¿Temes la llegada de 'la charla' de sexo con tu hijo adolescente? Calma, no hace falta que la tengas como crees
No, no hace falta tener “una conversación”... porque no basta con una charla de un día: lo que debemos proporcionarles es una buena educación sexual desde que son pequeños.
Pero no vamos a negar que la llegada de la adolescencia, o incluso de sus previos (esa estupenda preadolescencia), es una época especialmente relevante en lo que a materia sexual se refiere. Qué contarles y cómo hacerlo puede generarnos dudas: ¿cómo hablar de sexo con nuestros hijos adolescentes?
¿Por qué es importante hablar de sexo con nuestros hijos adolescentes?
Son tantas las respuestas a esta pregunta que necesitaría el doble de espacio para incluirlas todas. Las dos principales son:
Reduce la tasa de relaciones sexuales de riesgo: una buena educación sexual que incluya el tema de la contracepción correlaciona con un mayor uso de preservativos y por tanto un menor índice de riesgo.
Favorece una actitud positiva hacia el sexo: esto, en contra de lo que muchos creen, no es “incitar a tener relaciones sexuales”, es garantizar que la aproximación a ellas es sana y positiva. Los adolescentes van a tener sexo, van a pensar en sexo, van a investigar sobre sexo... pretender que no lo hagan es un tanto absurdo. De manera que ya que van a iniciar de manera activa su vida sexual... ¿no es mejor que lo hagan con información, viéndola como algo positivo y no algo de lo que haya que avergonzarse o esconder?
Estas dos razones a su vez se retroalimentan, porque si tenemos a un adolescente con una actitud positiva hacia el sexo es más probable que lleve a cabo relaciones seguras porque se siente cómodo con ello, porque sabe lo que hay que hacer para que sea seguro, porque es menos voluble a la presión...
Lo que no aprenden de ti lo aprenden del porno... entre otras cosas
Tradicionalmente la “educación sexual” de los jóvenes provenía de los iguales, de los amigos: el primero que hacía algo se lo contaba a los demás… Y como comprenderás pongo entre comillas lo de educación porque…no, no lo era.
Poco a poco la educación sexual fue entrando en los centros educativos y en las casas, y con ello ganamos todos. Sin embargo siguen siendo muchos los que no tienen acceso a esta educación. Lo que sí tienen es curiosidad, de manera que las respuestas a muchas de sus preguntas las buscan en… el porno.
El acceso “sin control” a Internet (fíjate que digo el acceso, no su existencia) hace que nuestros adolescentes tengan también acceso “sin control” al porno. Sí, los jóvenes de antes también tenían revistas y sus VHS, pero con Internet el acceso es prácticamente ilimitado. ¿El problema? Que sin una educación sexual detrás lo que aprenden de sexo lo hacen del porno, asimilando como real el modelo de sexo y de relaciones que vende. Y con esto podemos tener un problema.
Tenemos claro entonces que hay que hablar con ellos de sexo, ¿no? Ahora bien, ¿cómo lo hacemos?
Cómo abordar el tema
No hagamos un evento de ello. Decirles la famosa frase de “tenemos que hablar” solo hará que se sientan incómodos, que perciban que nosotros también estamos incómodos, y que el tema que vamos a tratar es… tabú. Tampoco es que en mitad de la cena, después de un “pásame la ensalada” le expliquemos cómo se ponen los preservativos, pero sí que es recomendable que se hable del tema de un modo casual.
Marco de confianza: ellos tienen que sentirse cómodos al hablar con nosotros, han de confiar en nosotros. ¿Y esto cómo se consigue? Trabajándolo desde que son casi bebés. Para una buena educación sexual debemos favorecer que nos cuente sus sensaciones y sentimientos, que sean ellos mismos los que nos expresen sus dudas…
Y en esta misma línea… no hacer del sexo un tema tabú: debemos hablar de ello con naturalidad, de la misma manera que hablamos de otras cosas como puede ser la alimentación o la educación vial.
Definiendo. Es interesante definir con ellos, de cara a que tengan relaciones saludables, sexuales o no sexuales, qué entienden por enamoramiento, por deseo o por pasión. En la adolescencia (y en muchos casos también en la vida adulta) confundimos estos conceptos, y a veces salimos mal parados por ello.
Anticoncepción. Esto es de lo que más corte suele darnos a los papis, pero es fundamental. Han de conocer los distintos métodos anticonceptivos, sus pros y sus contras, y tener absolutamente claro que de las enfermedades de transmisión sexual solo te protege el preservativo.
Disponibilidad. Es importante que tengan preservativos a mano. ¿Va a hacer esto que tengan más relaciones sexuales? No, va a hacer que las tengan igual, pero con seguridad. A muchos la vergüenza de comprar condones les lleva a o no usarlos, pero si saben que en casa hay… En el baño, en un espacio común, es un buen sitio para que tengamos algunos a su disposición.
Expectativas. Como decía antes la imagen que muchos adolescentes tienen del sexo es la que ven en el porno. De ahí que sea interesante también que les proporcionemos una idea realista de las relaciones sexuales.
Observa tus comentarios. Una parte importante de la educación sexual que le proporcionamos a nuestros hijos no es intencional, es decir, se produce sin que nos demos cuenta, con nuestra conducta, nuestros comentarios… Fíjate en cómo hablas del tema cuando sale en una película, por ejemplo, en si te pones tenso… todo esto le está transmitiendo información al respecto a tu hijo.
Respeto: inculquémosles respeto, hacia ellos, hacia los otros… y respetémosles nosotros también. Tienen derecho a la privacidad, no seamos invasivos.
Y si no sabes algo… no pasa nada, díselo tal cual a tu hijo y buscad juntos la información. Esto os unirá, que es un extra.
Tranquilidad, que no hace falta ser un experto en sexología, solo ser natural, informarse un poco y tener ganas de acompañar a nuestros hijos en su camino a la madurez sexual. Puede dar corte, pero se pasa rápido y es tan positivo... ¡Vamos!
Fotos: Pixabay.com
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