Llega un momento en la vida de cada bebé en el que los papis recordamos con nostalgia cómo le sobraba tanta bañerita al principio, cuando pensábamos que esas bañeras-cambiador le iban a servir para tanto tiempo... Pero el bebé crece, y empieza a chapotear sin importarle los suelos, las paredes o nuestra ropa, y ya es difícil acostarlo en ese reducido espacio.
Y, como tal vez es demasiado pronto para el paso a la bañera grande, al menos sin ninguna "ayuda" suplementaria para que no se resbale o se caiga cuando empiece a moverse dentro, la idea de una bañerita de tamaño intermedio y que se puede poner dentro de la grande es una opción muy interesante.
Existen algunos modelos en el mercado, yo encontré uno de Ikea que sale muy bien de precio, por menos de 5 euros ofrece una opción más segura para que el bebé chapotee a sus anchas.
Es importante fijarse en que la bañera cuente con listas protectoras antideslizantes, tanto en el fondo para que el niño no se resbale, como en la base, para que la bañera no se mueva.
Así el baño seguirá siendo un lugar estupendo para divertirse y relajarse, de manera cómoda (bueno, ahora nos tenemos que arrodillar), segura y sin temer por los resbalones debido a los charcos en el suelo del aseo...
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