Los lácteos en la alimentación infantil: inconvenientes de la leche artificial (II)

Los lácteos en la alimentación infantil: inconvenientes de la leche artificial (II)
6 comentarios

Hace dos días empezamos a hablar de los lácteos y derivados de la leche de vaca en nuestro “Especial Alimentación Infantil” y la primera entrada fue para el primer derivado de la leche de vaca que toman algunos niños: la leche artificial.

Para hablar de ella quise centrarme en términos de salud y, para hacerlo, comencé tratando los inconvenientes de alimentar a un bebé con leche artificial. Hoy, con esta entrada, continuamos con el tema.

Síndrome de la muerte súbita del lactante

Hay diversos factores conocidos que hacen que aumente el riesgo de muerte súbita del lactante, como son dormir en posición de decúbito prono (boca abajo), que alguno de los padres sea fumador, que haya una temperatura ambiental elevada, etc. y al parecer, el tipo de alimentación también tiene que ver.

Comparando bebés que toman leche artificial con bebés que toman leche materna de manera exclusiva durante 8-11 semanas, los primeros tienen un riesgo 2,8 veces mayor de padecer el SMSL.

Si se comparan de nuevo, pero esta vez con bebés que toman leche materna hasta los 12-15 meses, los que toman LA tienen un riesgo 4,6 veces mayor.

La explicación a este fenómeno podría ser por la alteración que la leche artificial produce sobre el sueño. Se ha observado que los bebés que toman LA tienden a tener un sueño más profundo y a despertar menos veces por la noche que los bebés que toman el pecho.

Si observamos los patrones de sueño de las personas mayores (los abuelillos), se observa que apenas llegan a entrar en fases de sueño profundo, se despiertan a menudo y tienden a dormir menos que cuando eran más jóvenes. Esto tiene una explicación: su salud es tan frágil, que llegar a dormir de manera profunda podría “desconectar” demasiado la mente del cuerpo haciendo que la persona no volviera a despertar.

Pues con los bebés pasa lo mismo. Se despiertan a menudo y no tienen apenas sueño profundo para que, en caso de apnea (que es la situación que precede al SMSL), se despierten fácilmente. Si en cambio, con la leche artificial, logran dormir más tiempo y de manera más profunda, el riesgo aumenta.

Mayor riesgo de enfermedades crónicas

La leche artificial no favorece la maduración intestinal ya que no tiene especificidad de especie (de hecho es leche de vaca, como hemos dicho, modificada) y carece de efecto inmunomodulador y antialérgico. Esto hace que el intestino del bebé sea más tiempo permeable a las macromoléculas (los bebés nacen con un intestino muy permeable y a medida que crecen van perdiendo esa permeabilidad, dejando pasar cada vez menos sustancias, por eso se retrasan algunos alimentos con el fin de evitar alergias e intolerancias).

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Al ser el intestino más permeable en los bebés que toman leche artificial, son más frecuentes las alergias y enfermedades como diabetes, enfermedad inflamatoria intestinal, la celiaquía, la esclerosis múltiple, la artritis crónica juvenil, la leucemia y el linfoma.

Hablamos a menudo de la importancia de dar leche materna al menos hasta los seis meses, pues bien, hay estudios que demuestran que solo 4 meses de lactancia materna disminuyen el riesgo de padecer alergias a los dos años, protegen frente al asma, episodios de sibilancias, rinitis alérgica y de los síntomas graves de enfermedad alérgica.

Con respecto a la celiaquía, aparece antes y es hasta cuatro veces más frecuente en los bebés que toman leche artificial. Ahora bien, para que se produzca el efecto protector de la leche materna, el bebé debe ser amamantado mientras empieza a tomar alimentos con gluten y unos meses después de haber empezado.

Si hablamos de la diabetes mellitus tipo 1, que es una enfermedad autoinmune, existe una relación entre la alimentación con leche artificial los primeros 3-6 meses y el desarrollo de la enfermedad en personas genéticamente predispuestas.

En América, la AAP (Academia Americana de Pediatría) recomienda lactancia materna y evitar el uso de leches comerciales y otros productos que contengan proteínas de la leche de vaca durante los primeros 12 meses en familias con antecedentes de este tipo de diabetes.

