Aunque agosto es el mes vacacional por excelencia, son muchas las familias que ya han concluido sus vacaciones y deben volver al trabajo. Durante el mes de agosto se reduce considerablemente la oferta de campamentos de verano y actividades para niños, por lo que muchos padres deben hacer auténticos malabarismos para mantener a sus hijos entretenidos durante este largo y tórrido mes en el que las ciudades y barrios prácticamente se vacían.
Si estás falto de ideas para hacer con tus hijos y estás cansado de escuchar los continuos "me aburro", los expertos de Lingokids nos proponen cinco actividades divertidas y refrescantes para seguir disfrutando del verano.
Juegos de agua
Los juegos de agua nunca fallan y mantienen entretenidos a los niños durante largos periodos de tiempo. Si tienes jardín o terraza, deja que tus hijos jueguen a mojarse con pistolas de agua, globos o incluso con una manguera (aunque antes debemos enseñarles cómo utilizarla con seguridad para evitar accidentes).
Cuando el juego haya finalizado tocará recoger los "restos de la batalla", aunque podemos convertir esta tarea en una competición divertida. Por ejemplo, podemos dar a cada niño una esponja y un vaso medidor para medir la cantidad de agua que recoge cada uno, o hacer una competición para ver quien reúne más trocitos de globo.
Si contamos con una piscina, jugar al balón, al pilla-pilla o al clásico 'Marco-Polo' son opciones muy divertidas, aunque también podemos incorporar otras actividades como tirar un objeto al agua y competir por quién lo coge primero o esconder objetos dentro de la piscina y buscarlos.
En cualquier caso es importante mencionar que elijamos el juego que elijamos, los niños deben estar continuamente supervisados por un adulto, aunque sepan nadar. También debemos supervisar a los niños cuando juegan con globos, especialmente si son pequeños, a fin de evitar que se lo metan en la boca.
Entretenimiento vintage
Muchos de los juegos con los que los padres nos divertíamos siendo niños son ahora desconocidos para nuestros hijos, pero si se los mostramos y participamos con ellos, seguro que lo pasarán en grande.
El escondite es un clásico, pero podemos complicarlo jugando a oscuras con nuevas reglas que nos inventemos. La gallina ciega, el escondite inglés, el pañuelo, la rayuela, el hinque, las canicas, saltar a la goma o a la comba…
Volver a nuestra infancia nos ayudará a conectar con nuestro niño interior y por tanto también con nuestros hijos, además de propiciar conversaciones y anécdotas de nuestra infancia que a nuestros hijos les encantará escuchar.
Juegos de cartas
Si tenéis en casa una baraja española te aseguramos que la diversión estará servida. Y es que cuando el calor aprieta fuera, echar mano de los juegos tradicionales de cartas (esos que jugábamos con nuestros abuelos) se convierte en una opción socorrida y muy divertida.
Enseña a tus hijos juegos como la escoba, el cinquillo, el chinchón, la carta corrida, el as-dos-tres, o, incluso el solitario para que puedan entretenerse cuando no tengan compañero de juegos.
"Tunear" las tareas del hogar
Fomentar la autonomía de los niños con tareas domésticas es beneficioso para su desarrollo. Pero, ¿es posible convertir estas tareas en algo divertido que les entretenga mientras colaboran?
Los expertos nos proponen echarle imaginación y convertir las tareas cotidianas en el hogar en rutinas divertidas que favorezcan la participación de los más pequeños en la vida familiar.
Por ejemplo, en lugar de elaborar de manera convencional los menús de la semana, podemos organizar una semana gastronómica con los platos más típicos de los diferentes países, o una competición por equipos como si fuéramos concursantes del programa Master Chef.
A la hora de tender o recoger la ropa del tendedero, podemos proponer a los niños que la clasifiquen por colores, tamaños o formas. Otra idea divertida es organizar una cadena humana y trabajar en equipo mientras cantamos canciones juntos.
Si tenemos que limpiar y barrer, podemos hacerlo mientras imitamos voces o movimientos de personajes animados que todos conozcamos, y si tenemos que hacer la compra en el supermercado podemos poner reglas divertidas, como no pisar rayas del suelo, ver quién encuentra antes los productos, asignar tareas a cada miembro de la familia (uno es el encargado de pesar la fruta, otro de empujar el carro, otro de contar el dinero...)...
Aprendizaje activo
Muchos padres quieren que sus hijos se mantengan activos durante el verano realizado tareas que les ayuden a afianzar los aprendizajes adquiridos durante el curso. Pero para ello no es necesario recurrir a deberes tradicionales o al típico cuadernillo de verano, pues existen otras opciones más atractivas y divertidas para que los niños aprendan.
Por ejemplo, para practicar matemáticas les podemos pedir que nos ayuden en la cocina pesando y midiendo las cantidades de una receta, calculando el cambio cuando pagamos en un restaurante o sumando los precios de la lista de la compra.
Si a lo largo del mes de agosto tenéis pensado hacer alguna excursión en familia por la naturaleza, otra idea educativa es que antes de hacerla los niños investiguen acerca del sitio que vamos a visitar: su flora y fauna característica, dónde se ubica, accidentes geográficos que podemos encontrar, puntos turísticos de interés, dónde se ubica en el mapa...
También podemos aprovechar cualquier rato de espera o viaje en el coche para practicar trabalenguas, rimas o juegos de palabras que favorezcan el desarrollo lingüístico del niño, así como otros juegos sencillos y divertidos para practicar el inglés.
Como veis, la lista de actividades es variada y divertida, y seguro que encontráis opciones para disfrutar con los niños. Porque aunque para algunos las vacaciones hayan terminado en agosto, todavía queda mucho verano por delante para seguir creando recuerdos inolvidables en familia; ¿no os parece?