La enfermedad celíaca es una condición común y autoinmune del intestino delgado que persiste de por vida y está causada por una reacción al gluten, una proteína que se encuentra en el trigo, la cebada, la avena y el centeno.
Se calcula que la celiaquía afecta uno de cada cien niños en Europa y puede presentarse a cualquier edad, tanto en bebés al introducir la alimentación complementaria, como en niños y adolescentes. Es una de las enfermedades crónicas relacionada con la alimentación más frecuentes entre niños y afecta más a las niñas que a los niños. A pesar de que cada vez se diagnostican más casos, hasta un 80% de los casos de enfermedad celíaca pediátrica en Europa permanence sin diagnosticar.
¿La enfermedad celíaca es hereditaria?
La enfermedad celiaca no es hereditaria, pero sí existe una predisposición genética a padecerla. La probabilidad de desarrollar celiaquía es de uno entre diez para niños con un familiar de primer grado diagnosticado.
También se encuentran entre los grupos de riesgo con mayor predisposición a la celiaquía: las personas con diabetes tipo 1, Síndrome de Turner, Síndrome de Down, enfermedad tiroidea autoinmune, Síndrome de Williams y enfermedad autoinmune de hígado.
Síntomas de enfermedad celíaca en niños
En la mayoría de las personas celíacas se manifiesta uno o más síntomas, aunque también hay personas asintomáticas que no presentan ningún malestar. Los síntomas más frecuentes en niños son:
- hinchazón, o una sensación de plenitud o inflamación en el abdomen
- diarrea crónica
- estreñimiento
- gases
- náuseas
- heces grasosas, con mal olor, que flotan
- dolor de estómago
- vómitos
- pelo frágil
A su vez, la no absorción de nutrientes en la infancia puede ocasionar:
- daños en el esmalte de los dientes permanentes
- pubertad tardía
- retraso en el desarrollo en los bebés
- cambios de humor o sensación de molestia o inquietud
- retraso en el crecimiento y baja estatura
- pérdida de peso
¿Cómo se diagnostica?
Ante la sospecha de síntomas relacionados con la celiaquía, el siguiente paso es realizar un análisis de sangre para la detección de los anticuerpos propios de la celiaquía.
En algunos casos, esto puede ser suficiente, pero la mayoría de las veces es necesario realizar una biopsia intestinal para confirmar el diagnóstico. Es la prueba de oro disponible en la actualidad para detectar con precisión si hay celiaquía y el grado de lesión del intestino según el criterio Marsh.
Además, al confirmar el diagnostico es recomendable valorar si el resto de la familia (hermanos, padres e hijos) también pudiera estar afectado por la enfermedad.
La importancia del diagnóstico precoz
El adecuado cumplimiento del protocolo del diagnóstico precoz es clave para detectar la celiaquía a tiempo y evitar la aparición de enfermedades asociadas por un diagnóstico tardío o la ausencia de diagnóstico
Las investigaciones sobre la enfermedad siguen avanzando, e incluso se habla de una posible vacuna no muy lejana. Esperemos que en poco tiempo haya buenas noticias para los celíacos y especialmente para los niños con celiaquía, que tienen que aprender a vivir sin gluten desde muy pequeños.
Más información | FACE (Federación de Asociaciones de Celiacos de España)
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