En cuanto a la leucemia aguda infantil y los linfomas, se ha observado que amamantar durante más de seis meses protege contra estas enfermedades. Se ha relacionado la proteína alfa-lac, presente en la leche materna, con este efecto, ya que dicha proteína induce la apoptosis de las células cancerígenas y de otras células inmaduras y de rápido crecimiento y permite el crecimiento de las células ya maduras y estables.

La leche artificial, por otro lado, parece ser un factor de riesgo de obesidad. La razón podría ser el mayor aporte de proteínas y micronutrientes de la leche de fórmula, aunque tampoco se descarta la posible sobrealimentación que puede darse cuando un bebé toma biberón.

Cuando son bebés, las diferencias son mínimas, sin embargo se observa una mayor frecuencia de obesidad en los adolescentes que han sido alimentados con biberón. Cuantos más meses ha estado un bebé tomando leche materna, menor es la incidencia de obesidad en la adolescencia.

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La presión arterial también parece tener relación con el tipo de alimentación de los bebés, ya que se ha visto que, a la edad de 7 años, los niños que fueron alimentados con leche artificial tienen una presión arterial sistólica significativamente superior que la de los niños que habían recibido leche materna, aunque no fuera de manera exclusiva, durante las primeras 15 semanas de vida.

Una de las enfermedades más graves de los bebés, puesto que tiene una mayor morbimortalidad asociada, es la enterocolitis necrosante. Los bebés alimentados con leche artificial tienen un riesgo significativamente mayor de padecerla, sobretodo si son prematuros, que han de vivir un tiempo en un medio hospitalario donde predominan gérmenes que pueden causar dicha enfermedad.

Peor desarrollo cognitivo

Diversos estudios han demostrado que el desarrollo intelectual de las personas que fueron alimentadas con biberón (la mayoría de adultos de hoy en día) es significativamente peor que el de los que fueron alimentados al pecho. Para hacer dicha relación se han eliminado factores de confusión como el nivel socioeconómico de los padres, por ejemplo.

En los bebés amamantados se observan mejores niveles de función cognitiva a los 6-23 meses, que en los que recibieron leche artificial. Dicha diferencia es más llamativa cuando se estudian bebés prematuros. Los beneficios en el desarrollo cognitivo son directamente proporcionales al tiempo que un bebé es amamantado.

Como digo, la mayoría de adultos de hoy en día fuimos alimentados con biberón. No es que tengamos ningún déficit por ello, sino todo lo contrario, si nos hubieran dado el pecho seríamos probablemente más inteligentes.

El vínculo afectivo

Seguro que todos habéis oído o leído que la lactancia materna ayuda a que se cree un vínculo afectivo sólido entre madre e hijo. Esto no quiere decir que la madre que da biberón no vaya a crearlo, sin embargo sí es cierto que, aquellos bebés que toman leche artificial están menos tiempo en contacto con sus madres y esto hace que haya más interferencias a la hora de vincularse.

El vínculo afectivo del que hablamos es la relación que se establece entre la madre y el bebé, que nada tiene que ver con el amor. Es decir, el amor entre madre e hijo es evidente. Aparece en el mismo momento en que la mujer sabe que será madre y se hace pleno cuando el bebé nace. El vínculo, en cambio, aunque depende del amor (sin amor, difícilmente habrá vínculo), puede llevar un camino diferente, ya que está más relacionado con el tipo de relación que se crea con el bebé.

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Los bebés nacen todos con unas necesidades similares, que no quiere decir que todos tengan que ser tratados del mismo modo. Una madre acostumbrada a cuidar a su bebé de un modo que le resulta práctico, útil y eficiente podría fracasar estrepitosamente si tratara de hacer lo mismo con otro bebé de la misma edad. Esto quiere decir que todos los bebés tienen su personalidad propia, sus necesidades normalmente comunes, pero un modo de comunicarse propio que sólo su madre (o su padre) es capaz de llegar a comprender.

Esa relación de entendimiento, en que la madre comprende los sentimientos del bebé, sus requerimiento y lo que puede llegar a necesitar, a veces incluso antes de que lo pida, es lo que podría considerarse el vínculo afectivo entre madre e hijo. La madre siente que necesita atender a su hijo y de hecho quiere hacerlo y el bebé siente que necesita ser atendido y quiere que sea su madre la que lo haga. De este modo se crea una relación exclusiva en la que el bebé se siente amado y seguro y es capaz de crecer y desarrollarse de un modo placentero.

