Hace un tiempo se habló en Bebés y más del uso de la hormona del crecimiento en aquellos niños con criterios para ser administrada y se abría la posibilidad de ser utilizada también en aquellos que tuvieran una estatura baja sin causa aparente.
Los criterios para el uso de la hormona son el retraso de crecimiento debido a deficiencia de la hormona, el Síndrome de Turner en niñas, en caso de enfermedad renal crónica, en el síndrome de Prader-Willi, y en aquellas situaciones en que haya un retraso de crecimiento y el uso de la misma se haya establecido como seguro.
En estas situaciones el tratamiento supone un beneficio tal que supera los riesgos del mismo. Por ello su uso está indicado y está fuera de toda duda.
Sin embargo hace años se constató el uso de la hormona en personas sanas de manera clandestina (para aumentar el crecimiento, para aumentar el rendimiento físico o para frenar el envejecimiento en adultos) con el consiguiente riesgo para la salud y es por ello que fue clasificada como medicación de uso hospitalario. Los beneficios de la hormona del crecimiento están demostrados en personas que padecen un déficit previo de la hormona. El uso de la misma en personas con una secreción hormonal normal no sólo no tiene los mismos efectos sino que genera un exceso de hormona en el cuerpo que puede originar una serie de riesgos importantes.
Algunos riesgos del uso de la hormona en personas sanas son:
- Retención de líquidos que puede producir edema en diversas partes del cuerpo, dolores articulares y musculares y pérdida de sensibilidad.
- Aumento de la glucosa en sangre que puede llegar a hacer necesario el uso de otra hormona, la insulina, para regularlo. A largo plazo no se descarta que se pudiera producir una Diabetes.
- Trastornos en el funcionamiento de la glándula tiroides.
- Hipertensión intracraneal (aumento de la presión del líquido en el que está flotando el cerebro) y que se manifestaría como cefaleas, náuseas, vómitos y retención de líquido en la retina lo que ocasionaría problemas visuales.
- Promoción del desarrollo de tumores: incremento de riesgo de tumores de diversa localización (próstata, mama, colorrectales).
Se desconocen si existen otros riesgos añadidos, puesto que el uso de la hormona en personas sanas es clandestino y por tanto no es posible hacer estudios con estas personas.
Teniendo en cuenta estos riesgos y el uso inadecuado del tratamiento, desde el 2005, se calificó la hormona del crecimiento como medicamento de uso hospitalario.
Esto quiere decir que la dispensación de la medicación será exclusiva de los servicios de farmacia de los hospitales públicos o privados y servicios de farmacia habilitados al efecto por las Consejerías de Sanidad de cada una de las Comunidades Autónomas.
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