Si alguien sabe de vacaciones familiares esos son los austriacos. Han hecho de la hospitalidad un arte convirtiendo los Alpes austriacos en un paraíso para toda la familia.
En general, cuando pensamos en Austria, nos viene a la cabeza Viena o Salzburgo, preciosas ciudades monumentales donde disfrutar del arte, la música y la gastronomía. Solemos también imaginarnos laderas nevadas que hacen las delicias de los esquiadores más empedernidos. Quizá no nos damos cuenta de que los Alpes austriacos, además de ser un lugar ideal para todo aquel que quiera practicar deportes de inverno, son un lugar idóneo para disfrutar de unas fantásticas vacaciones en la montaña con los más pequeños de la casa. Los austriacos son muy conscientes de que gran parte de su riqueza radica en el verdor de sus montañas y el resplandor de los lagos increíbles que anidan en sus valles, y miman con esmero sus negocios, muchos de ellos de tradición familiar, donde nos ofrecen un servicio de gran calidad siempre con un toque muy personal.
Saben también que cuando se trata de viajar con niños pequeños y los bártulos que eso conlleva, toda facilidad que puedan ofrecerte es poca. Por eso han creado un programa de calificación de hoteles según lo aptos que éstos sean para hospedarse con niños. Estos hoteles, además de tener las estrellas pertinentes, tienen los que se llama Smileys en función de las instalaciones, servicios y actividades que ofrezcan para niños pequeños y bebés.
Garantía de calidad y dedicación
Para que un hotel pueda afiliarse al programa tiene que conseguir un mínimo de tres Smileys lo que implica cumplir unas normas de seguridad infantil muy estrictas, ofrecer un amplio catálogo de servicios adaptados a las necesidades de los niños como pueden ser menús infantiles o servicios de babysitting, y tener una serie de instalaciones como piscinas, salas de juegos y mobiliario adaptado. Los criterios de calidad son muy exigentes, se trata de que todos, padres y niños, puedan disfrutar al máximo de todo lo que Austria y sus montañas tienen que ofrecer.
El paraíso terrenal para todo padre con afán de disfrutar de unos días de relax se alcanza con los cinco Smileys. La implicación que se les exige a estos hoteles llega a tal extremo que un hotel con cinco Smileys sólo puede hospedar a familias con niños o bebés a los que se dedican con diligencia y esmero.
Unas vacaciones de verdad
Nosotros somos fieles a uno de estos hoteles desde hace cinco años, el hotel Almhof en Zillertal. A pesar de que somos muy viajeros y vamos a todo tipo de sitios y hoteles, éstas son las mejores vacaciones del año, sin duda. La primera vez que fuimos teníamos dos hijas y, si todo va bien, el año que viene seremos siete. Son las únicas vacaciones en las que yo descanso de verdad porque ellos lo tienen todo pensado, hasta el más mínimo detalle.
Uno de los requisitos de estos hoteles deben cumplir es poder ofrecer alojamiento a las familias en una misma habitación pero con una cierta independencia. Todas las habitaciones tienen dentro una habitación infantil, integrada pero separada, de forma que puedes estar con tus hijos sin que tengan que dormir en un tetris de camas y colchones imposible. En nuestro caso, como somos tantos, ahora nos adjudican una habitación de unos 60 metros cuadrados con dos habitaciones infantiles dentro con literas donde nuestras cuatro niñas pueden dormir divinamente.
Todas las habitaciones tienen cambiador, lavabo bajo, adaptador para el WC, perchas a la altura de los niños y servicio de babyphone integrado. Hay geles, champús y camas infantiles además de albornoces y zapatillas para toda la familia. Te dan también las toallas de pisicina y una bolsa para poder llevarlas cómodamente. Según la edad de tus hijos tienen cunas o barreras para las camas normales.
Menús para todas las edades
Otro de los aspectos que recibe una especial atención es la alimentación. Todos estos hoteles ofrecen servicios de pensión completa para padres e hijos con menús adaptados a todas las edades. Hay incluso potitos, leche de fórmula, cereales para el bebé, baberos a discreción, cucharas de silicona y vajillas irrompibles para los más pequeños. Por supuesto hay tronas y elevadores para todos los niños que los necesiten.
Además de las tres comidas reglamentarias durante el resto de día ofrecen piscolabis para que nadie pase hambre o sed y las meriendas o el picoteo de entre horas no se conviertan en un drama. Hay fruta, helados, panes, quesos y todo los que se les pueda ocurrir disponible todo el día.
Juntos pero no revueltos
La idea de estos hoteles es disfrutar en familia de la naturaleza pero también te brindan la posibilidad de poder tener unas horas de relax mientras tus hijos se lo pasan pipa en el millón de actividades que organizan para ellos.
Están obligados a ofrecer servicios de guardería y actividades infantiles seis días a la semana un mínimo de ocho horas al día. Lo mismo puedes dejar a un niño media hora mientras te das un masaje que algunas horas más para practicar algún deporte o descansar en el SPA u otras zonas reservadas para adultos.
Hasta el más mínimo detalle
Cada año hay algún detalle nuevo que me sorprende. Al llegar, por ejemplo, los niños pueden elegir un dibujo que se coloca al lado de la puerta para que puedan reconocer la habitación sin necesidad de recordar el número.
A los niños algo más mayores se les da también unas tarjetas de la habitación especiales que les dan acceso a todas las zonas aptas para su edad pero con la que no pueden entrar a zonas más peligrosas como la piscina.
Hay juguetes, libros, manguitos y todo lo que a una se le pueda ocurrir a total disposición de los padres y un parque móvil de cochecitos todoterreno que se pueden utilizar libremente. No es necesario llevarse ni la sillita de paseo, todo te lo dejan allí.
Todo esto aderezado con un sinfín de actividades divertidísimas para toda la familia como senderismo, escalada, paseos a caballo o en bici, o excursiones en canoa por poner un ejemplo.
Si todavía no han decidido dónde pasar estas vacaciones y quieren huir de las aglomeraciones y el calor no lo duden, los Alpes austriacos son un paraíso para toda la familia.
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