Dar el pecho a un bebé es, físicamente hablando, la unión de la boca del bebé, que viene de serie increíblemente desarrollada (tanto por la capacidad de succionar como por la capacidad de sentir placer con la succión e incluso como órgano de exploración – ya sabéis que los bebés se lo llevan todo a la boca para recibir información acerca de lo que han cogido), con el pecho de la madre. Hay quien ha llegado a llamar “placenta externa” al pecho de la madre, ya que una vez nace el bebé y se corta el cordón umbilical que le une a la placenta (interna), el bebé debe agarrarse al pecho para seguir alimentándose y para seguir unido al cuerpo que le ha gestado durante 9 meses, el de su madre.

Los niños que toman biberón tienen que cambiar el pecho materno por una tetina, perdiéndose dicho contacto piel con piel y alejando su cabeza y su cuerpo de los sonidos del cuerpo de su madre. Si tenemos en cuenta que los bebés que toman leche artificial se alimentan menos veces al día, porque tienden a estar 3 horas sin comer, entre toma y toma, podemos ver que el tiempo que están en brazos para ser alimentados es inferior que el tiempo que pasan con una madre que da el pecho. Si además tenemos en cuenta que no todos los biberones los da la madre, sino que muchas veces el padre u otros familiares se prestan a alimentar al bebé, el tiempo de contacto es menor todavía.

Por todo ello se concluye que los bebés alimentados con leche de fórmula tienen más difícil la consecución de un vínculo afectivo sólido con su madre, que es su principal cuidadora.

Fotos | Flickr – Alessandro Perilli, Szeto Clan, nateOne, Qole Pejorian
En Bebés y más | Los lácteos en la alimentación infantil: inconvenientes de la leche artificial (I), Los niños alimentados con leche de fórmula sufren más infecciones que los que toman pecho, La leche artificial no es estéril, La leche materna salva vidas, Lactancia materna o leche artificial: La confusión de las nuevas madres

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    • interesante

      Me parece interesante el artículo, pero creo que no esta del todo bien enfocado. Esta claro que la lactancia materna tiene gran cantidad de beneficios, está más que demostrado. Pero son muchas las madres que aún queriendo y deseando amamantar a su hijo, les ha sido del todo imposible (ya sea por un problema en los senos, por una intolerancia a la proteína de leche, o por muchas otras causas). A estas madres les cuesta MUCHO el renunciar al pecho y empezar a dar el biberón. Creo que en los tiempos que corren "dar el biberón" se critica abiertamente sin pensar en las consecuencias de la madre y mucho menos en los desencadenantes que la han llevado a tomar esa difícil decisión. Ahora me gustaría comentar un poco en líneas generales el articulo. Afirmar que dando el biberón hay un mayor riesgo de muerte súbita del lactante me parece un poco fuerte, seamos sensatos, seguro que si buscamos hay estudios que defienden cualquier postura por extraña que nos parezca, pero me parece muy difícil la relación causa-efecto del biberón con la muerte súbita del lactante, cada niño es un mundo, y habrá niños que dándoles teta, se despierten únicamente una vez en toda la noche, y otros que con biberón se despierten cada 3 horas (y al revés).

       El desarrollo cognitivo del bebé creo que tiene factores mucho más importante y determinantes que la lactancia/biberón. El cariño, amor, respeto, atención, calor humano, y en menor medida la estimulación proporcionarán un mayor desarrollo cognitivo del que pueda dar la alimentación (hemos de pensar que hoy en día las leches artificiales tienen todos los nutrientes necesarios en su justa medida, lo único que no tienen son las defensas que la madre transmite al bebe a través de la leche, y con ésto no quiero decir en ningún momento que sea mejor ni peor la leche artificial a la leche materna, son dos alternativas a las que podemos acogernos). Muchos autores defienden que el estar en contacto con el bebé se consigue aumentar la cantidad de defensas que tiene, por el simple hecho del contacto piel a piel.

       Éste punto se puede relacionar con el vínculo afectivo, que para mi es mucho más que dar pecho, existen muchas cosas que aumentan el vínculo afectivo de los bebes y los padres, el colecho, el responder al llanto, el dar la máxima atención posible al bebé, ... dar el pecho es uno más de ellos, pero no por dar el pecho se obtendrá un mayor vinculo afectivo que practicando algunas de las acciones anteriormente expuestas. Se puede dar el pecho mirando la televisión o leyendo una revista, y se puede dar el biberón cantando una nana a nuestro bebe.

