Hemos hablado varias veces de los beneficios de que el niño, desde que comienza a comer alimentos sólidos a los seis meses, lo haga con sus propias manos.
Los purés no son una buena manera de establecer una primera relación del bebé con la comida. Se cree que porque son fáciles de comer son lo mejor, pero no es así. Se mezclan los sabores de los alimentos, y al dárselos triturados, el bebé no estimula la masticación cuando ya empieza a estar preparado para ello a partir de la salida de los primeros dientes. Además, luego suele resultar difícil que deje de comer puré para pasar a los sólidos.
Por tanto, una de las recomendaciones de esta forma de alimentación conocida como Baby Lead Weaning, es que el niño pase directo de la teta a los macarrones, sin parar en el puré. Es decir, de la leche materna a los sólidos, pero como aún no saben manejar los cubiertos, hacen uso de sus mejores herramientas: sus manos, las cuales además son mucho más estimulantes al entrar en contacto con la temperatura y la textura de los alimentos. Te damos entonces una lista de ocho alimentos que tu bebé puede empezar a comer con las manos.
Verduras
Puedes ofrecerle a tu bebé las verduras cocidas y cortadas para que las cojan con sus manos. Las mismas que utilizas para hacer el puré, ofréceselas de esta forma. Por ejemplo, la patata, la zanahoria, el zapallo, el calabacín, el brócoli y la coliflor, que además le parecerán de los más divertidas por su particular textura. También puedes darle tomate (quitándole la piel), judías verdes, boniato y cebolla.
A partir de los seis meses pueden comer todas las verduras aunque la Agencia Española de Seguridad Alimentaria recomienda, por precaución, no dar espinacas ni las acelgas como plato único a los bebés antes del primer año de vida. por su contenido en nitratos. En caso de incluir estas verduras antes del año, hay que procurar que el contenido de espinacas y/o acelgas no sea mayor del 20% del contenido total de la ración de comida. Entre 1 y 3 años se recomienda no dar más de una ración de estas verduras al día y evitar su consumo en niños que presenten infecciones gastrointestinales.
Pan
Desde que empiezan con la alimentación complementaria, a los seis meses los bebés pueden empezar a comer alimentos con gluten. Se recomienda introducirlo en pequeñas cantidades (por ejemplo, uno o dos cacitos de cereales o una galleta al día) y aumentar su consumo gradualmente. Al principio hay que estar atentos para observar cómo le sienta y si le produce algún tipo de reacción.
A partir de los seis meses puedes empezar a ofrecerle un trozo de pan para que lo chupe y rechupe. Aunque no tenga dientes, al entrar en contacto con la saliva lo irá deshaciendo poco a poco.
Legumbres
Las legumbres también se pueden empezar a ofrecer a los seis meses y constituyen una parte muy importante de la dieta por su aporte nutricional. Lentejas, garbanzos, habas, guisantes... Los pequeños se divertirán intentando cogerlas con sus deditos contribuyendo a la motricidad fina.
Las legumbres combinadas con verduras nos dan un montón de posibilidades para incluir en recetas del día a día, tanto como acompañamiento o como plato principal.
Pasta
Nada más divertido para un bebé que tener enfrente un plato de pasta sin cubiertos.
Hay pasta de formas muy variadas así que puedes ir probando. Lo más recomendable es empezar con los macarrones o espirales, que son más grandes para cogerlos con sus manitas, y cocerlos hasta que estén blandos, no al dente. Haz la prueba. Se lo pasará en grande.
Huevo cocido
A partir de los 6 meses, puedes comenzar a ofrecerle huevo duro o huevo cocido. Ni crudo ni poco hecho para prevenir el riesgo de salmonelosis.
Lo más alérgico es la clara, así que ofrécele primero la yema en pequeñas cantidades y unos días después el huevo entero.
Fruta
La fruta es muy estimulante para el bebé por su colorido y sabor dulce. Prepárale platos atractivos con trocitos de fruta de varios colores cortados de diferentes formas.
Para comenzar, es ideal hacerlo con un plátano que es muy fácil de comer. También con manzana cocida (cruda es demasiado dura) y pera cortadas en trozos s o ralladas, y la fruta de gajo, como la mandarina o la naranja, puedes sujetarla tú y dejar que que el bebé chupe la pulpa.
Pescado
El bebé también puede comer con la mano trocitos de pescado, siempre revisando antes que no tenga ninguna espina.
El pescado es un alimento cuya introducción se recomendaba retrasarse hasta los 9-12 meses debido a que puede causar alergia y a que contiene algunas sustancias tóxicas nocivas para bebés pequeños, pero las nuevas recomendaciones permiten introducirlo a partir de los seis meses cuando se inicia la alimentación complementaria.
Se inicia con el pescado blanco, que tiene menos grasa, o azul, alternándolo con otras carnes.
Carnes
Al igual que el pescado, las carnes no conviene triturarlas dentro del puré pues hace que se entremezclen todos los sabores.
A partir de los seis meses se pueden comenzar a introducir las carnes blancas (pollo, pavo, conejo) por ser más fáciles de digerir y más adelante, el cordero, la ternera y el cerdo. Aquí tienes más información.
Al principio debes quitarle la piel para evitar ahogamientos y cortar la carne en trocitos.
Como veis, hay vida más allá de los purés. Existe todo un mundo de alimentos sólidos que el bebé puede comenzar a comer con sus propias manos a partir de seis meses, siempre complementando la leche, idealmente leche materna, que sigue siendo su principal alimento.
Anímate a ofrecerle a tu bebé los alimentos de esta forma. Es mucho más práctico para todos, ya que no hay que prepararle una comida diferente a la del resto de la familia, y estaréis estableciendo una relación más sólida del bebé con sus primeros alimentos, lo cual repercutirá en una mejor alimentación.
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