdalenas, poner los ingredientes de una pizza, revolver una salsa o batir unos huevos les va a encantar, pero no hay límites (además de la seguridad con cuchillos y fuegos) que vayamos a tener.
Largos paseos en la Naturaleza
Pasear por el campo, la playa o la montaña, incluso por un parque arbolado que esté cerca de casa es una oportunidad magnífica de introducir en la conversación temas de ciencias naturales y conocimiento del medio: las plantas, los animales, el tipo de cultivos, el clima, las nubes, el movimiento del Sol y la Luna, la orografía y las rocas, la sedimentación y la erosión son aspectos visibles, que pueden tocar y que les fascinará que les expliquemos de manera sencilla.
Y si acompañamos el paseo con una merienda que nos hayan ayudado a preparar, el día será completo. Eso si, no olvidéis gorros, agua abundante y protección solar, lo que además nos invitará a hablar sobre el cuidado de la salud.
Hacer pompas de jabón
¿Recordáis lo fascinante que era hacer pompas de jabón y verlas volar, perseguirlas, aplastarlas? Esa experiencia sigue haciéndo que los niños disfruten enormemente. Podéis hacerlas al método tradicional, con una pajita y haciendo la preparación casera, o comprarla ya hecha, o incluso buscar un tutorial sobre como hacer pompas gigantes. La diversión está servida en una tarde calurosa.
Crear instrumentos musicales con objetos de uso cotidiano
A la mayoría de los niños les encanta hacer música y también hacer manualidades con sus padres. Podéis hacer vuestros propios instrumentos y preparar hasta un concierto. Con rollos de papel de cocina, botes de yogurt, cajas, gomas, garbanzos y cosas igualmente sencillas podéis hacer maracas, palos de agua y hasta una sencilla guitarra podréis crear instrumentos musicales con objetos de uso cotidiano. Y si soís mañosos, hasta una flauta casera con cañas.
Helado en una bolsa
Con una bolsa de plástico, hielo, sal y una palangana podéis preparar un delicioso helado casero, realizando un experimento científico que les mostrará conceptos prácticos sobre la temperatura y las transformaciones que sufre la materia según el calor y la mezcla de productos. Y además, podréis comer un helado casero y sanísimo.
Hacer una colección de minerales y rocas
En nuestros paseos podemos recoger piedras que llamen la atención de los niños o parezcan interesantes por su forma o composición y luego intentar identificarlas haciendo nuestra primera colección de rocas y minerales. No es necesario que la colección sea completísima ni que acertemos exactamente, pero la elección de los ejemplares, su identificación (podéis comprar un libro, ir a la biblioteca o buscar por internet), clasificarlas, etiquetarlas y ponerlas en una pequeña exposición. Las preguntas vendrán solas: ¿cómo se ha formado cada tipo de roca o mineral?, ¿donde más se encuentra?, ¿que usos tiene?
Visitar un Parque Natural
Seguro que cerca de vuestra casa o lugar de vacaciones hay alguna zona de interés especial como un Parque Natural. Planificar una excursión, buscando las características de la zona e investigando sobre la fauna y flora o los elementos geográficos más llamativos ya será una actividad educativa por si misma, pero cuando la completemos con la experiencia real de la visita, se volverá de verdad inolvidable y hará que los niños aprendan muchísimo de la Naturaleza y de su propio entorno.
Volar cometas
Volar una cometa es otra de las experiencias lúdicas y educativas que ningún niño debería dejar de vivir. El viento y su fuerza se experimentan directamente, abriendo la mente a conceptos de física e ingeniería que van a dejar huella en ellos. Incluso podemos hacer nosotros mismos la cometa ayudados por los niños. Les encantará. Nosotros aún conservamos la que mi hijo hizo con su abuelo. Es un tesoro.
Hacer un poster con fotos familiares
¿Qué mejor manera de recordar todas estas aventuras y descubrimientos que plasmándolas en un poster lleno de fotos familiares?
Además de repasar lo que hemos aprendido los niños trabajarán su motricidad fina con las tijeras y el pegamento, y también su sentido artístico, eligiendo colores y formas.
Hacer un safari fotográfico
Ahora existen cámaras de fácil manejo pensadas para niños pequeños, muy resistentes y sencillas. Y si no, con el teléfono, que seguro que saben manejarlo incluso mejor que nosotros. Podemos planear un safari fotográfico incluso en nuestra ciudad o pueblo, recorriendo sus calles y fotografiando lo que ellos quieran: plantas, tiendas, rincones especiales, la luz, las personas. Será otra experiencia educativa y emocionante para ellos.
Como podéis ver hay muchísmas actividades que podéis planificar estas vacaciones para que vuestros hijos disfruten de vuestra compañía, se diviertan y además aprendan muchas, muchas cosas. Y hay muchas más cosas que podéis hacer y que os contaré la semana que viene.
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