En la madrugada del domingo 31 de octubre se cambia la hora en España. Se atrasan los relojes, por lo que a las tres de la mañana, vuelven a ser las dos. Tendremos una hora más de sueño (pero eso será para los padres afortunados que no tengan pequeños despertadores humanos en casa).
Se trata de una medida con la que las autoridades europeas aseguran que ahorramos energía aunque no todos estén de acuerdo con esto y aunque parecía que el del año pasado sería el último, aquí estamos de vuelta a punto de que vuelva a suceder. En lo que sí estamos de acuerdo es en que a todos nos afecta y a nuestros hijos también. Por eso, os damos algunos consejos para ayudar a bebés y niños a adaptarse al horario de invierno.
¿Cómo afecta al sueño de los niños?
A diferencia de lo que sucede con el horario de verano, en este cambio de hora de octubre ganamos una hora de sueño. Al ser así, retrasaremos el reloj una hora, por lo que si normalmente el niño se despierta a las nueve de la mañana, por poner un ejemplo, su reloj "interno" hará que duerma las mismas horas que antes, aunque ahora el reloj dirá que son las ocho de la mañana.
Como nos sucede a los adultos, a algunos niños no les afecta en absoluto y a otros sí les causa ciertos cambios leves y transitorios al trastornar el biorritmo de sueño-vigilia.
Horario de invierno: tardes más cortas
Los efectos del cambio de hora en los niños no son provocados por esta hora de sueño "extra" del fin de semana, sino por el nuevo “horario de invierno” a partir de ahora.
¿Qué sucederá con el nuevo horario? Se hará de noche más temprano, quitando una hora de luz a la tarde, con lo que eso conlleva en su propio ritmo circadiano. Amanece más temprano y oscurece antes también, las tardes de juego después del cole se hacen ahora mucho más cortas, lo cual puede influir negativamente en el humor y el estado de ánimo. La melancolía del invierno...
Los primeros días pueden sentir una especie de leve jet lag, hasta que se acostumbren al nuevo horario. En algunos niños pueden aparecer alteraciones del sueño, como episodios de insomnio o despertares nocturnos.
Pero lo más complicado será conseguir que se duerman antes por la noche e ir superando el cansancio por las mañanas. Así que habrá que armarse de paciencia y acostarlos un poco más temprano las primeras noches para que cojan el sueño antes y al día siguiente cueste menos el madrugón. Estos efectos negativos y desajustes normalmente desaparecen en tres o cuatro días.
Es imprescindible con cambio horario o sin él dormir las horas que cada uno necesitamos. Una buena calidad de sueño va a repercutir en una mejor actitud para aprender, va a influir mejor en nuestra memoria, en nuestra calidad de vida y en nuestra regulación emocional, independientemente de la edad que tengamos.
Consejos para ayudar a los niños a superar el cambio de horario de invierno
- Acostar al niño 15 minutos antes de lo habitual (lo ideal es hacerlo durante tres o cuatro días antes del cambio de hora).
- Adelantar también las rutinas diarias (cena, baño, hora del cuento, etc..).
- Darle una cena ligera.
- Evitar las bebidas con cafeína.
- Realizar ejercicio físico durante la tarde para "adelantar" su reloj interno.
- Preferiblemente evitar siestas largas.
- Evitar las pantallas a la hora de acostarse.
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