La obesidad infantil es uno de los problemas del siglo XXI cuya solución parece no estar cercana, viendo que los niños son cada vez más sedentarios, juegan más con las pantallas y menos con las ruedas y las pelotas y llevan una dieta poco equilibrada.
Esos factores los conocemos todos, sin embargo hay otras variables que entran en la ecuación que deben tenerse en cuenta porque parece que la solución a la obesidad vendrá con el trabajo sobre todas ellas. Hablo, por ejemplo, de la relación de los niños con sus padres, ya que se cree que los padres autoritarios podrían estar favoreciendo la obesidad de sus hijos.
Qué es un padre autoritario
Para saber a qué me refiero deberíamos definir qué es un padre autoritario. Por norma general, basta con echar la vista atrás y definir al padre tipo de hace una o dos generaciones. Padres rígidos con las normas, poco afectuosos y poco dispuestos a hablar sobre las normas o los límites, que deben seguirse "porque sí", "porque lo digo yo y no se hable más" y que llevan un estilo en el que abundan las amenazas y los castigos.
Datos del estudio
Científicos canadienses analizaron un grupo de más de 37.000 niños y vieron que las tasas de obesidad eran un tercio más altas en los niños de hasta 11 años cuando sus padres llevaban un estilo educativo autoritario. Los hijos de padres más asertivos, que eran más afectuosos, más dispuestos a hablar abiertamente sobre las normas y límites y a negociar con los hijos, eran por lo general más delgados.
El estudio no se ha publicado aún y fue presentado el pasado miércoles en San Francisco, en la reunión de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) y aunque los datos sugieren la relación entre el estilo de crianza y el peso de los niños, la relación de causalidad no está demostrada.
En Canadá la obesidad infantil se ha triplicado en los últimos 30 años y los científicos quisieron ver si el ambiente familiar podía influir en ello. Hallaron que los niños de 2 a 5 años con padres autoritarios tenían un 30% más de probabilidades de ser obesos y que los niños de 6 a 11 años tenían un 37% más de probabilidad que el resto.
En palabras de Lisa Kakinami, autora del estudio:
Estos hallazgos son consistentes con lo que se ha descubierto con respecto a otras dimensiones de la salud de los niños, a saber, que un estilo de crianza asertivo es el mejor para la salud de su hijo [...] Los padres que tienen ese estilo también tienen menos probabilidades de tener hijos que realicen conductas arriesgadas.
Como digo, en el estudio no han sido capaces de saber si una cosa es causa de la otra y por eso estos resultados no pueden ser considerados concluyentes, a menos que se demuestren en próximas investigaciones.
En cualquier caso, considero que sí podría existir una relación, ya que como muchos sabemos la comida puede llegar a utilizarse como elemento apaciguador, como válvula de escape, como elemento que calme los nervios que unos padres restrictivos provocan en el estómago de un niño, o en su mente. Ya hace unos meses comentamos que las niñas maltratadas podrían tener más riesgo de obesidad por el mismo motivo.
Vía | Medline Plus Foto | Thinkstock En Bebés y más | El impacto de la obesidad infantil, peor de lo que se pensaba, Datos sobre la obesidad y el sobrepeso en el mundo, Obesidad infantil: claves para prevenirla