Desde que nos reconocen hasta su primera pandilla de amigos: el desarrollo social de los niños en edad preescolar es un camino fascinante... tanto para ellos como para nosotros, los padres.
El desarrollo social es el proceso por el que el niño aprende a interactuar con los que están a su alrededor, desde las personas de referencia, con los que establecen el apego cuando son bebés, a los iguales, pasando por el complejo entramado que compone la sociedad en la que viven.
Poco a poco los niños van adquiriendo conciencia de lo social, de las normas y las reglas que rigen su entorno, al tiempo que van desarrollando y afianzando las habilidades necesarias para desenvolverse en ese entorno (habilidades sociales, de comunicación, resolución de conflictos, etc.).
La importancia de un correcto desarrollo social infantil
Es importante que partamos de la base de que el desarrollo de los niños es un complejo mecanismo compuesto por diferentes piezas que interaccionan entre sí, que están en contacto unas con otras y que a menudo se necesitan unas a otras para su correcta evolución.
El desarrollo cognitivo, afectivo, social, sexual, físico... unos redundan en otros, se necesitan para avanzar. Por ejemplo: el lenguaje se ve reforzado ante la interacción con otras personas, y a su vez, el lenguaje es una herramienta para socializar, para tratar con otros.
Un correcto desarrollo social, además del propio ajuste al entorno, con todo lo que ello conlleva, puede ayudar a los peques, entre otras cosas, a:
- Desarrollar habilidades de comunicación: interaccionar, como decía, con otras personas es una vía de aprendizaje y desarrollo del lenguaje muy potente, y no solo a nivel sintáctico, sino funcional.
- Mejor autoestima: tener una red social potente y bien establecida correlaciona con mejores niveles de autoestima, tanto en la infancia como en la vida adulta, y de hecho es un factor de protección frente a determinados trastornos o incluso riesgo de exclusión social.
- Determinados aspectos del aprendizaje: los niños empiezan aprendiendo de nosotros, los papis o familiares, pero llega un momento en su desarrollo en que una parte importante de su aprendizaje proviene de los iguales, de otros niños, de sus amigos, de su entorno.
Hitos del desarrollo social en niños
Tenemos que partir de la base de que en lo que a desarrollo de los niños se refiere, siempre hablamos de arcos temporales, de franjas en las que suele aparecer una conducta, o un progreso en ese desarrollo, abanicos de tiempo, no edades fijas.
Por ejemplo, hay niños que empiezan a andar con 12 meses y otros con 15, y en ambos casos es absolutamente normal, porque ambas edades están dentro de esa franja que marca la estadística. Ten en cuenta esto la hora de valorar la información que te ofrecemos a continuación.
Si tienes alguna duda con respecto al desarrollo de tu hijo, si hay algo que te preocupa, lo mejor que puedes hacer es acudir a su pediatra, podrá asesorarte mejor que nadie.
Los datos ofrecidos a continuación se basan en lo establecido por la AEPED -Asociación Española de Pediatría- y la AAP -American Academic of Pediatrics-.
Desarrollo social hasta los 2 años
Bebé de 1 mes: aunque nos parezcan muy pequeños para casi todo, lo cierto es que los bebés de un mes ya muestran preferencias por los rostros humanos, y no solo son capaces de percibir el calor, olor y voz de la persona que les cuida, sino que además reaccionan con movimientos de su cuerpo a esa voz. Es decir, ya hay una respuesta ante la interacción con otro ser humano.
2 a 4 meses: aparece la (primera) sonrisa como reacción a nuestra conducta con ellos (sonrisa que lleva a que los padres nos derritamos vivos, claro), posteriormente la carcajada y los primeros gorjeos (gugu-gaga), esos soniditos tan ricos como reacción a la música o a nuestras palabras. Se muestra muy a gusto al interactuar con sus figuras de apego.
5 a 7 meses: en esta etapa los padres vemos un avance enorme, ya que empiezan a tener como conversaciones con nosotros, nos escuchan mientras hablamos y parecen respondernos (a su modo, con balbuceos). Alrededor de los siete u ocho meses empiezan a ser capaces de reconocer nuestras emociones, a reaccionar ante ellas (por ejemplo entienden el “no” cuando se lo decimos con cara seria), y también empiezan a expresar las suyas. Como ves, el desarrollo del lenguaje, el emocional... todos están relacionados, todos participan en muchos de los aspectos del niño.