      Concluiría éste comentario haciendo la siguiente reflexión: En la vida hay de todo, muchas madres que el único contacto que tiene con sus hijos es dar el pecho, y muchas otras que dan el biberón pero están siempre atendiendo a sus hijos. Dar el pecho durente 6,8,... meses no sirve de mucho si luego no atendemos a su llanto, no jugmos ni dedicamos tiempo a él, ... Pienso que la educación de un hijo va muho más allà de los meses en los que se le da "teta".

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    • Avatar de gfr Respondiendo a gfr
      interesante

      Hola gfr, entiendo tu postura y tu enfoque, pero yo prefiero el enfoque que he utilizado en el artículo porque me parece más acertado.

      Tu dices que está claro que la lactancia materna tiene gran cantidad de beneficios. Lo cierto es que esta manera de hablar de la leche materna es ligeramente errónea, porque la leche materna ofrece, simplemente, lo que un bebé necesita. Hablar de beneficios suena a hablar de "extras", como quien en el coche dice que tiene ESP, o 12 airbags. Son unos pluses que están muy bien, pero de los que podemos prescindir tranquilamente.

      No es que no se pueda prescindir de la leche materna, es que la leche materna debería equivaler al coche base, el que no lleva pluses, no por malo, sino porque la lactancia natural es lo que el cuerpo del bebé espera recibir, la base, lo lógico.

      Por eso no hay que hablar de los beneficios de la leche materna, sino de los inconvenientes de la leche artificial, que es como un coche de segunda mano, funcionar funciona, pero te puede salir "rana".

      Sé que este enfoque es más molesto seguramente de escuchar que el habitual. Si sirve de consuelo debo decir que no es una iniciativa propia, sino que me he basado en el "Manual de Lactancia Materna para Profesionales" del Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría, donde un capítulo tiene exactamente el mismo enfoque. Al leerlo (y viendo que otros profesionales piensan del mismo modo y que es una manera de verlo que considero más lógica, me he adherido a este estilo).

      Sé que son muchas las mujeres que no pueden amamantar por diversos motivos y sé que les cuesta renunciar al pecho. Lo sé porque veo madres con problemas a diario.

      También soy consciente de que las críticas gratuitas vuelan por todas partes, sin embargo ni esta entrada, ni la anterior, critican en ningún momento a las madres que dan el biberón.

      Con respecto a lo otro que comentas, son varios los libros en que he leído una asociación entre SMSL y lactancia artificial (entre ellos el que comento de la AEP). Que es muy fuerte, ya lo sé, ojalá no fuera así.

      Sobre el desarrollo cognitivo, por supuesto que depende de muchísimos factores y la lactancia no es el único, pero la cantidad de grasa de la leche y el tipo de grasas de la LM son unas perfectas creadoras de cerebro y es un factor a tener en cuenta (por eso se dice).

      Dices que "lo único que no tienen son las defensas que la madre transmite al bebe a través de la leche". Lo único no es poco, de hecho, lo único en este caso sería demasiado, ya que la parte más importante de la leche materna es, precisamente, su capacidad inmunológica.

      El problema, además, es que no es lo único, ya que hay otras muchas cosas (y muchas más que aún se desconocen) que hacen que la leche artificial esté a años luz de la artificial.

      Con respecto a lo del vínculo, estoy de acuerdo en lo que dices, hay madres que dan el pecho viendo la tele sin hacer caso a sus hijos y hay madres que dan el biberón acariciando y cantando a sus hijos. Sin embargo también hay madres que dan el biberón viendo la tele sin hacer caso a sus hijos y madres que dan el pecho acariciando y cantando a sus hijos. Entonces, en igualdad de condiciones, el bebé que toma el pecho siempre tendrá más contacto piel con piel, más momentos de amamantamiento (comen más a menudo) y más traspaso hormonal (oxitocina por todas partes) que el que toma el biberón, por lo que tendrá más facilidades para crear el vínculo afectivo. A la práctica? Pues quizás apenas se note... a saber.

      Un saludo!

