Están en lo alto de la pirámide de alimentos pero sin embargo nos visitan más de lo debido... Uno de cada diez niños españoles toma dulces a diario. Los dulces, las chucherías, son habituales en la dieta de muchos niños y esto trae consecuencias. Una de ellas: los niños necesitan más tratamientos dentales.
En concreto, tomar dulces a diario incrementa en un 55% el riesgo de necesitar tratamientos odontológicos. La explicación es sencilla: cuantos más dulces toman mayor riesgo hay de que tengan caries, que los dientes se estropeen (ese es uno de los riesgos, aunque hay otros) y probablemente haya que acudir más de lo recomendado al dentista, para tratar esos efectos a veces dolorosos.
Son datos extraídos del VI "Estudio anual sobre Hábitos Bucodentales en niños" realizado por Vitaldent, en colaboración con la Universidad de Murcia, y en el que han participado cerca de 1.300 niños de toda España de entre 6 y 12 años.
Por el contrario, si tu hijo solo toma dulces muy de vez en cuando, es probable que no esté dentro del 8% de los que tienen algún diente o muela picada o del 35% de los que necesitan algún tratamiento dental.
De los niños que toman dulces a diario, el 56% ha tenido que someterse a algún tratamiento dental y el 20% tienen alguna pieza dental picada; si comen dos o tres veces por semana la cifra de los tratamientos dentales es del 46,6%; solo el 35,7% de los niños que comen muy de vez en cuando.
Según el estudio, que refleja cómo cuidan los pequeños de la casa sus dientes y cuáles son sus hábitos de higiene bucal, el 9,9% de los niños españoles toma dulces todos los días, dos o tres veces por semana lo hace el 35,0%, una vez por semana el 23,1% y muy de vez en cuando o nunca el 32%.
Pero, ¿dónde reside el peligro de los "dulces"? La ingesta excesiva de este tipo de alimentos, sobre todo los carbohidratos refinados, es un factor que predispone a la caries dental, por lo que es necesario controlar la cantidad que los niños toman. Por ello, es importante mantener una correcta higiene bucodental después de consumirlos.
Recordemos que los azúcares procesados y refinados se encuentran en las chucherías, las bebidas carbonatadas (no dietéticas) regulares, como las bebidas gaseosas, los jarabes y el azúcar de mesa. Los azúcares simples o refinados suministran calorías, pero carecen de vitaminas, minerales y fibra, pudiendo favorecer el aumento de peso.
Es sobre todo a partir de los seis años cuando los niños necesitan tratamientos dentales, pero pensemos que las caries no salen de un día para otro y que los hábitos saludables los cogen desde pequeños.
En definitiva, si quieres ahorrarte algún susto o visita precipitada al dentista, puedes contribuir a ello controlando la cantidad de dulces que come tu hijo ya que en exceso favorecen la caries o la obesidad. Y mantener una buena higiene bucal tras cada comida y especialmente tras las golosinas: si es posible, que las tomen en casa después de comer, para lavarse los dientes tras su ingesta.
Vía | Vitaldent
Fotos | Thinkstock
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