Aunque es un tema que a los padres nos preocupa bastante, las peleas entre hermanos son completamente normales y forman parte del roce lógico que conlleva la convivencia.
Los niños carecen de las habilidades sociales necesarias para solucionar sus conflictos de una forma pacífica y positiva. Por eso, las tensiones a veces derivan en discusiones, agresiones o rivalidades por conseguir nuestra atención. Lógicamente, a ningún padre le gusta que sus hijos se peleen y esto nos puede llevar a querer zanjar la discusión de una forma poco positiva y educativa.
Te contamos qué es aquello que no debemos hacer ante una pelea de hermanos y qué herramientas de la Disciplina Positiva nos pueden ayudar a solucionar estos conflictos cotidianos.
Peleas entre hermanos: ¿intervengo o no?
Los padres tememos las peleas entre hermanos, lo pasamos mal cuando discuten (son nuestros hijos y nos gustaría que se llevaran bien... todo el rato a poder ser) y nos genera muchas dudas con respecto a cómo actuar: ¿Debo intervenir? ¿Hay algo que pueda hacer para evitar que mis hijos se peleen?
Pero pueden darse algunas situaciones en las que sea necesario que los padres intervengamos, especialmente si los niños son muy pequeños para gestionar por sí solos el conflicto, y cuando se está produciendo una agresión. Y es que es importante hacer entender a los niños que la violencia (física o verbal) nunca es el camino para resolver un problema.
Asimismo, también es importante que los padres nos deshagamos de los miedos y estigmas que suelen provocar las peleas entre hermanos, y entendamos que bien gestionadas suponen una oportunidad de aprendizaje, control emocional, resolución de conflictos y toma de decisiones.
Pero para ello, como decimos, es fundamental que los padres gestionemos las peleas entre hermanos de una forma respetuosa y positiva, evitando actuar como jueces que toman partido por uno u otro bando, comparando, etiquetando o buscando culpables.
Herramientas de Disciplina Positiva para gestionar las peleas entre hermanos
1) Escucha activa
Si por algún motivo consideramos que debemos intervenir en la pelea, nos limitaremos a escuchar todas las versiones, sin interrumpir ni tomar partido por ninguno de nuestros hijos, aunque internamente pensemos que lleva razón.
En muchas ocasiones, el hecho de que mamá o papá se interesen por lo sucedido, les escuchen con atención y no les juzguen es más que suficiente para que la intensidad de la pelea disminuya y los niños encuentren por sí solos la solución.
Si no es el caso, les animaremos a resolver el conflicto de una forma positiva, alentándoles en la búsqueda de soluciones mediante preguntas de curiosidad. En ningún momento les daremos nosotros la solución al problema, pero si se 'atascan' podemos recordarles cómo salvaron otras situaciones similares en el pasado.
Recuerda la importancia de validar lo que están sintiendo (enfadarse está bien y es necesario a veces) y hacerles ver que tener opiniones distintas no es negativo, aunque es necesario aprender a manifestarlas de forma respetuosa.
2) Herramientas de gestión emocional
Si tus hijos están muy nerviosos o irascibles es necesario ayudarles a alcanzar de nuevo un estado de calma para que puedan encontrar una solución al problema que ha ocasionado la pelea.
En Bebés y Más os hemos compartido herramientas de gestión emocional para lograr el autocontrol, aunque queremos recalcar especialmente estas dos herramientas de Disciplina Positiva:
- Rueda de opciones para el control de la ira: es un recurso material muy práctico, sencillo y visual que permite a los niños elegir una alternativa respetuosa en el preciso momento en que sientan que las emociones les desbordan. Así evitan caer en comportamientos inadecuados que les hagan sentir mal a ellos mismos y a los demás.
En este post te contamos cómo utilizar y elaborar una rueda de opciones para el control de la ira.
- Rincón de la calma: espacio físico que decoraremos y ambientaremos junto al niño para transformarlo en un lugar acogedor y cálido, al que el niño pueda retirarse de forma voluntaria para sentirse bien ante momentos de ansiedad, nervios o situaciones que le desborden.
En este post te contamos cómo preparar un rincón de la calma y en este cómo ponerlo en práctica cuando el niño esté teniendo una rabieta.
3) Juntas de familia
Las reuniones familiares son un recurso educativo de gran efectividad, que tiene como objetivo resolver los problemas o conflictos de manera democrática, generando ideas entre todos los miembros de la familia y buscando soluciones conjuntas.
Si en tu casa las peleas entre hermanos estallan con relativa frecuencia, podéis tratarlo en una junta de familia para intentar averiguar las causas de los conflictos (muchas veces existe un denominador común - por ejemplo, el tiempo de pantallas, compartir un determinado juguete...) y buscar una solución para evitar que vuelva a pasar.
En este post te contábamos cómo llevar a cabo una junta de familia y qué aspectos tener en cuenta.
4) Tiempo en exclusiva con cada hijo
En demasiadas ocasiones, el comportamiento de los hijos refleja en realidad una necesidad de atención que no está siendo debidamente cubierta. Este malestar emocional les lleva a expresarlo de un modo "inadecuado" en forma de peleas con quienes tienen al lado, rabietas o berrinches.
Es por ello que se hace imprescindible encontrar momentos que nos ayuden a re-conectar con nuestros hijos de una forma exclusiva, dedicando a cada uno de ellos momentos de calidad que les hagan sentir especiales y únicos para nosotros.
Recuerda que el tiempo de conexión con los hijos no depende de la cantidad, sino con la calidad e implicación que dediquemos. Para ello, se hace imprescindible dejar el teléfono de lado el teléfono y vivir con plenitud los momentos que pasamos juntos.
Cuando los niños se dan cuenta de que papá y mamá los aman de manera incondicional y por igual, y que cada uno de ellos es especial y único para nosotros, las peleas entre hermanos tienden a rebajarse considerablemente, tanto en número como en intensidad.