En España es muy habitual encontrar en las casas tanto aceite de girasol como aceite de oliva. Por el sobreprecio del segundo, son muchas las personas que utilizan más el de girasol, sobre todo a la hora de freír, por aquello de que para llenar la freidora hace falta bastante aceite.
Ahora bien, pensando en la salud de los pequeños de la casa (y la nuestra), a la hora de cocinar y aliñar, ¿qué es mejor? ¿Aceite de oliva o aceite de girasol?
Para freír, mejor el aceite de oliva
Para determinar qué aceite es mejor a la hora de freír es importante saber cuál es la temperatura máxima que puede alcanzar el aceite sin deteriorarse (o produciendo los menos tóxicos posible). El aceite de oliva puede soportar temperaturas de hasta 210ºC, que es más que la temperatura que se suele utilizar para freír (se suelen freír alimentos entre 150 y 190ºC).
El aceite de girasol, por contra, empieza a deteriorarse a los 170ºC, que puede ser bajo para freír según qué alimentos. Si lo calentamos por encima de esa temperatura se oxida y, no solo es menos saludable, sino que es más tóxico.
Para aliñar, también mejor el aceite de oliva
El aceite de girasol es rico en vitamina A y vitamina E, y eso lo hace una opción interesante. Sin embargo, el aceite de oliva tiene algo más de sabor (aunque esto es muy personal), y contiene en gran proporción ácidos grasos monoinsaturados, que son los que se consideran más saludables.
De hecho, en los niños, se dice que ayudan a regular las funciones del organismo, promueven el crecimiento y el desarrollo cerebral y físico, y mejora la absorción de los nutrientes de los alimentos.
Es por eso que cuando los bebés empiezan con la alimentación complementaria es más que interesante añadir aceite de oliva a los primeros alimentos cocinados.
Foto | iStock
En Bebés y más | Atún en lata, ¿sí o no?, Recetas para toda la familia: ensaladas de pollo, tartaletas de cereza y más, ¿Son los productos light adecuados para los niños?