8 a 12 meses: en esta etapa nos provocan para jugar, nos lo piden o demuestran como pueden, desde tirando cosas al suelo para ver cómo caen... y cómo las recogemos, a la fascinación por el “cucu-trás”, al que te pedirán jugar todo el rato porque les parece lo más divertido del universo. Su nivel de desarrollo cognitivo y social hace que empiecen a extrañar con personas desconocidas, que no quieran separarse de nosotros (angustia de separación).
1 año: empiezan a entender que hay otras personas, además de ellos mismos y las figuras de apego, y muestran un ligerísimo interés por ellos. En esta etapa es posible que se acerquen a otros niños, pero no juegan entre ellos, sino lo que se denomina “en paralelo”, uno al lado del otro. Como mucho se pelearán por un juguete. A lo largo de este año ese interés por otros niños irá en aumento, y pueden empezar a intentar imitarlos, especialmente cuando se trata de niños mayores o nosotros, los adultos (es una forma de aprendizaje muy importante).
2 años: siguen bastante centrados en ellos mismos y en sus necesidades (entramos en “los terribles dos” y las rabietas). No son capaces de entender realmente qué sienten otros niños (de ahí que, por ejemplo, se empujen sin problema alguno, sin sentirse mal ni nada: ellos quieren algo, y van a por ello). Su afán por imitar va en aumento, y empiezan a hacer cosas como acostar a sus muñecos como les acostamos nosotros, a darles de comer, “a hacer como sí..:”. Esta imitación es un entrenamiento importantísimo para su desarrollo social, ya que lo que en realidad están haciendo es aprender a través de lo que ven que hacemos y reproduciéndolo.
Desarrollo social del niño de 3-4 años
En esta etapa pasan de ese juego en paralelo con otros niños a interaccionar y jugar verdaderamente juntos, lo que se denomina “juego cooperativo”. Atrás se queda el competir con los otros (por la posesión de un juguete, por realizar ellos una acción), y empieza el colaborar.
Es más independiente, le interesa lo nuevo, probar, experimentar con situaciones y sensaciones, especialmente a través del juego con otros niños, juego en el que además demuestra cada vez más inventiva y cierta fantasía. Pueden empezar también a jugar a “papá y mamá”.
Es capaz de negociar ante conflictos, ya entiende que en frente, ese niño, es otra persona, con sentimientos. Ahora sí que puede entendernos cuando le explicamos el dolor del otro niño, porque ya puede empezar a ponerse en su lugar.
El desarrollo de la empatía es una herramienta tanto social como emocional de gran importancia.
Desarrollo social en niños de 5-6 años
La “fiesta social” está en un momento buenísimo: les encanta estar con amigos, eso de compartir aficiones, gustos y juegos es algo que les hace sentir bien, y lo buscan.
La influencia entre los iguales llega a nuestros hogares, en forma de palabras que no sabemos de dónde han sacado nuestros hijos, ideas “divertidas” que no parecen de producción propia... esas cosas.
En esta etapa aún se está desarrollando su concepto del bien y del mal, de manera que entienden que existen normas sociales y que han de acatarlas... pero porque se lo decimos nosotros. No terminan de entender las implicaciones de esas normas, los por qués finales, porque su “moral” está aún en un estadio previo a ello.
El desarrollo social es un proceso complejo que va de lo más particular, el yo del peque, a la generalidad más absoluta, la sociedad. No tiene sentido meterles prisa: tanto en el desarrollo social como en tantos otros (el pis, sin ir más lejos) hay hitos a los que solo pueden llegar a un determinado momento, con una edad, fruto del desarrollo general (cognitivo, físico...).
Está genial que estén en contacto con otros niños a edades tempranas, pero la realidad, como hemos visto, es que las figuras más importantes, por propio desarrollo evolutivo del niño y sus capacidades, cuando son muy chiquitos somos nosotros, los padres/familia.
Verles crecer, ver cómo se van convirtiendo en personitas con ideas propias, con voluntad, con sus amiguitos, escucharles las aventuras con los iguales, las peleas y las grandes amistades, es maravilloso. Disfrútalo.
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