El 29 de Junio se celebró el Día Mundial del Sueño Feliz y la blogosfera y redes sociales hirvieron ese día bajo el lema “Desmontando a Estivill”, para dar información y opinión acerca del conocido (amado y odiado) método Estivill para bebés y niños.
Lo que nadie podía esperar, tras un día como ese, es que al final quien consiguiera desmontar el método Estivill fuera el mismo Estivill, que en una reciente entrevista abierta al público dijo que su método está pensado para niños mayores de tres años.
La mejor edad para iniciar el método
Una madre le preguntó acerca de la mejor edad para empezar a aplicar el método Estivill, comentando que ella tenía un recién nacido que tomaba leche materna a demanda y que veía difícil combinar dicha alimentación con un método cuyo fin es que un bebé duerma toda la noche.
A la pregunta, el doctor Estivill respondió lo siguiente:
En el cerebro de los niños existe un grupo de células que es nuestro reloj biológico. Es el que nos indica que hemos de dormir de noche y estar despiertos de día. Como otras estructuras del cerebro de los niños, este reloj biológico es inmaduro al nacer. Por esto los niños duermen a trocitos y no pueden dormir de un tirón las horas nocturnas hasta los seis meses de edad. Las normas que explicábamos en ‘Duermete niño’ eran para los niños a partir de los tres años que tenían el denominado ‘insomnio infantil por hábitos incorrectos’. Estas norma no pueden ser aplicadas en los niños más pequeños por esta inmadurez de su reloj biológico. Hay que realizar otras rutinas respetando la lactancia materna a demanda para ir enseñando a este reloj biológico a sincronizarse con el medio ambiente y así llegar de seis meses con un sueño nocturno adecuado de unas once horas y tres siestas diurnas: una después del desayuno, una después de la comida y una después de la merienda. En nuestro libro ‘A dormir’ explicamos estos nuevos conocimientos científicos y damos las pautas adecuadas para que el niño, siguiendo la lactancia a demanda, pueda ir estructurando adecuadamente su sueño.
Sin embargo, en el libro se explicaban a partir de los seis meses
Si habéis leído el libro “Duérmete niño” sabréis que el método en cuestión se recomendaba sobretodo a partir de los seis meses. En el libro queda un poco ambiguo el tema, porque no se aclara demasiado cuándo es el mejor momento para empezar, pero sí parece entreverse en varios momentos que hasta los seis meses puede ser un poco pronto para llevarlo a cabo.
Como es lógico, un método que consista en dejar al niño llorar un ratito y acudir para hablar con él y decirle que siga durmiendo, así las veces que haga falta hasta que se duerma, está totalmente reñido con la lactancia materna, porque los niños de teta maman de día y de noche.
Como ahora cada vez más madres amamantan a sus hijos y como ahora además lo hacen durante más tiempo, el método estaba quedando desfasado, no casaba con las recomendaciones de tantos organismos (como la AEP, UNICEF o la OMS) que recomiendan amamantar hasta los dos años como mínimo e incluso dormir cerca del niño para que el bebé mame cuando lo requiera.
Dicho de otro modo, mientras por una parte se le decía a las madres que tuvieran a su hijo cerca para que hiciera varias tomas nocturnas (el Comité de Lactancia de la AEP ve el colecho como una opción tan válida como cualquier otra), por el otro, el método Estivill decía lo contrario, que el niño debía alejarse, trasladándose a otra habitación para dormir toda la noche seguida y solo, pues lo contrario era un problema llamado insomnio infantil.
Ahora resulta que el libro era para niños mayores de tres años
Tras aguantar estoicamente años de críticas al método por la falta de evidencia científica y por la falta de actualización, pues mientras él recomendaba un llanto controlado otros expertos hablaban del cerebro del bebé refiriéndose a él como un órgano que debe ser cuidado entre algodones, evitando estímulos estresantes y recomendando el contacto físico para apaciguar el estado de alerta en que entra un bebé cuando se sabe solo, Estivill ha decidido ahora dar un vuelco a sus palabras, dar por bueno el dinero recibido por los libros vendidos (supongo) y acercarse un poco a la ciencia apaciguando la mala conciencia que debe dejarte el saber que gracias a ti (o por tu culpa), miles de niños han llorado a moco tendido, han gritado y han vomitado, con la única intención de recibir de noche el mismo cariño que reciben de día.
Un cariño y una atención que también de noche necesitan porque no dejan de ser bebés y niños dependientes que ganan independencia a medida que crecen y aprenden a razonar. Niños normales, la gran mayoría, que sólo necesitaban tiempo para madurar y que habrían acabado durmiendo toda la noche, incluso solos, sin necesidad de realizar un método con el que enseñas a un bebé que la noche es para estar en soledad (si eres niño, claro, porque si eres adulto puedes dormir acompañado).
Ahora cambia el discurso y a mí, que no seguí ninguna de sus indicaciones, me alegra que se haya suavizado y que haya decidido respetar a los bebés. Sin embargo, me queda la duda sobre qué sentirán los miles de madres y padres que han llevado a cabo el método, que han llorado abrazados, sufriendo mientras al otro lado de la puerta su bebé lloraba, pero aguantando porque en el libro pone que los dos tienen que ir a una, aunando sus fuerzas, para lograr el objetivo final, todo porque su hijo padecía insomnio infantil.
No sé cómo se sentirán cuando lean estas palabras todos esos padres que dicen que “yo lo pasé peor que mi hijo”, que creían que su hijo tenía un problema y ahora resulta que el problema no era tal, pues el insomnio infantil en menores de tres años parece que es normal, tan normal que ahora recibe el nombre de “inmadurez de su reloj biológico”.
Quién sabe, quizás Estivill pida un buen día disculpas por haber tardado tanto en rectificar (cada año que ha pasado se han vendido cientos de unidades de su libro, que han servido para disgustar a cientos de bebés) y se agradecerá que lo haga porque nunca es tarde si la dicha es buena, sin embargo las disculpas no servirán, seguro, para borrar todas las malas noches que muchos niños se han llevado sin ser lo más recomendable, sin ser lo más lógico y sin ser realmente un problema, como ahora afirma él mismo.
ACTUALIZACIÓN: Tres semanas después de esta entrada se cambió la palabra "años" por "meses" en El País. Lo comentamos en la entrada "Estivill no se desmontó: sigue recomendando dejar llorar a los niños a los tres meses".
Vía | Entrevista en El País
Foto | La Vanguardia y Prepapá, D Sharon Pruitt en Flickr
En Bebés y más | El método Estivill también se puede utilizar para aplacar a las masas, El conductismo en la crianza no es Ciencia, Lo que el Dr. Estivill debería explicar (si fuera sincero)