Los niños de hoy sufren de aburrimiento mucho más que antes. Existen varias razones y nosotros podemos remediarlo, más bien, debemos remediarlo. Antes las familias eran más numerosas, el hecho de que los niños sean hijos únicos, es una de la causas (aunque esto no significa que todos los hijos únicos se aburren ni que todos los que tengan hermanos se diviertan).
También se debe a la incomunicación social de la vida urbana. Otra causa del aburrimiento de los niños puede ser, a veces, una consecuencia de la sobreestimulación a la que sometemos a nuestros hijos: exceso de televisión, juegos electrónicos, juguetes con decenas de luces, demasiadas actividades dirigidas por adultos... en definitiva cualquier actividad que hace que los niños no tomen la iniciativa. Entonces os preguntaréis ¿qué hago para que mi hijo no se aburra?
Lo primero que debemos plantearnos es si realmente le dedicamos el tiempo suficiente a nuestro hijo. A veces por trabajo no nos es posible pasar todo el tiempo que quisiéramos con ellos, a eso añadido que a veces llegamos a casa y nos ponemos a ver la televisión, a mirar el móvil, a cocinar o cualquier cosa que no sea estar por ellos. Nuestros hijos pedirán nuestra atención con el "me aburro".
Nuestro interés por lo que les ocurre, que estemos con ellos, que les escuchemos, que juguemos con ellos... éstas son las verdaderas muestras de afecto. No sólo debemos pasar tiempo con nuestros hijos sino darles tiempo de calidad, inventarnos juegos para hacer con ellos y disfrutar juntos.
Es muy importante que dediquemos un tiempo al día para pensar en cosas para hacer con ellos, en Bebés y Más te damos ideas de actividades para hacer con niños.
A veces el hecho de estar "sin hacer nada" no tiene porque significar que el niño esté aburrido. El estar aburrido puede incluso ser positivo.
¿Cómo puedo hacer que el tiempo que pase con mi hijo sea de calidad para que no se aburra?
- Es importante que encontremos actividades que tengan que ver con la naturaleza, podemos crearlas incluso para dentro de casa.
- Puedes acondicionar un espacio dentro de casa para que los niños jueguen con los elementos: un cajón con arena y una mesa con agua (los ponéis en un barreño en una mesita que esté a su altura). Es importante que si hacéis esta actividad se establezcan unos límites y los pactéis antes de empezar, como por ejemplo llevar un delantal siempre o no llevar la arena más allá del espacio habilitado...
- Escojamos juguetes más naturales, como los de madera frente a los de plástico y resto de sintéticos.
- ¿Has pensado en comprar algún animal doméstico? Seguro que a tu hijo le puede hacer muchísima compañía y aprenderá a cuidarlo y a ser responsable.
- Procura salir lo máximo posible a parques y jardines que tengas cerca de casa.
- Llevadlo al campo, para que se relacione con la naturaleza. Esto no debe ser una imposición, sino algo que les salga de dentro y sigan su impulso natural hacia la naturaleza. Dejad que los niños suban a los árboles.
- Recupera la ilusión por la naturaleza, contágiate de sus emociones, os divertiréis juntos.
- Planta flores y plantas en casa y observad sus cambios.
- Podéis tener un compostero casero, en internet encontraréis cientos de formas de hacerlo vosotros mismos, para reciclar vuestros residuos del hogar. Si dispones de un balcón o terraza, son muy fáciles de hacer y proporcionan abono orgánico para vuestras plantas.
- Dejad que cocinen con vosotros, ponedle una mesita pequeña al lado vuestro y les dejáis que investiguen con los alimentos que estéis cocinando. Podéis enseñarles los tipos de olores y sabores, qué tacto tienen los distintos alimentos...
Como he mencionado antes, es importante que los niños realicen actividades no estructuradas, es decir, aquellas que no están dirigidas por adultos, que las conducen ellos mismos, de esta forma les daremos la opción a desarrollar su creatividad. Las actividades dirigidas por adultos también son una opción pero debemos compensar entre unas y otras.
No confundamos el hecho de "no hay nada que hacer" con el aburrimiento. A veces, estos momento de inactividad pueden culminar en momentos de actividad frenética.
Es importante que limitemos la televisión y juegos electrónicos. Hay veces que por simple comodidad, les sentamos frente al televisor, quizá porque tenemos cosas que hacer, pero hay que mantenerse firmes con ellos y saber cuándo y cuánto tiempo se debe estar frente al televisor. En mi caso, yo a mi hijo nunca le he prohibido ver la televisión, pero es que él mismo no aguanta más de diez minutos seguidos... pero claro, cada niño es diferente...
Dedícale tiempo de calidad a tu hijo en el que disfrutéis juntos, actividades relacionadas con la naturaleza, regar y cuidar las plantas, a los animales, ir de paseo, salir en bicicleta, jugar con una pelota en la naturaleza, salir a pescar...
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