    • interesante

      Este es un tema del que quiero hablar hace días, pero como me toca muy de cerca, quería posarlo y hablar con más calma.

      Voy a tomar tu artículo, Armando, como una exposición de "peligros" de la leche artificial. Sin más...

      Pero estoy de acuerdo con gfr que no ayudas nada a las deseperadas madres que han tenido que tirar la toalla con la leche materna. A mi ya me pillas lejos y no me afecta ahora, pero en su momento me habría hecho un buen roto este artículo. Me habría sentido como la peor madre del mundo por alimentar a mi hijo con semejante "veneno". Habría pensado que soy una egoísta que está hipotecando la salud de su hijo, sólo por salvar mis pezones.

      Así que quiero decir a las madres que se sienten tan deseperadas como yo QUE ESTÉN TRANQUILAS, que sus hijos se van a criar IGUAL DE SANOS que con la leche materna. Que lo importante es el equilibrio emocional de la madre. Y lo digo por experiencia propia.

      No es nada sano ni para la madre ni para el bebé estar llorando como una magdalena porque tu hijo no se engancha a tu pecho, ni siquiera poder desahogarte porque si te disgustas será peor y se te cortará la leche. No lo he pasado peor en mi vida.

      NO ME ARREPIENTO de haberle dado el biberón a mi hijo. Es el más sano, el más guapo y el más inteligente del mundo, como todos los hijos para sus madres.

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    • Avatar de ainara27 Respondiendo a ainara27

      Ainara, es que es así como lo debes tomar, como si de un prospecto de leche artificial se tratara.

      Si miras los prospectos de los jarabes infantiles, verás que en "efectos secundarios" dicen cosas que dan pavor. Sin embargo tienen que decirlo porque es posible que sucedan. Nadie dice a los fabricantes "si lo lee una madre que da el jarabe a su hijo se va a sentir fatal", porque se entiende que si la madre lo da es porque lo tiene que dar.

      Con la leche artificial pasaría algo similar.

      Solemos llenarnos la boca con el respeto hacia las madres que, de manera informada, eligen dar una u otra lactancia, bien, pues para tener la información no sólo se deben conocer los beneficios de la leche materna ("ya sé los beneficios de la leche materna, pero decido dar biberón"), sino conocer también los "inconvenientes de la leche artificial". De este modo, con toda la información, una mujer puede decidir.

      Hay otros casos, la mayoría, que no se trata de elegir, sino que las circunstancias han llevado a ello. Para hacer que estos casos sean los menos posibles es necesario que tanto población como profesionales de la salud tomen conciencia de que la leche artificial también tiene sus riesgos (y eviten insistencias en plan "no ves que no se alimenta", "tu leche no es buena", etc.), por ello he escrito esto.

      A las madres que se sientan desesperadas, que estén tranquilas, que busquen algún grupo de ayuda a la lactancia para agotar las posibilidades y, si finalmente no es posible, que estén también tranquilas, que sus hijos se criarán bien (personalmente nunca diré "igual de sanos", porque los datos científicos revelan que esto no es cierto).

    • interesante

      Armando

      Tu propuesta es muy interesante y valiente. Pocas mujeres nos atreveríamos a afirmar lo que tú haces porque bien sabemos lo duro que es para una madre que pongan en duda que lo hace lo mejor que puede con su hijo. Tienes razón cuando dice que deberían de advertir en los prospectos de las leches maternizadas sobre los riesgos que conllevan. Es verdad también que están siempre obligados en decir que " lo mejor para el bebé es la leche materna" (a buen entendedor...) Pero también es verdad que entre los defensores de la lactancia materna (liga de la leche, pediatras, grupos de lactancia) también hace falta un poco de psicología para con las madres que por mala información, falta de apoyo ó de seguridad en si misma o simplemente porque no dan para más o no les apetece optan por el biberón. Para todas esas mamis, les diría, dejemos de sentirnos culpables por todas las decisiones que tomamos como madres. Nosotras y nadie mejor que nosotras sabemos lo que es mejor para nuestro bebé. Seamos libres y respetemos la libertad de las demás!

      Un abrazo

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    • Avatar de maviloca Respondiendo a maviloca

      La clave de todo lo que comentas es RESPETO. Eso que tanto se repite, que tanto suena y que casi nadie tiene hacia los demás.

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